"Porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más… ".
Es la misma frase que encabeza uno de los poemas más hermosos de Blas de Otero: "Me llamarán". Cada vez que lo leo, pienso en mi abuelo y en tantos que no sobrevivieron al odio de las balas. La Justicia franquista actuó contra todos los que eran contrarios a sus ideas pues representaban unos valores no permitidos que había que exterminar en la edificación del Nuevo Estado. No hubo perdón, no hubo clemencia para los vencidos, tan solo odio, humillación, negación y olvido.
El resultado de esta Justicia de venganza aún, después de tantos años, no ha podido ser evaluado en su totalidad, pero de todos es conocido que la dictadura franquista fue la más sanguinaria de las dictaduras europeas con excepción de la Alemania nazi
El resultado de esta Justicia de venganza aún, después de tantos años, no ha podido ser evaluado en su totalidad, pero de todos es conocido que la dictadura franquista fue la más sanguinaria de las dictaduras europeas con excepción de la Alemania nazi
... porque la mayor locura que puede
hacer un hombre en esta vida es
dejarse morir, sin más ni más...
Sancho
(Quijote, II cap. 74)
dejarse morir, sin más ni más...
Sancho
(Quijote, II cap. 74)
Me llamarán, nos llamarán a todos.
Tú, y tú, y yo, nos turnaremos,
en tornos de cristal, ante la muerte.
Y te expondrán, nos expondremos todos
a ser trizados ¡zas! por una bala.
Tú, y tú, y yo, nos turnaremos,
en tornos de cristal, ante la muerte.
Y te expondrán, nos expondremos todos
a ser trizados ¡zas! por una bala.
Bien lo sabéis. Vendrán
por ti, por mí, por todos.
Y también
por ti.
(Aquí no se salva ni dios, lo asesinaron.)
Escrito está. Tu nombre está ya listo,
Escrito está. Tu nombre está ya listo,
temblando en un papel. Aquél que dice:
Abel, Abel, Abel...o yo, tú, él...
Pero tú, Sancho Pueblo,
pronuncias anchas sílabas,
permanentes palabras que no lleva el viento…
Abel, Abel, Abel...o yo, tú, él...
Pero tú, Sancho Pueblo,
pronuncias anchas sílabas,
permanentes palabras que no lleva el viento…
Blas de Otero
Pido la paz y la palabra, 1955
Esos sueños que murieron por nosotros, solo se pueden pagar con su memoria, la nuestra, la de siempre...
ResponderEliminar"Porque el pueblo que olvida su historia, está condenado a repetirla" (Y no quiero que mis hijos vivan ese, aquel horror!)