Galicia-León: declive
federacionista y apogeo de los comunistas
La Federación de Guerrillas de León-Galicia había sido la
organización pionera de la resistencia antifranquista, se había mostrado
sumamente eficaz y los comunistas copiaron tanto su estructura como incluso sus
manuales básicos de supervivencia y comportamiento.
El PCE tenía el control de la guerrilla en amplias zonas de
España, pero en León y Galicia la situación era diferente, por cuanto existía
un grupo establecido, y el enfrentamiento entre la Federación y el recién
creado Ejército Guerrillero de Galicia, dominado por los comunistas, parecía
inevitable.
Pese a todos los reveses, la Federación seguía en la brecha en
1946, e incluso el 1 de abril editó de nuevo El Guerrillero. Socialistas y libertarios intentaron recomponer una vez más
la unidad de acción con los comunistas. Para llevar a cabo un arreglo
definitivo, los jefes guerrilleros decidieron celebrar un nuevo congreso en los
montes de Cayaso. Este "Congreso de Reunificación" ratificó al estado
Mayor y solventó, sobre el papel, la cuestión de la unidad y el pluralismo de
la Federación, aunque en la práctica significó la consumación de la ruptura.
Las discusiones políticas transcurrían, mientras tanto, simultáneamente a la
práctica guerrillera aunque el acontecimiento de mayor repercusión en la
provincia de León no lo llevaron a cabo los maquis de la Federación, sino los
huidos del nordeste, que se mantenían al margen de la guerrilla organizada.
Sin embargo, a finales de 1944 y principios de 1945 la provincia
de León y el oriente de Galicia habían comenzado a perder importancia en
beneficio del norte y oeste gallegos, fundamentalmente la provincia de La
Coruña y el norte de Lugo.
Dos visiones de la guerrilla en Asturias
Durante el trienio 1945-1947 se mantuvieron en Asturias las
discrepancias tácticas entre socialistas y comunistas. Siguiendo las
directrices marcadas por el exilio, los primeros llevaron a cabo una existencia
puramente defensiva y de protección de los cuadros políticos. Los comunistas
aplicaron enérgica y decididamente las instrucciones del partido, y empezaron a
segregar una organización poderosa que mezclaba a guerrilleros veteranos con
jóvenes que admiraban su empuje y que además eran repudiados por los guerrilleros
del PSOE (los socialistas no aceptaban ni siquiera a los enlaces quemados, que
trataban de sacar al extranjero).
La propuesta de los socialistas tenía como objetivo la creación de
una entidad guerrillera unitaria y democrática, que estuviera a la defensiva, y
que testimoniara la existencia de una oposición en el interior de España. Los dirigentes
socialistas, sin embargo, ni creían en la viabilidad de la lucha armada ni
estaban dispuestos a pasar a una ofensiva generalizada, pese al indudable apoyo
popular que tenían en las cuencas mineras. El marco internacional favorable a
la oposición antifranquista no lo contemplaron como una oportunidad para
hostigar al franquismo, sino para actuar políticamente a la espera de la
intervención de las potencias democráticas. Frente a la resignación socialista,
los comunistas eligieron la vía insurreccional y pusieron en pie una de las
organizaciones armadas más activas del país.
El fracaso de la unidad entre socialistas y comunistas suscito dos
efectos inmediatos. El primero se tradujo en una franca hostilidad entre
militantes de ambos partidos; el segundo, el fracaso de la unidad de acción,
ratificó a los socialistas en su tesis de la vertiente defensiva y política de
los guerrilleros.
A partir de 1946, en que fue desarticulado el aparato político con
la detención de Casto García Unza, la Agrupación Guerrillera de Asturias
(también conocida como Agrupación Pasionaria) no tuvo un Estado Mayor que
centralizara y canalizara el ejercicio del poder armado, lo que resulta
sorprendente en una resistencia tan politizada y activa.
Por su parte la guerrilla santanderina a partir de 1945 se
constituyó en tres brigadas. La Brigada Guerrillera de los Picos de Europa
(también conocida como Brigada Machado) fue la más numerosa y tenía su base en
la zona occidental de Cantabria, entre Santander y Asturias. La muerte de
"Machado", carismático militante ugetista, dirigente indiscutido de
la resistencia cántabra, resultó devastadora para el maquis, condenado a partir
de entonces a la fragmentación en partidas más o menos activas, pero carente de
una organización superior capaz de clarificar objetivos y aunar esfuerzos.
Una breve referencia al "caso del País Vasco"
Un territorio que parecía disponer de las condiciones adecuadas
para la formación de una resistencia armada rural: próximo a la frontera, con
orografía idónea para la guerra irregular y un importante segmento de población
obrera en Vizcaya. En contra estaba el hecho de que el Partido Comunista apenas
había tenido implantación popular entre el proletariado de la región dominado
por los socialistas y de que la hegemonía ideológica en el medio rural estaba
en manos de un nacionalismo moderado que rechazaba el recurso a la violencia.
En la zona de los Pirineos vasco-franceses, desde el año 1943 se
había formado un batallón nacionalista, dirigido por Pedro Ordoki, que había
sido oficial del Ejército vasco. Pero el PNV, partido que estaba por la vía
diplomática y no por la insurgencia, disolvió en 1947 este batallón que podría
haberse constituido como embrión de la guerrilla en el País Vasco.
La vida efímera del Ejército
Guerrillero de la Zona Centro
Entre las organizaciones
guerrilleras adquirió relevancia inmediata el Ejercito Guerrillero de Centro o
Agrupación Extremadura-centro, integrado por cinco agrupaciones: la región
extremeña, La Mancha, Córdoba, Ávila y Madrid. El Ejército de la Zona Centro
abarcaba, por tanto, desde Gredos hasta Despeñaperros, y desde las cadenas
montañosas extremeñas hasta las sierras de Albarracín y Cuenca. El grueso de
los componentes de estas guerrillas lo formaban los antiguos grupos de huidos,
sobre todo en Cáceres, Toledo, Ciudad Real y Córdoba.
El personaje más influyente en
los inicios de la resistencia fue José Isasa Olaizola, "Fermín",
enviado desde Argentina a Madrid en el verano de 1944. Aunque en teoría llegó a
ser el líder del Alto Mando Guerrillero o Consejo Central de la Resistencia, en la práctica
esta organización no existió a escala nacional y el poder de "Fermín"
se reducía al importante Ejército Guerrillero de la Zona Centro.
La 1ª agrupación se
ubicaba en Extremadura (los guerrilleros extremeños llevaron a cabo una
importante campaña propagandística durante 1945, con la edición y distribución
de El Guerrillero Extremeño) y Toledo. Los desplazamientos entre Toledo, Ciudad
Real y Cáceres eran habituales: las guerrillas se movían fundamentalmente en
los limites provinciales.
La 2ª Agrupación
comprendía una parte de La Mancha y tenía su centro en Ciudad Real (provincia
que se convirtió en encrucijada de partidas por su situación geográfica). Como
sucedía en Extremadura, en esta zona a los mandos no les era fácil controlar a
las partidas, que en la mayor parte de las ocasiones actuaban por libre.
Por lo que respecta a Albacete,
la 5ª Agrupación también se organizó en torno a partidas de huidos existentes.
En 1947 se produjeron numerosas bajas e incluso los dos jefes,
"Timochenko" y "Panízares", huyeron de la zona.
La resistencia abulense-madrileña,
denominada posteriormente Agrupación de Gredos, apenas tuvo tiempo de
consolidarse ya que sus jefes serian detenidos con sorprendente rapidez. La
desaparición de la Agrupación de Gredos en 1947 fue seguida por las demás
Agrupaciones de la Zona Centro, donde se produjo un fenómeno único: la
desarticulación casi definitiva a finales del mismo año. De hecho, a partir de
entonces sólo se mantuvieron algunas partidas aisladas. Al contrario de lo que
ocurrió en Galicia, Valencia, Asturias, o Málaga-Granada, con un importante
movimiento guerrillero también en el periodo siguiente, la Zona Centro, donde
proliferaban de manera sombrosa los delatores y confidentes, recibió en 1947 un
castigo severo, casi definitivo.
Las agrupaciones andaluzas:
Córdoba, Granada-Málaga y Cádiz
La guerrilla en Andalucía se
desarrollé sobre todo en Córdoba, Málaga, Granada y Cádiz, con ligeras
incursiones en Sevilla, Jaén y Almería. No había, sin embargo, características
que homogeneizaran la resistencia de esta región. Mientras Córdoba (epicentro
de la resistencia en Andalucía norte) estaba unida al Ejercito Guerrillero de
la Zona Centro (en la practica se relacionó mas con Ciudad Real y Badajoz que
con las provincias andaluzas), el importante foco guerrillero de Granada y
Málaga se comportaba como un feudo ajeno al norte de Andalucía e incluso
desvinculado del maquis gaditano, geográficamente más próximo.
También con respecto a los
hombres se evidenciaban diferencias entre la alta y la baja Andalucía. En
Córdoba la mayor parte de los maquis estaban huidos desde los tiempos de la
guerra, mientras que en el caso de Granada Málaga una parte de los dirigentes
se incorporaron desde el norte de África, en un plan diseñado por el aparato
comunista, que había propiciado la llegada a las costas malagueñas de
antifranquistas, que contactaron con las bolsas de huidos de la zona existentes
ya desde 1937. Finalizada la guerra civil, las partidas más representativas,
dirigidas por comunistas y anarquistas, trataron sobre todo de evitar que los
huidos derivaran hacia posiciones próximas al bandolerismo y se mantuvieran en
los esquemas de una lucha armada. A principios de 1946 comenzó a funcionar la
guerrilla organizada.
El vacío de poder de las dos
provincias andaluzas terminó cuando se puso al frente del maquis de
Granada-Málaga José Muñoz Lozano, "Roberto", quien se reveló como el
mas formidable jefe de las guerrillas españolas de posguerra. Hizo factible que
un territorio que apenas contaba con 25 hombres alcanzara en unos meses mas de
100 guerrilleros y, con el mérito adicional de que "Roberto" llevó a
su apogeo a la Agrupación de Granada-Málaga cuando más dura era la represión, cuando habían
desaparecido o estaban agonizantes la mayor parte de las agrupaciones y cuando
el régimen franquista estaba plenamente consolidado.
Con la llegada de
"Roberto" se efectuaron cambios en la organización andaluza. No se
modificó la estructura de los batallones, que estaban divididos en compañías y
grupos, pero introdujo una disciplina militar que llevo incluso a las graduaciones.
Una importante red de enlaces y la utilización de las tácticas guerrilleras en
un territorio idóneo permitieron que Granada y Málaga se situaran en el centro
de las preocupaciones policiales del régimen. Por lo que respecta a la
financiación de la guerrilla, "Roberto" disminuyo los atracos y
potencié los secuestros, que eran más rentables y menos peligrosos.
La Agrupación de Levante y
Aragón
En tierras levantinas y
aragonesas se constituyo la agrupación más destacada del maquis, que además
contaba con la particularidad de que sus integrantes procedían en su mayor
parte de la Resistencia francesa.
La Agrupación Guerrillera de
Levante (AGL) fue, por tanto, una creación de los responsables comunistas en
Francia y estuvo bajo el control directo de la dirección del PCE (en concreto
de Santiago Carrillo) . Su órgano de expresión y propaganda, El Guerrillero,
que se editó entre 1946 1949, llego a tirar 5.000 ejemplares. Cientos de
hombres aceptaron la disciplina de la organización, y en el año 1947 había 210
guerrilleros activos en la zona. Fue la única agrupación que contó con una
escuela de guerrilleros, situada primero en Aguaviva y desde agosto de 1948 en
los Montes Universales, y, finalmente, el territorio de su actuación se
convirtió, a partir de 1947, en "zona de guerra".
A partir de 1947 la AGL pasó a
conocerse como AGLA (Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón).
Por lo que respecta a Aragón
era una región dividida. Mientras que Teruel formaba parte importante de la
AGLA, Zaragoza (excepto la comarca de Caspe) y, sobre todo, Huesca
permanecieron al margen del proyecto guerrillero potenciado desde Toulouse por
el PCE. La razón vendría dada porque Zaragoza y Huesca se consideraban
simplemente como territorio de paso para avituallar al maquis levantino. El
incremento de las guerrillas en Huesca habría multiplicado las fuerzas de
represión en la zona, con el riesgo de interrumpir las comunicaciones entre
Levante y Toulouse.
Pero las provincias aragonesas
ajenas a la AGLA también tuvieron su organización guerrillera. Lugar de paso de
las invasiones pirenaicas, posteriormente surgieron en ellas grupos armados más
o menos estables. Las sierras de Carbonera, Agúero, Alcubierre, Santo Domingo y
Luna se constituyeron como bases de las primeras partidas.
En 1944 nace la Agrupación
Guerrillera del Alto Aragón (AGAA), creada oficialmente tras la fusión de dos
pequeñas partidas. La AGAA llevó a cabo algunas operaciones reseñables en las
comarcas de Litera, Ribagorza y Sobrarbe. Lo más significativo de la guerrilla
oscense fue su tendencia a privilegiar la tarea política en detrimento de las
acciones armadas.
Por su parte, el PSUC intentó
estructurar una resistencia rural en el suroeste de Tarragona, en las
proximidades de Montsant, con el objetivo de enlazar con la AGLA. En poco
tiempo fue desmantelada. Otro foco de guerrilla rural bajo los auspicios del
PSUC se produjo a partir de enero de 1947 en la sierra de Musara, en la banda
septentrional de Reus (Tarragona) . Pero este foco también fue eliminado por la
policía como consecuencia de las caídas de marzo y abril de 1947 en Barcelona.
12 preguntas sobre el maquis
La Biblioteca, 2003
Esta edición no venal, con
fines pedagógicos y hecha para su distribución entre el alumnado del Instituto de
Enseñanza Secundaria Pablo Serrano y el público asistente a las jornadas sobre
el Maquis, rescatada, a celebrar en Andorra del 29 de abril al 9 de mayo de
2003, se acabó de imprimir vísperas del 23 de abril, Día de Aragón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario