La
República española sigue siendo el pueblo. El mismo pueblo que defendió con su vida un ideal de libertad y el mismo
pueblo que sigue luchando por la Memoria y la Justicia.
La
República española es Azaña, Negrín, Rojo, Federica Montseny, Durruti, Clara Campoamor,
Victoria Kent, García y Galán, Pasionaria, Miguel Hernández, León Felipe,
Antonio Machado, Cernuda y Celaya, Rosario "dinamitera", las maestras
y los maestros, los miles de represaliados, los miles de presos y presas que
pasaron por los campos de concentración y cárceles franquistas, los miles de
asesinados por las balas del odio, los que aún yacen en las cunetas, la
guerrilla antifranquista, los transterrados, el Winnipeg y el Stanbrook,
las mujeres de Ravensbruck, los hombres de Mauthausen y la Nueve.
Porque
como decía Camus: "La República española no ha dejado de
existir jamás en derecho. Fue desposeída por la fuerza, pero para todo espíritu
democrático su existencia legal sigue en pie."
Para
el maestro Machado, el viejo republicano para quien la voluntad del pueblo era
sagrada: «La República es la forma racional de gobierno, y por ende, la
específicamente humana. Contra ella pueden militar razones históricas, místicas,
sentimentales, nunca razones propiamente dichas, que emanen del pensamiento
genérico, la facultad humana de elevarse a las ideas. Por eso la República
cuenta siempre con el asentimiento teórico de las masas, con sólo que éstas
alcancen un mediano grado de educación ciudadana. Se requiere una abogacía muy
sutil para convencer al pueblo de los motivos pragmáticos, nada racionales, que
le aconsejen inclinarse a otras formas de gobierno. En España, esta abogacía ha
fracasado. Porque a la monarquía española no la abona ya, a los ojos del
pueblo, ni el éxito a través de la historia, ni el sentimiento religioso, ni
siquiera el estético. No tiene defensa posible, y en verdad, nadie la defiende».
Y
añade: «Los españoles somos naturalmente reaccionarios, no porque estemos
siempre enamorados de lo viejo –muchas veces nos apasiona lo nuevo– sino porque
nuestra posición firme es siempre contra algo. Tuvimos una República sin
republicanos. Apenas había una docena en España –entre ellos me contaba yo–
cuando, casi unánimemente, decidimos abolir el régimen monárquico. ¿Para
siempre? ¡Bah! A los dos meses de proclamada la República, apenas había un
español sin cartera, dirección general o sinecura del estado que no dijera: «No
era ésta la República que yo había votado»»
Aprendamos
de los errores. Es posible que la III República no sea una cuestión de tiempo o
espacio. La República primero debe calar, impregnarse en el pueblo antes que
en la clase política. El pueblo apenas ha comenzado a recuperar la Memoria de los
que dieron su vida por defender el ideal republicano. Maduremos, avancemos... hasta
que consigamos entender que la única forma racional de gobierno es la República,
porque queremos una sociedad más democrática, más justa, más libre y más
solidaria.
¡Salud y República!
Buen articulo.
ResponderEliminarSalud y República.
Gracias Juanjo.
EliminarSalud y República!
Respeto y loor a los republicanos QUE LUCHARON POR UNA REVOLUCION SOCIAL..PIENSO QUE EN EL FUTURO MAS O MENOS PRÓXIMO UNA TERCERA REPÚBLICA ES INEVITABLE..pero no mitifiquemos la palabra república..republica fue la Argentina de Videla,el Chile de pinochet,o la Cuba de Batista..mas que crear la tercera republica..creo se debe CREAR UNA CONCIENCIA SOCIAL,POLÍTICA,ÉTICA ,ECONÓMICA, REVOLUCIONARIA Y POR SUPUESTO REPUBLICANA..sino, sera la tercera república y !el tercer fracaso republicano! !salud y revolucion social
ResponderEliminarCierto. No hay que mitificar. Considero que a veces más que mitificar tendemos al romanticismo de lo que fueron los dos primeros años de la Segunda República y su envidiable brillantez intelectual. Nunca podremos recuperar aquella República.
EliminarQue razón tienes María. Más que nunca, ¡¡¡viva la República!!!
ResponderEliminarMuchas gracuas por tu comentario José Javier.
EliminarSalud y República compañero!