La Torres de Esteban Hambrán |
Dª
María Emma García Sánchez
Alcaldesa
de La Torre de Esteban Hambrán
Respetada
Señora:
He
tenido oportunidad de ver el documental “Ne
pas s’avouer vaincu”, que Vd. conoce sin duda, en donde se narran las
vicisitudes de los torreños y torreñas que, finalizada la guerra civil fueron
perseguidos –y en muchos casos asesinados- por la represión franquista.
No pretendo con esta carta
moverle a reflexionar sobre la actitud de unos partidos, el suyo, y el PSOE, que
teniendo o habiendo tenido la responsabilidad del gobierno local, han
despreciado el reconocimiento de quiénes fueron sacrificados por su lealtad al
régimen legal y legítimo de la II República.
No, señora alcaldesa. No
vengo a comparecer ante Vd. con lo que ustedes pregonan, los del PP y los del
PSOE (por cobardía política y por falta de convicciones de izquierda estos
últimos, como Udes., lo hacen por complicidad ideológica con los vencedores en
la guerra civil) que “siempre
hay cosas más urgentes de los que ocuparse” o
que siempre estamos “removiendo cenizas”. Unos tópicos casposos más pegados a
la batería de excusas recurrentes usadas por ustedes, que a los fundamentos de
signo contrario.
Por lo visto, para Vd. –como
sucede con sus compañeros socialistas de corporación- son asuntos de la
máxima prioridad que absorben TODA su atención, las fiestas de la Virgen de
Linares, las procesiones del Cristo de la Salud o las juergas de la peña La
Chupa, sin descontar los obligados debates sobre la Champion Ligue o las corridas de toros, de tanta
impronta y dedicación en esa localidad. Como ve, tiempo no les falta, de lo que
sí parece que andan más bien escasos es de dignidad democrática y de honestidad
política.
Mire Vd. Sra. Alcaldesa. Me
consta que le ha sido solicitada de forma fehaciente, la eliminación del
callejero torreño, de la calle dedicada a “José Antonio”. A pesar del ramplón
argumento con que ha respondido a tal demanda su secretario municipal -de parte
de usted-, nadie en su pueblo se creé que el tal “José Antonio” fuese un
maestro, un médico o un mecenas benefactor, porque todos saben de quién se
trata: el líder de una organización que, desde los parámetros incorporados al
derecho penal internacional y al español, ha sido considerada una organización criminal, que llevó la desgracia y la muerte a
cientos de miles de familias, durante y tras la guerra civil. Y se lo digo
desde la constatación personal, de quien ha invertido dieciocho años de su vida
en investigar este tema.
Sobre la identidad del
titular del colegio “Juan Aguado”, ahí sí que no le cabe ya reincidir con
intentar colar más ruedas de molino: se trata, como Vd. bien sabe, del jefe
falangista ejecutado como respuesta por haber promovido la sublevación armada
contra la República en 1936. El recuerdo de la represión posterior
protagonizada falangistas locales, de infausto recuerdo, no escapa a los más
mayores del lugar y a los que, obligados por aquellos acontecimientos, hubieron
de ausentarse de su pueblo para siempre. No se trata -como Vd. ha encargado a
su secretario responder-, de personas extrañas que vengan a decirles a Vdes. Lo
que tienen que hacer.
Su actitud institucional y
personal, la de Vd. Sra. alcaldesa, no parece ser muy diferente a la de
aquellos que, en su pueblo y en otros pueblos gobernados por ustedes, se
obstinan en no querer cerrar de una vez y para siempre una heridas, que pese a
lo que Vd., su partido, su grupo municipal y su secretario, sostienen
interesadamente, siguen aún vivas y lacerantes. Es usted, su gobierno y
su partido (sin olvidarnos de la complicidad del PSOE local) quiénes se empeñan
en mantener en carne viva esta
injusticia.
Debe usted saber que ni en
Francia, ni en Alemania y ni siquiera en Italia, se ha promulgado ninguna ley
de la Memoria Histórica, con fines falsamente reparadores, sencillamente porque no ha hecho falta. Estas
naciones, su sociedad y sus instituciones, y en particular sus ayuntamientos,
han incorporado a su acervo histórico y cultural, el significado de la lucha
contra el fascismo. El mismo que ayudó a Franco y a sus suyos (a los de
entonces y a los de ahora) a ganar una guerra infame.
Nadie ha tenido que escribir
en el sentido que lo hago yo ahora con usted, al
alcalde de Bayonne, de Toulouse ni del pueblecito pirenaico de Buziet,
solicitándole que incorpore a sus monumentos los nombres de los republicanos
españoles, que combatieron en suelo francés a los mismos con los que antes se
enfrentaron en tierra española. Éllos lo hicieron hace ya muchos años.
Estos alcaldes y estas
instituciones, sí saben
quiénes fueron “los buenos” y “los malos” en
una guerra en la que, con sus incoherencias y contradicciones, se enfrentaron
el totalitarismo con la democracia. Por contra, quiénes defienden que se dé
nombre fascista a una calle y a un centro educativo de La Torre, no son
diferentes de los que, en Francia, Alemania o Italia, han sido relegados al
basurero de la Historia.
No, no hace falta que
responda a esta carta, no lo espero. Eso sí, puede querellarse contra mí, si lo
desea, porque así habrá merecida oportunidad de denunciar públicamente ante los
medios de comunicación y ante la Justicia, la clase de personajes que son los
políticos responsables, del sostenimiento de la iniquidad histórica, que ante
usted ha sido denunciada.
Para su satisfacción envío
copia de esta carta a sus compañeros “socialistas”, para que compartan con Vd.
y su partido idénticas consideraciones.
Atentamente,
Floren Dimas Balsalobre
Investigador histórico
Realmente esplèndido... y con el dedo puesto en el renglòn...
ResponderEliminarsaludos cordiales