Encuentro de un padre con sus hijos en el campo francés de Argelès-Sur-Mer (Foto Enrique Tapia) |
Roquedal del pirineo, montañas nevadas,
el viento traía gritos, lamentos y llantos,
y luego aterrados, hacíamos otro tanto;
Éramos seres decepcionados, con rabia.
Recuerdo el recorrido por las carreteras
Recuerdo aquellas sendas largas y tortuosas.
Hambre y frio, furiosos igual que fieras.
Buscando con desespero, un refugio, una choza.
El exilio nos robó la confianza humana
destruyendo la vida, desgarrando la tierra…
Sintiendo en el pecho, ¡eslabones de una cadena!
Al encontrar hijos, marido, el padre y la madre,
volvimos a coger fuerzas y, huyendo la miseria,
después de largo trayecto, volvimos a ver la luz.
Sara Berenguer Laosa
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