Federico García Lorca, Zenobia Camprubí, Isabel García Lorca, Emilia Llanos, Juan R. Jiménez y Concha García Lorca, Granada, 1924 |
De cinco razas: cobre, aceituno,
blanco, amarillo, negro, como los anillos de cinco metales para el rayo,
achaparrado en piña humana prieta, Federico García Lorca se vuelve una vez y
otra de lo que corre. No quiere dejar el caño de sus musarañas. Por fin, muslos
pegados y pantorrillas convexas, paso a cuadros, se va despacio por los
alargados Melancólicos, pulverizándose las cuerdas vocales con el agua de la
fuente opalina. O, en súbita carrera, choca, como un moscón contra un
parabrisas, contra el poniente cerrado, de linterna májica, grana con negros
listones paralelos, de la noche que viene a Granada.
(Las paredes de añil de los
callejones de su barrio secreto las dejó todas pintorreadas con cisco: rosas y
ascos. En el puente de las candilejas, encendidas ya en la tarde larga, les
dijo un despectivo taco concreto a las tres brujas del agua mejor. Habló por
tal oculto atajo vertical con el agüero de la escalerilla de arriba. Se
encaramó en otra tapia y le tiró un nardo a la monja blanca que cavaba su huerto
entre dos luces. Con una gran risa cerrada, de pronto, saltó a la comba que
encontró a su paso, o pidió candela por las cuatro esquinas, de niño a niña.
Luego, bajó cabriteando por el camino viejo de las lagartijas de blanco bronce,
de las campanillas azules salpicadas de cal, de los hormigueros incesantes.)
… No se mató. ¿Se entró por la casa
caída? ¡No sabemos ya dónde saldrá! Pero, ahora ¿por qué pasadizo va
acompañando con su farola de colores al Santísimo? ¿Por qué boca de pozo,
alcantarilla, cañería, ha salido levantando la losa de mármol rojo, a la
sacristía donde le esperaba “sonriyendo” Falla? Se sacude fantasmas, aleluyas y
caricias, y como un hospiciano que no haya visto nada en el mundo, llega a casa
a la hora total y, compunjido de voz y ojos, ceño de lástima, una azucena de
tela en la mano, canta con Isabelita romances y villancicos de Nochebuena.
Juan Ramón Jiménez, 1928
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