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2470. La matanza de inocentes

Víctimas del bombardeo al Liceo escolar de Lleida, 2 de noviembre de 1937. Fotografía: Agustí Centelles



Como un turbión de alondras bajo la tarde fría, 
la peonza en los bolsillos y la risa locuela, 
—canicas de cristal— los niños de la escuela 
se asoman para ver la geometría
de los aviones negios, que atraviesan el día. 

—¡Un avión! ¡Otro avión! —gritan altas las manos—. 
Ellos piensan que vienen de la juguetería 
de Dios y que los reyes peregrinos 
dejaron el bazair sin aeroplanos. 

—¡Ya se van, ya se van! ¿No sabrán los caminos? 
¿Se perderán entre la azul maraña? 
¡Y levantan sus manos de arcángeles de España! 
Gritan las madres, el maestro grita, 
la abuela, en el portal, se desgañita, 
la sirena en el aire su angustia desmelena. 
Pero es en vano: —¡ Tontos, no es más que la sirena!— 
¿Quien aquieta a los pájaros y a los niños? Estalla 
la primer bomba, astilla los 
hogares de enfrente la metralla.

Se acurrucan los niños. Muere en cada mejilla 
una rosa temprana y en las caras de espanto, 
rueda la voz y se amotina el llanto.
—¡Una columna de humo!—  Quedan quietas las alas 
de las manos.— ¿Es lluvia?— Y el maestro:—Son balas. 
¡Otra bomba, otra bomba! Ya no gritan: —¡Aviones
que nos mandan los reyes! —No los juzgan balones 
que se  tiran a campo, como hace unos minutos 
La ciudad se estremece, sollozando en sus lutos. 
De pronto, se abre el techo, el cimiento rebota. 
La escuela queda ensagrentada y rota. 
—iMadre! ¡Madre!— los niños claman despedazados. 
¡Honor, honor, honor, a los "nuevos cruzados" 
de la "España Imperial", de la espuela y la bota! 

La tierra va bebiendo la sangre gota a gota, 
como cerezas frescas. Los pájaros germanos, 
los buitres italianos, 
pasan en cruz ametrallando el viento, 
tumban niños y espigas a mansalva 
y queda la ciudad sin pensamiento. 
¡Y aun hay hijos de loba de la hispánica tierra, 
que les dicen señores, caballeros del alba 
y que agreguen, con gesto de cinismo:—Es la guerra— 
¡En el nombre de España, buena presa habéis hecho! 
¡"Caballeros del aire", nuevas cruces al pecho! 

¡Ay los niños de Lérida, tumbados como espigas, 
serán eternamente "columnas enemigas"! 
¡Hambre de Europa! ¡Universal canalla! 
¡Sobre Berlín, sobre Berlín un día 
caerá la metralla que hoy arrojáis sobre la patria mía! 

¡Y la Italia traidora 
sabrá también lo que es cortar la mano 
de un niño y retornar al Vaticano 
con su oración y su ametralladora! 
¡Ay, los niños de Lérida, tumbados como espigas 
serán eternamente "columna enemiga"! 


Alfonso Camín










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