Txupin
Etxepare Omenaldia, es una iniciativa impulsada por el Autobús de la
Memoria y la Federación de Peñas de Iruña. Su primer
reto, que la ciudad de Iruña reconozca a los mozos y mozas de la Peña La Veleta
cediendo el txupinazo de los Sanfermines de 2015 a sus descendientes y amigos.
Txupin Etxepare Omenaldia se crea con el fin de recordar y valorar el esfuerzo de personas,
asociaciones e instituciones en pro de unas fiestas populares y participativas.
Las asociaciones memorialistas agrupadas en el Autobús de la Memoria /
Oroimenaren Autobusa, junto a la Federación de Peñas de Pamplona-Iruña, queremos recuperar la memoria histórica popular de nuestras fiestas y para
reconocer el trabajo en esta dirección de personas, asociaciones, peñas e
instituciones navarras en el campo social y cultural.
La memoria
popular sanferminera ha permanecido arrinconada, y es demasiado importante para
dejarla en manos de las elites que históricamente han dominado la política de
esta ciudad. A estas alturas, debemos hacer autocrítica por no haber reconocido
antes la importancia de las personas que contribuyeron a forjar nuestra
historia popular. Por ello, desde ahora nos comprometemos a promocionar la
importancia de su legado, y empezamos con esta humilde pero significativa
distinción materializada en una escultura representativa, el TXUPIN
ETXEPARE OMENALDIA.
Sanfermines 1936: el expolio de la fiesta
Los
Sanfermines de 1936 fueron los últimos para el verdadero impulsor del txupinazo
sanferminero, Juanito Etxepare Aramendía, ciudadano de a pie y gran animador de
las fiestas. Etxepare era el estanquero de la calle Mayor, republicano y
entusiasta sanferminero, y por eso pidió en 1931 permiso para lanzar el primer
cohete, popularizando un acto hasta entonces anónimo y poco concurrido.
Etxepare lanzó todos los chupinazos durante la II República, a pie de calle, en
plena plaza del Castillo, rodeado de la chiquillería y de algunos de los
fascistas que contribuirían al golpe militar que acabó con su vida durante el
verano de 1936. Todavía hoy no se sabe quién asesinó a Etxepare ni dónde está
su cadáver, pero su estanco fue parte del botín de guerra que se repartieron
falangistas y requetés.
No les
bastó con eso.
A partir
de 1939, dos falangistas de primera hora como Joaquín Ilundáin y José María
Pérez Salazar se atribuyeron el honor de lanzar el chupinazo, y como concejales
del primer Ayuntamiento franquista, lo instituyeron como acto oficial. En 1941
comenzó a lanzarse desde el balcón de la Casa Consistorial, convirtiendo una
iniciativa republicana, popular y espontánea en un acto falangista, oficial y
autoritario.
Con esta
distinción escultórica queremos recordar y honrar la figura del ingenioso mozo
Juanito Etxepare, así como reconocer el valor de su legado popular, el mismo
que le negaron sus asesinos al arrebatarle la vida y ocultar el mérito de haber
sido el primer lanzador del cohete anunciador de nuestras fiestas. La
distinción Txupin Etxepare Omenaldia llevará grabado el nombre del popular
estanquero de la calle Mayor y representará el momento del primer txupinazo, simbolizando
así el impulso popular por la recuperación de lo mejor de nuestras fiestas: su
carácter popular.
Peña La Veleta, impulsores de la indumentaria sanferminera, lanzar el Txupinazo, una reparación ineludible
Un símbolo
indiscutible de los Sanfermines, la indumentaria blanca, guarda en su memoria
otro crimen político aún no reconocido. Como se sabe, los mozos de la Peña La
Veleta de la calle Jarauta fueron los primeros que empezaron a ir de blanco
durante las fiestas, al menos desde 1931. La militancia obrera y republicana de
muchos de ellos les costó la vida tras los Sanfermines de 1936. Es el caso de
José Zapatero Barea, entre otros, fusilado en Valcardera, y de Honorino Arteta,
que pudo salvar la vida en el último momento. Otros, como Galo Vierge, fueron
represaliados, y de los demás se ha perdido la pista.
Hoy en
día, muy pocos pamploneses/as y casi ningún visitante saben que al vestirse de
blanco están homenajeando de forma inconsciente a aquellos mozos y mozas
republicanas de La Veleta, cuya indumentaria blanca se ha convertido en
uniforme indiscutido de la fiesta por toda Navarra, pero también en Baiona y
otros muchos lugares. Durante todos estos años, la represión política se ha
cobrado más víctimas, como Germán Rodríguez en 1978, a cuyo recuerdo cada 8 de
julio debe sumarse en 2015 el homenaje consciente a los mozos de la Peña La
Veleta. Por todo ello, se propone que la primera edición del Txupin Etxepare
Omenaldia se entregue a los descendientes y amigos de aquellos pioneros de la
Peña La Veleta, en reconocimiento a su aportación sanferminera, la universal
indumentaria blanca, pero también como reparación simbólica de la terrible
represión que aquellos mozos y mozas sufrieron por ser trabajadores/as y
republicanos/as.
Además, la
ciudadanía de Pamplona-Iruña propone al Ayuntamiento que los familiares de los
mozos y mozas de la Peña La Veleta sean designados como lanzadores del
txupinazo el 6 de julio de 2015, a modo de reparación por la persecución
política -en muchos casos mortal- que sufrieron hace ahora 79 años.
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