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1530. Frida Kahlo y los refugiados españoles

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón
(Coyoacán, México, 6 de julio de 1907 - 13 de julio de 1954)


«La revolución es la armonía de la forma y el color, y todo está y se mueve, bajo una misma ley -la vida-. Nadie está aparte de nadie. Nadie lucha por sí mismo. Todo es todo y uno. La angustia y el dolor, el placer y la muerte no son nada más que un proceso para existir, la lucha revolucionaria es una puerta abierta a la inteligencia» Frida Kahlo.


María Torres / 6 Julio 2015

El 6 de julio de 1907 nacía en Coyoacán Frida Kahlo. 32 años después viajaba a París, ciudad a la que llegó en enero de 1939, invitada por André Bretón para exponer su obra en una galería parisina.

Tres años antes, tras el golpe militar de 1936 y el estallido de la guerra española, Frida Kahlo y Diego Rivera se volcaron en favor de los republicanos españoles y reunieron fondos para enviar refuerzos desde México con objeto de combatir a las fuerzas de Franco. Es entonces cuando Frida escribe al doctor Eleosser«Lo que tendrían ganas de hacer sería irme a España, pues creo que ahora es el centro de lo más interesante que pueda suceder en el mundo».  Frida y Diego crearon un Comité de solidaridad que ofrecía ayuda a los republicanos españoles que llegaban a México exiliados. Los republicanos españoles que tras el comienzo de la Guerra buscaban apoyo en México, lo recibían de Frida Kahlo y Diego Rivera.

El 25 de enero de 1939 Frida desembarcó en el puerto de Le Havre procedente de Nueva York, tras un tortuoso viaje. Se instaló en el apartamento de André Bretón, que a los pocos días abandonó por no encontrarse cómoda.

Jacqueline Lamba, la mujer de Breton, escribiría después a Diego Rivera: «Deberíamos haberla dejado desde el principio partir al hotel, pensando en que estaría siempre mejor ahí (cosa no muy difícil), y más libre que en la casa, a esa extraña y hermosa dama de faldas largas con sus dos grandes maletas, una de las cuales iba retacada de ropa para los refugiados».

Justo en ese mismo tiempo, miles de españoles comenzaron a cruzar la frontera francesa huyendo de la muerte segura que sabían acarrearía la victoria de Franco en la Guerra de España.

Frida se alojó en una habitación en el Hotel Regina, a unos pasos del Louvre. Pocos días después descubrió que la exposición que Breton le había prometido no estaba confirmada y que éste ni siquiera había sacado de la aduana las obras que ella le había enviado previamente.

Mientras, miles de republicanos españoles son encerrados en campos de concentración franceses. Otros buscan desesperadamente un país de acogida donde exiliarse. Frida no era ajena a esta tragedia, y se incorpora a la Commission Internationale pour l'Aide aux Réfugiés Espagnols (Comisión Internacional para la Ayuda a los Refugiados Españoles) en la que se habían agrupado políticos e intelectuales prestigiosos. Esta Comisión internacional fue promovida por el POUM para socorrer a los grupos aislados políticamente del resto del exilio español que eran discriminados por el SERE, como los miembros del mismo POUM o del PSOE vinculados al ex presidente Largo Caballero, y se nutría de fondos del  International Rescue and Relief Committee, organismo cercano al Gobierno de los EE.UU, que recibía financiación de la CIA.

En un telegrama que Frida  le remite a Diego Rivera el 7 de marzo le indicaba: «Urge saber posibilidades admite gral Cuatrocientos amigos Andrade con familias incluyéndolo otros grupos facilitándoles traslado encuéntrase condiciones españolas imposible arreglarlo con B sin orden directa tu conoces circunstancias esperan ansiosos tu opinión franca».

400 españoles necesitaban ayuda para viajar a México, y Frida la solicitó a los gobiernos mexicano y francés a través de Diego Rivera y de políticos galos.

Nueve días después vuelve a escribir a Rivera: «Los campos de concentración en Francia son algo que da rabia, de pensar que estos pinches países dizque demócratas puedan ser tan crueles con la pobre gente que logró escapar del maldito de Franco para caer en manos de estos bandidos».

Durante los dos meses que Frida permaneció en París no dejó de trabajar a favor de los exiliados. En un último telegrama a Diego Rivera el 23 de marzo de 1939, antes de partir de regreso a Nueva York le aportaba instrucciones y una dirección de contacto a la que dirigirse en el caso favorable de que se obtenga el visado de México para los republicanos: la 14 Rue Marignan: «Hí­ceme amiga Diputado Bergery ofréceme hacer necesario Francia pague transporte españoles caso gral admita cantidad grande gente dime máxime admitiríase creo proposición importantísima caso imposible respondas mañana antes embárqueme contesta directamente gaston bergery cámara diputados o michel petitjean 14 rue marignan dejaré Leduc encargado incluya especialmente gente Andrade caso gral acepte transacción».

El 2 de abril, ya en Nueva York, Frida recibe la desalentadora respuesta de Diego: «Gral hácese pinche rosca compas gachupas […] ni siquiera responde». El auxilio del gobierno cardenista a los republicanos hubo de gestarse a través de la Cancillería mexicana.

Finalmente pudo exponer alguno de sus cuadros. La galería Renou et Colle acogió una muestra de 17 cuadros de Frida Kahlo, titulado Mexique, que se expuso del 10 al 25 de marzo y que registró un gran éxito de público pero no de ventas. Tan solo vendió un cuadro que adquirió el Louvre y se conserva en el Pompidou.

Varios años después fue un republicano español el que conquistó el corazón de Frida. Un hombre que consiguió escapar de las garras de la Gestapo y del campo de concentración de Dachau: Josep Bartolí.










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