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1013. Durruti en el recuerdo a través de las palabras de Felipe Alaiz

Buenaventura Durruti Dumange (14 de julio de 1896 - 20 de noviembre de 1936)
En la imagen Durruti junto al Alferez Antonino Uriel y el redactor de El Heraldo de Madrid (11 de noviembre de 1936)


"Para nosotros Durruti no es ni un héroe ni un mesías. No necesitamos jefes ni caudillos. Eso no existe entre los anarquistas.

El papel de Durruti no puede interpretarse como un culto al héroe. Él tenía una cierta dignidad y un cierto valor sin los cuales es imposible vivir. En nuestros días, el Che Guevara desempeñó un papel muy parecido.

Durruti no era un teórico, no era de los que se sientan ante un escritorio mientras los demás luchan. Era un hombre de acción, salía a la calle a luchar, y siempre se le encontraba donde el peligro era mayor.

A veces la simpatía por Durruti llegó a regiones de fervor religioso y de mística sentimental. El culto a los héroes es tan viejo como el mundo. Carlyle le dio significación porque en su época el culto a los héroes no era el culto plural y anónimo de ahora. Hoy, en la inmediación de Durruti y en la lejanía espacial de sus años y de los nuestros, vemos millones de héroes. Y una fuerte impulsión nos acerca a su sacrificio total, a su vida malograda y a su tránsito, pero nos aleja de cualquier personalización mística, de cualquier deificación. 

El culto al héroe habría de consistir en darle amplitud. Entre los muertos por una noble causa no puede separarse a uno solo.

En nuestros debates surge como apelación celeste el culto al heroísmo. Todas nuestras victorias, sin embargo, se han conseguido por actividad conjunta, en la que no hizo falta el sacrificio heroico de nadie, sino la solidaridad de todos.

Lo ejemplar de Durruti fue su protesta airada -mucho más lo hubiera sido de seguir viviendo- contra la traición de la retaguardia endiosada en las poltronas, que pudo determinar el combate eficientemente contra el salvajismo franquista y no lo hizo. Lo ejemplar de Durruti fue su actitud contra la militarización,

Lo ejemplar de Durruti fue su llaneza tan en oposición a las fantasías de los graduados repentinos. Lo ejemplar de Durruti fue su voluntad de entera autonomía para los núcleos económicos que se iban formando en Aragón junto a la misma línea de fuego, y no con una nueva etiqueta de Confederación Nacional del Trabajo, sino con su espíritu superado y galvanizado con inmediatos y buenos ejemplos. Lo ejemplar de Durruti era su adversa opinión al militarismo galoneado que, después de perder todas las guerras, hace imposible la paz".


Felipe Alaiz.
(Belver de Cinca1887 – París, 1959)








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