Españoles: A la hora presente
la rebeldía, que ha logrado perturbar el orden público, llega a su apogeo.
Afortunadamente, la ciudadanía española ha sabido sobreponerse a la insensata
locura de los mal aconsejados, y el movimiento, que ha tenido graves y dolorosas
manifestaciones en pocos lugares del territorio, queda circunscrito, por la
actividad y el heroísmo de la fuerza pública, a Asturias y a Cataluña.
En Asturias, el Ejército está
adueñado de la situación, y en el día de mañana quedará restablecida la
normalidad.
En Cataluña, el presidente de
la Generalidad, con olvido de todos los deberes que le imponen su cargo, su
honor y su autoridad, se ha permitido proclamar el Estat Catalá.
Ante esta situación, el
Gobierno de la República ha tomado el acuerdo de proclamar el estado de guerra
en todo el país. Al hacerlo público, el Gobierno declara que ha esperado hasta
agotar todos los medios que la ley pone en sus manos, sin humillaciones ni
quebrantos de su autoridad. En las horas de paz no escatimó la transigencia;
declarado el estado de guerra, aplicará, sin debilidad ni crueldad, pero
enérgicamente, la ley Marcial.
Estad seguros de que ante la
revuelta social de Asturias y ante la posición antipatriótica de un Gobierno de
Cataluña que se ha declarado faccioso, el alma entera del país entero se
levantará en un arranque de solidaridad nacional en Cataluña como en Castilla,
en Aragón como en Valencia, en Galicia como en Extremadura, en las Vascongadas
como en Navarra y en Andalucía, a ponerse al lado del Gobierno y de todas las
leyes de la República, la unidad moral y política que hace de todos los
españoles un pueblo libre, de gloriosa tradición y de glorioso porvenir.
Todos los españoles sentirán
en el rostro el sonrojo de la locura que han cometido unos cuantos. El Gobierno
les pide que no den asilo en su corazón a ningún sentimiento de odio contra
pueblo alguno de nuestra Patria. El patriotismo de Cataluña sabrá imponerse
allí mismo a la locura separatista y sabrá conservar las libertades que le ha reconocido
la República bajo un Gobierno que sea leal a la Constitución. En Madrid, como
en todas partes, una exaltación de la ciudadanía nos acompaña. Con ella, y bajo
el imperio de la ley, vamos a seguir la gloriosa historia de España.
Discurso de Alejandro
Lerroux,
Presidente del Consejo de
Ministros, 7 de octubre de 1934
ABC, 7 de octubre de 1934
No se como di con esta pagina, pero he llorado, de dolor, de pesar, de impotencia ante tantas injusticia, ante tanto ensañamiento y acoso en contra del pueblo español con dignidad que alzaban su voz de distintas maneras en contra del macabro régimen de Francisco Franco cuyos muertos no pueden descansar en paz, tampoco sus familias en vida..y todas estas espeluznantes barbaries se materializan por el mismo pueblo traidor, dócil obedientes, gente proletaria pero con pensamiento y sentimientos fascistas, gente degenerada del alma que atiende con prontitud la orden de matar, humillar, torturar a sus mismos hermanos, me refiero a los militares, policías y todo aquel que defienda al fascismo; por esos traidores en general el mundo sufre porque defienden las mentiras y atacan hasta destruir al que habla la verdad.
ResponderEliminarBienvenido a la trinchera contra la desmemoria.
ResponderEliminarSalud!
Somos legión... Que la memoria no se pierda como lágrimas en la lluvia
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