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1580. Muerte del poeta

¡Qué muerte enamorada de su muerte! 
¡Qué fusilado corazón tan vivo! 
¡Qué luna de ceniza tan ardiente 
en donde se desploma Federico! 

Los menudos rumores de la muerte 
alrededor del esqueleto niño 
cuando suben y bajan las mareas 
en donde se desploma Federico. 

¡Qué amor al que cayó por el acero 
de un alba de asesinos y de obispos! 
¡Qué olor a siempreviva apasionada 
en donde se desploma Federico! 

¡Qué aire de antigua voz de estatua rota 
rodea su sepulcro amanecido 
cuando suben y bajan los claveles 
en donde se desploma Federico! 

Todas las cosas que él amaba crecen 
junto a su muerte desbordante río 
que corre por la tierra de los hombres 
en donde se desploma Federico. 



Cigalas a las 7 de la tarde, 
Jerez al alba de color subido 
cuando suben y bajan las guitarras 
en donde se desploma Federico. 

Lloronas de pasión y velatorio, 
rizos de niños mágicos dormidos, 
poemas de Darío y de Neruda 
en donde se desploma Federico. 

Toreros muertos y solteras solas 
y puentes y navajas como lirios 
cuando suben y bajan las campanas 
en donde se desploma Federico. 

¡Qué muerte enamorada de su muerte! 
Habitado en violeta y en jacinto, 
Santo Sepulcro el que conquistaremos 
en donde se desploma Federico. 


Raúl González Tuñón 
La muerte en Madrid (1939) 



La fotografía corresponde a una postal confeccionada por Chema Madoz para la exposición "Ciento y… postalicas a Federico García Lorca (1898-1998)"







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