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2673. ¿Cuál fue la distribución geográfica del maquis en España?




Galicia-León: declive federacionista y apogeo de los comunistas

La Federación de Guerrillas de León-Galicia había sido la organización pionera de la resistencia antifranquista, se había mostrado sumamente eficaz y los comunistas copiaron tanto su estructura como incluso sus manuales básicos de supervivencia y comportamiento.

El PCE tenía el control de la guerrilla en amplias zonas de España, pero en León y Galicia la situación era diferente, por cuanto existía un grupo establecido, y el enfrentamiento entre la Federación y el recién creado Ejército Guerrillero de Galicia, dominado por los comunistas, parecía inevitable.

Pese a todos los reveses, la Federación seguía en la brecha en 1946, e incluso el 1 de abril editó de nuevo El Guerrillero. Socialistas y libertarios intentaron recomponer una vez más la unidad de acción con los comunistas. Para llevar a cabo un arreglo definitivo, los jefes guerrilleros decidieron celebrar un nuevo congreso en los montes de Cayaso. Este "Congreso de Reunificación" ratificó al estado Mayor y solventó, sobre el papel, la cuestión de la unidad y el pluralismo de la Federación, aunque en la práctica significó la consumación de la ruptura. Las discusiones políticas transcurrían, mientras tanto, simultáneamente a la práctica guerrillera aunque el acontecimiento de mayor repercusión en la provincia de León no lo llevaron a cabo los maquis de la Federación, sino los huidos del nordeste, que se mantenían al margen de la guerrilla organizada.

Sin embargo, a finales de 1944 y principios de 1945 la provincia de León y el oriente de Galicia habían comenzado a perder importancia en beneficio del norte y oeste gallegos, fundamentalmente la provincia de La Coruña y el norte de Lugo.


Dos visiones de la guerrilla en Asturias

Durante el trienio 1945-1947 se mantuvieron en Asturias las discrepancias tácticas entre socialistas y comunistas. Siguiendo las directrices marcadas por el exilio, los primeros llevaron a cabo una existencia puramente defensiva y de protección de los cuadros políticos. Los comunistas aplicaron enérgica y decididamente las instrucciones del partido, y empezaron a segregar una organización poderosa que mezclaba a guerrilleros veteranos con jóvenes que admiraban su empuje y que además eran repudiados por los guerrilleros del PSOE (los socialistas no aceptaban ni siquiera a los enlaces quemados, que trataban de sacar al extranjero).

La propuesta de los socialistas tenía como objetivo la creación de una entidad guerrillera unitaria y democrática, que estuviera a la defensiva, y que testimoniara la existencia de una oposición en el interior de España. Los dirigentes socialistas, sin embargo, ni creían en la viabilidad de la lucha armada ni estaban dispuestos a pasar a una ofensiva generalizada, pese al indudable apoyo popular que tenían en las cuencas mineras. El marco internacional favorable a la oposición antifranquista no lo contemplaron como una oportunidad para hostigar al franquismo, sino para actuar políticamente a la espera de la intervención de las potencias democráticas. Frente a la resignación socialista, los comunistas eligieron la vía insurreccional y pusieron en pie una de las organizaciones armadas más activas del país.

El fracaso de la unidad entre socialistas y comunistas suscito dos efectos inmediatos. El primero se tradujo en una franca hostilidad entre militantes de ambos partidos; el segundo, el fracaso de la unidad de acción, ratificó a los socialistas en su tesis de la vertiente defensiva y política de los guerrilleros.

A partir de 1946, en que fue desarticulado el aparato político con la detención de Casto García Unza, la Agrupación Guerrillera de Asturias (también conocida como Agrupación Pasionaria) no tuvo un Estado Mayor que centralizara y canalizara el ejercicio del poder armado, lo que resulta sorprendente en una resistencia tan politizada y activa.

Por su parte la guerrilla santanderina a partir de 1945 se constituyó en tres brigadas. La Brigada Guerrillera de los Picos de Europa (también conocida como Brigada Machado) fue la más numerosa y tenía su base en la zona occidental de Cantabria, entre Santander y Asturias. La muerte de "Machado", carismático militante ugetista, dirigente indiscutido de la resistencia cántabra, resultó devastadora para el maquis, condenado a partir de entonces a la fragmentación en partidas más o menos activas, pero carente de una organización superior capaz de clarificar objetivos y aunar esfuerzos.


Una breve referencia al "caso del País Vasco"

Un territorio que parecía disponer de las condiciones adecuadas para la formación de una resistencia armada rural: próximo a la frontera, con orografía idónea para la guerra irregular y un importante segmento de población obrera en Vizcaya. En contra estaba el hecho de que el Partido Comunista apenas había tenido implantación popular entre el proletariado de la región dominado por los socialistas y de que la hegemonía ideológica en el medio rural estaba en manos de un nacionalismo moderado que rechazaba el recurso a la violencia.

En la zona de los Pirineos vasco-franceses, desde el año 1943 se había formado un batallón nacionalista, dirigido por Pedro Ordoki, que había sido oficial del Ejército vasco. Pero el PNV, partido que estaba por la vía diplomática y no por la insurgencia, disolvió en 1947 este batallón que podría haberse constituido como embrión de la guerrilla en el País Vasco.


La vida efímera del Ejército Guerrillero de la Zona Centro 

Entre las organizaciones guerrilleras adquirió relevancia inmediata el Ejercito Guerrillero de Centro o Agrupación Extremadura-centro, integrado por cinco agrupaciones: la región extremeña, La Mancha, Córdoba, Ávila y Madrid. El Ejército de la Zona Centro abarcaba, por tanto, desde Gredos hasta Despeñaperros, y desde las cadenas montañosas extremeñas hasta las sierras de Albarracín y Cuenca. El grueso de los componentes de estas guerrillas lo formaban los antiguos grupos de huidos, sobre todo en Cáceres, Toledo, Ciudad Real y Córdoba. 

El personaje más influyente en los inicios de la resistencia fue José Isasa Olaizola, "Fermín", enviado desde Argentina a Madrid en el verano de 1944. Aunque en teoría llegó a ser el líder del Alto Mando Guerrillero o Consejo Central de la Resistencia, en la práctica esta organización no existió a escala nacional y el poder de "Fermín" se reducía al importante Ejército Guerrillero de la Zona Centro. 

La 1ª agrupación se ubicaba en Extremadura (los guerrilleros extremeños llevaron a cabo una importante campaña propagandística durante 1945, con la edición y distribución de El Guerrillero Extremeño) y Toledo. Los desplazamientos entre Toledo, Ciudad Real y Cáceres eran habituales: las guerrillas se movían fundamentalmente en los limites provinciales. 

La 2ª Agrupación comprendía una parte de La Mancha y tenía su centro en Ciudad Real (provincia que se convirtió en encrucijada de partidas por su situación geográfica). Como sucedía en Extremadura, en esta zona a los mandos no les era fácil controlar a las partidas, que en la mayor parte de las ocasiones actuaban por libre. 

Por lo que respecta a Albacete, la 5ª Agrupación también se organizó en torno a partidas de huidos existentes. En 1947 se produjeron numerosas bajas e incluso los dos jefes, "Timochenko" y "Panízares", huyeron de la zona. 

La resistencia abulense-madrileña, denominada posteriormente Agrupación de Gredos, apenas tuvo tiempo de consolidarse ya que sus jefes serian detenidos con sorprendente rapidez. La desaparición de la Agrupación de Gredos en 1947 fue seguida por las demás Agrupaciones de la Zona Centro, donde se produjo un fenómeno único: la desarticulación casi definitiva a finales del mismo año. De hecho, a partir de entonces sólo se mantuvieron algunas partidas aisladas. Al contrario de lo que ocurrió en Galicia, Valencia, Asturias, o Málaga-Granada, con un importante movimiento guerrillero también en el periodo siguiente, la Zona Centro, donde proliferaban de manera sombrosa los delatores y confidentes, recibió en 1947 un castigo severo, casi definitivo.

Las agrupaciones andaluzas: Córdoba, Granada-Málaga y Cádiz 

La guerrilla en Andalucía se desarrollé sobre todo en Córdoba, Málaga, Granada y Cádiz, con ligeras incursiones en Sevilla, Jaén y Almería. No había, sin embargo, características que homogeneizaran la resistencia de esta región. Mientras Córdoba (epicentro de la resistencia en Andalucía norte) estaba unida al Ejercito Guerrillero de la Zona Centro (en la practica se relacionó mas con Ciudad Real y Badajoz que con las provincias andaluzas), el importante foco guerrillero de Granada y Málaga se comportaba como un feudo ajeno al norte de Andalucía e incluso desvinculado del maquis gaditano, geográficamente más próximo. 

También con respecto a los hombres se evidenciaban diferencias entre la alta y la baja Andalucía. En Córdoba la mayor parte de los maquis estaban huidos desde los tiempos de la guerra, mientras que en el caso de Granada Málaga una parte de los dirigentes se incorporaron desde el norte de África, en un plan diseñado por el aparato comunista, que había propiciado la llegada a las costas malagueñas de antifranquistas, que contactaron con las bolsas de huidos de la zona existentes ya desde 1937. Finalizada la guerra civil, las partidas más representativas, dirigidas por comunistas y anarquistas, trataron sobre todo de evitar que los huidos derivaran hacia posiciones próximas al bandolerismo y se mantuvieran en los esquemas de una lucha armada. A principios de 1946 comenzó a funcionar la guerrilla organizada.

El vacío de poder de las dos provincias andaluzas terminó cuando se puso al frente del maquis de Granada-Málaga José Muñoz Lozano, "Roberto", quien se reveló como el mas formidable jefe de las guerrillas españolas de posguerra. Hizo factible que un territorio que apenas contaba con 25 hombres alcanzara en unos meses mas de 100 guerrilleros y, con el mérito adicional de que "Roberto" llevó a su apogeo a la Agrupación de Granada-Málaga cuando más dura era la represión, cuando habían desaparecido o estaban agonizantes la mayor parte de las agrupaciones y cuando el régimen franquista estaba plenamente consolidado.

Con la llegada de "Roberto" se efectuaron cambios en la organización andaluza. No se modificó la estructura de los batallones, que estaban divididos en compañías y grupos, pero introdujo una disciplina militar que llevo incluso a las graduaciones. Una importante red de enlaces y la utilización de las tácticas guerrilleras en un territorio idóneo permitieron que Granada y Málaga se situaran en el centro de las preocupaciones policiales del régimen. Por lo que respecta a la financiación de la guerrilla, "Roberto" disminuyo los atracos y potencié los secuestros, que eran más rentables y menos peligrosos.


La Agrupación de Levante y Aragón

En tierras levantinas y aragonesas se constituyo la agrupación más destacada del maquis, que además contaba con la particularidad de que sus integrantes procedían en su mayor parte de la Resistencia francesa. 

La Agrupación Guerrillera de Levante (AGL) fue, por tanto, una creación de los responsables comunistas en Francia y estuvo bajo el control directo de la dirección del PCE (en concreto de Santiago Carrillo) . Su órgano de expresión y propaganda, El Guerrillero, que se editó entre 1946 1949, llego a tirar 5.000 ejemplares. Cientos de hombres aceptaron la disciplina de la organización, y en el año 1947 había 210 guerrilleros activos en la zona. Fue la única agrupación que contó con una escuela de guerrilleros, situada primero en Aguaviva y desde agosto de 1948 en los Montes Universales, y, finalmente, el territorio de su actuación se convirtió, a partir de 1947, en "zona de guerra". 

A partir de 1947 la AGL pasó a conocerse como AGLA (Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón).

Por lo que respecta a Aragón era una región dividida. Mientras que Teruel formaba parte importante de la AGLA, Zaragoza (excepto la comarca de Caspe) y, sobre todo, Huesca permanecieron al margen del proyecto guerrillero potenciado desde Toulouse por el PCE. La razón vendría dada porque Zaragoza y Huesca se consideraban simplemente como territorio de paso para avituallar al maquis levantino. El incremento de las guerrillas en Huesca habría multiplicado las fuerzas de represión en la zona, con el riesgo de interrumpir las comunicaciones entre Levante y Toulouse. 

Pero las provincias aragonesas ajenas a la AGLA también tuvieron su organización guerrillera. Lugar de paso de las invasiones pirenaicas, posteriormente surgieron en ellas grupos armados más o menos estables. Las sierras de Carbonera, Agúero, Alcubierre, Santo Domingo y Luna se constituyeron como bases de las primeras partidas. 

En 1944 nace la Agrupación Guerrillera del Alto Aragón (AGAA), creada oficialmente tras la fusión de dos pequeñas partidas. La AGAA llevó a cabo algunas operaciones reseñables en las comarcas de Litera, Ribagorza y Sobrarbe. Lo más significativo de la guerrilla oscense fue su tendencia a privilegiar la tarea política en detrimento de las acciones armadas. 

Por su parte, el PSUC intentó estructurar una resistencia rural en el suroeste de Tarragona, en las proximidades de Montsant, con el objetivo de enlazar con la AGLA. En poco tiempo fue desmantelada. Otro foco de guerrilla rural bajo los auspicios del PSUC se produjo a partir de enero de 1947 en la sierra de Musara, en la banda septentrional de Reus (Tarragona) . Pero este foco también fue eliminado por la policía como consecuencia de las caídas de marzo y abril de 1947 en Barcelona.


12 preguntas sobre el maquis
La Biblioteca, 2003


Esta edición no venal, con fines pedagógicos y hecha para su distribución entre el alumnado del Instituto de Enseñanza Secundaria Pablo Serrano y el público asistente a las jornadas sobre el Maquis, rescatada, a celebrar en Andorra del 29 de abril al 9 de mayo de 2003, se acabó de imprimir vísperas del 23 de abril, Día de Aragón.












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