María Torres / 26 Julio 2016
Francisca
Solano era una mujer alta, guapa y bien plantada. Había llegado a Madrid
desde un pueblo de Toledo cuando aún era una niña para vivir en casa de
unos tíos que regentaban una porteria en la Calle Benito Gutiérrez.
Trabajó
como enfermera en La Fuenfría y como encargada de una pensión.
El
viernes 24 de julio de 1936, Francisca manifestó a su tío que debían coger
el fusil y combatir a los facciosos. Éste respondió que él no podía
abandonar a cuatro chicos pequeños, pero que ella podría ir al frente como
enfermera, a lo que Francisca respondió: "No. Nada de enfermera. ¡Yo quiero ir
a batirme con los facciosos!"
Esa
misma tarde se alistó en el Círculo del Oeste y cuando regresó a casa al anochecer ya se había convertido en miliciana ataviada con el mono, el fusil,
el gorro y las alpargatas cuarteleras. Se despidió de ellos levantando el puño y les dijo: "Me
voy a luchar!" y se perdió a lo largo de la calle con el fusil al hombro y
una sonrisa en la cara.
Un
día después salió con una pequeña columna hacia El Espinar al mando del capitán
Fernando Sabio Dutoit. Fueron al Ayuntamiento a colocar la bandera de la
columna y en busca del Alcalde que se encontraba trabajando la tierra. Francisca y Carmen Robles, las dos únicas mujeres, caminaron hacia la
plaza... De pronto, hubo un aviso de que por la carretera se acercaban los
rebeldes. Se dispusieron a defender el pueblo, y la columna hubo de
replegarse. Fue entonces cuando echaron en falta a Francisca y a otro miliciano.
Alguién dijo que Francisca había llevado al miciliano herido al hospital. No
volvieron a verla.
Cuentan
que Francisca fue apresada en el hospital y ejecutada posteriormente. Según Santiago Vega Sombría, en De la esperanza a la persecución, Francisca
Solano y sus compañeros fueron enviados a Segovia, para ser juzgados.
Nunca
se supo más de ella. Nunca se encontró su cuerpo.
Así que la historia cuenta que Francisca, capitana miliciana, desapareció el 26 de julio de 1936 en El
Espinar en defensa de la República española, cuando luchaba por una España más
justa.
Romance de Francisca Solano
¡Alta
Francisca Solano
por los pinos de la sierra!
En Peguerinos sonaran
sus risas blancas y nuevas
cuando buscó al enemigo
por la callada arboleda.
Con un fusil en la mano,
como una rosa morena,
allá va con sus hermanos,
canto y luz, por la vereda.
Era un sábado de julio
cuando cruzaron la sierra...
Francisco
Giner
Romance a la Capitana Solano
Pastores de Guadarrama
cabrerillos
del collado,
palomas
de los rosales
cigüeñas
del campanario
Decidno:
¿qué fué de aquella
rosa
encendida de mayo,
capitana
de la tropa
leal,
Francisca Solano?
Que un
día ardientes sus ojos,
el
corazón inflamado,
cruzó la
sierra vestida
con traje
de miliciano.
Desde el
alto del León
dijo una
alondra llorando:
"la
ví por San Rafael,
fusil al
hombro y cantando.
Iba
soñando en el triunfo
pueblo
resucitado,
amapolas
de Castilla
colgadas
de su peinado.
Como una
bandera roja
lcía en
los picachos"
¡Ay, que
en sus ojos de ensueño
miraban
alto, tan alto...,
que sus
pobres pies cayeron
en la
traición sin notarlo!
Traidores
a nuestra patria,
con
trajes de legionarios,
la
cogieron en sus redes,
la
llevaron a su campo
y al
verla tan española,
fuera de
ley la mataron.
¡Ay, que
la sierra está muerta,
sin el
fervor de su canto!,
y una
cigüeña piadosa
vino a
decir sollozando:
"al
pie de un pino sin ramas
cuatro
monstruos la enterraron
y al ver
tan sola su tumba,
me fui
volando, volando
en busca
de clavellinas
para su
lecho sagrado.
Cuando
volví con las flores
ardía el
bosque arrasado
por el
furor de los viles,
que huían
amedrentados"
Cenizas
llevan los aires
qe huelen
a rosas y nardos.
Cenizas
llevan los aires
que
ciegan en su tornado
la risa
de los abriles
y el
florecer en los campos.
¡Ay, que
la vieja Castilla
no es más
que un gran camposanto,
y un
cabrerillo del monte
llegó con
el puño en alto!
Adelante
camaradas
que he
visto a Paca Solano;
no es
cierto que la matasen
los
criminales de Franco.
Está en
la cumbre más alta
vestida
de miliciano;
lleva en
sus manos trunfales
claveles
ensangrentados,
bandera
roja invencible
la de su
sangre en lo alto.
Arriba,
no. "Arriba España",
que este es un grito manchado,
arriba el pueblo,
el de todos los talleres,
los campos del universo.
Adelante sin miedo,
arriba el trabajo
hasta la cumbre que sueña
la capitana Solano,
hasta besar los claveles
sangrientos de su peinado,
hasta que todo el pueblo
hoy, que e sun gran camposanto,
se vuelva en huerto florido
y del pueblo libertario.
Justo Melero
Francisca
Solano
Francisca
Solano, joven
miliciana que a luchar
saliste bella y bravía,
por el Frente Popular;
Francisca Solano, fuiste
de las que, con torrental
embate, a los mercenarios
quitaron El Espinar;
Francisca Solano, pero
mujer hasta al guerrear,
dejas el arma y te pones
un camarada a curar;
Francisca Solano, y lo haces
con tan femenino afán
que las enemigas tropas
no oyes de nuevo tornar;
Francisca Solano, ahora,
joven y bella, estarás
prisionera de los brutos,
de su lujuria quizás...
Francisca Solano, joven
miliciana morirás
gritando a los brutos: "!Brutos,
viva el Frente Popular!"
Álvaro
Yunque
Parafraseando a Bertold Brecht:
ResponderEliminar“Hay mujeres que luchan un día y son buenas. Hay otras que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenas. Pero las hay que luchan toda la vida: esas, como Francisca Solano, son las imprescindibles.”
Salud!
Hay tantas mujeres como Francisca cuya historia sigue sepultada... Habrá que ponerse manos a la obra.
EliminarSalud Loam.
Puede contrastar la información de Francisca Solano en la prensa de la época. Existió, es real y su historia también, y aunque con datos "mínimos" queremos recordarla.
ResponderEliminarComo tu mismo, "unknwn" predica con el ejemplo si no achanta a mui.
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