¡Salud, valerosas compañeras, primeras heroínas de la
gran revolución española! ¡Salud, mujeres sublimes que gallardamente y valerosamente
habéis sabido ofrendar la libertad unas y la vida, otras, a la gran idea, la
madre Anarquía!
Yo te admiro y te amo compañera de Casas Viejas. Tu
recuerdo vivirá imperecedero en la mente de todos los anarquistas, tu bello y
valeroso gesto será un incentivo y nos servirá de ariete para destruir la
cobardía que amordaza el ánimo a las que no supimos seguirte en idéntica lucha.
¡Compañera heroica! ¡Brava campesina! Yo te ofrezco en
estas modestas líneas todo mi amor de madre y todo mi fervor y entusiasmo de
anarquista.
Moriste como una espartana. La humildísima choza
destruida por el incendio de los Sicarios fue tu baluarte de luchadora, el
incendio que calcinó tus huesos y devoró tu generosa sangre servirá para
iluminar la senda de la lucha y de la rebelión a los anarquistas
¡Choza miserable de Casas Viejas! Moderna Belén, nueva
cuna de redentores libertarios
¡Jornada de Casas Viejas! Página sublime y trágica de
la revolución ácrata escrita con sangre de luchadores firmes y valientes, yo os
saludo con el corazón estremecido y desbordante de emoción.
Los primeros estallidos de la revolución han sido
pletóricos en heroísmo y en generosidad, Sallent, Rinconada, Casas Viejas,
Pedralba, ejemplos vivos de la grandiosidad y humanismo de nuestro ideario. En
todos los pueblos donde ha ondeado el pabellón rojo y negro se han vivido más
que momentos de violencia y de odio, momentos de confraternidad y de paz.
Los cantos gozosos y vibrantes de las compañeras de la
Rinconada llenaban las calles de la aldea miserable, y escarnecida por todas
las iniquidades de una alegría fecunda y esperanzadora de libertad y justicia.
La mujer española, casi recién arrancada al ominoso poder del clericalismo,
despierta altiva y consciente a la verdad.
Con un entusiasmo insospechado aparece en la escena de
la revolución de una forma concreta, activa y rotunda, no como una comparsa
sino como figura central y de gran relieve.
Podemos decir seguros y firmes que la revolución
avanza, que es un hecho tangible, ya que la mujer se convierte en su más
decidida defensora y luchadora.
El porvenir se presenta preñado de promesas
alentadoras.
Esos niños son nuestros
Los niños huérfanos de Casas Viejas han sido llevados
a Cádiz e ingresados en las escuelas municipales. Esos niños hijos de nuestros
hermanos libertarios, víctimas sacrificadas por el furor asesino de unos
bárbaros, han pasado, ¡oh, qué escarnio!, en poder de sus victimarios. No, la
CNT no debe permitir que se nos arrebaten esos niños, ¡nuestros niños! Aunque
lo ignoramos, nos suponemos que se le habrán puesto toda clase de trabas a la
comisión que se dirigió a Casas Viejas, para auxiliar a nuestros compañeros o a
sus familias.
No obstante, nuestro empeño no debe cesar hasta haber
conseguido volver a nuestro seno a estos pequeños.
Hagámoslo por el prestigio de nuestras ideas y por la
memoria de esos héroes campesinos caídos en defensa y por el amor a nuestra
causa.
Seamos dignos de ellos, no consintiendo ver sus
propios retoños bajo la tutela de un poder que los fusiló sin piedad
alguna.
Kyralina (Lola Iturbe)
Barcelona, 3 de febrero de
1933
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