Parecía divertido
como un juego inenarrable
sobre un clima de misterio.
Y la guerra se hizo himno
de energías impacientes
y la muerte tuvo manos
blandas, tiernas, manos limpias.
Los mayores lo lograban.
"van al frente". Cantimploras,
mantas, cascos, nuestra envidia
como un perro, por sus huellas
los dos brazos de la madre
se llevaron, sus latidos.
Un esfuerzo de la sangre,
de la extraña removida.
"Vas al frente" (Algo roto.
Calcetines para el frío,
pura luna, punto a punto
macerados por el ansia)
y mi padre. Por su orgullo
resbalaba un llanto leve.
"Van al frente. Sus dos hombres"
y la música crecía.
Era mágico el momento,
fuera de órbita, candente.
Nos salíamos de madre,
invadíamos la vida.
(Y después los hospitales,
bombardeos, nuevos miedos
y más tarde el negativo
de la llama jubilosa).
Pero entonces todo era exaltada maravilla
en la vida que empezaba
siendo muerte recién viva.
María Beneyto
Biografía breve del silencio, 1975
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