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1460. Testimonio de José Caballero, guerrillero en la Alta Saboya

Avelino Escudero y José Caballero ( Del Blog víctimas del fascismo de La Torre de Esteban Hambrán)


Yo era teniente del Ejército de la República y fui herido tres veces, en Teruel, en el Ebro y en Segre. Pasé la frontera el 9 de febrero de 1939 por la Junquera. Tenía entonces 21 años. Fui internado en el campo de Saint Cyprien. Nos daban cada día un pan para 25 y una lata de sardinas para 10. Estábamos guardados por los senegaleses a caballo. Más tarde crearon Compañías de Trabajadores, mano de obra barata, para hacer carreteras, limpiar bosques, etc.

Yo me incorporé a la Resistencia a últimos del 42 en Doussard, cerca de Annecy. Porque los alemanes nos querían llevar a trabajar a Alemania y dijimos, antes que irnos a trabajar a Alemania preferimos coger de nuevo las armas para luchar contra ellos. Nosotros habíamos perdido una batalla pero queríamos continuar la guerra. Puede usted creerme que yo empecé la guerra el 18 de julio de 1936 y terminé en marzo de 1945 en Toulouse.

Los maquis hacíamos sabotajes a los camiones alemanes, hemos volado algunos puentes y cosas de ese tipo.

En febrero de 1944 yo fui uno de los 56 españoles que estuvimos en el Plateau de Glières. Los dirigentes de la Resistencia nos convocaron a todos los maquis en una montaña que llaman el Plateau de Glières. Este llamamiento lo hacían los franceses para hacer ver al mundo entero que había una cabeza de puente aquí, para que nos metieran armamento. Fue una concentración temeraria de guerrilleros. Éramos chicos muy jóvenes y los franceses de la Resistencia también eran muy jóvenes. Era un equívoco porque la guerrilla es otra cosa, es dar un golpe y desaparecer. Hasta el 27 de marzo estuvimos en esa montaña, con dos metros de nieve. Al cabo del tiempo nos atacaron, alemanes, milicianos, guardia móvil, artillería, aviación, y nosotros allí metidos, sin comer ni nada, no podíamos hacer nada. Llevábamos ya ocho días que no teníamos casi nada. La aviación alemana rompió todos los chalets, lo rompieron todo. Y el capitán de mi compañía ordenó la retirada y cada uno fue a salvarse como pudo.


Félix Santos
"Españoles en la liberación de Francia:1939-1945)
Capítulo IV










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