Martín Ferreiro Álvarez (Quireza, 13 de septiembre de 1892 - campo nazi de Gusen 23 de noviembre de 1941) |
«Onde repousa aquel home magnífico que morreu defendendo
a liberdade e a República?»1
María Torres / 22 de noviembre de 2019
El 23 de noviembre
de 1941 perecía en Gusen Martín Ferreiro Álvarez, uno de los doscientos
gallegos deportados y entregados a los horrores de la maquinaria nazi, a los
que el franquismo enterró en la sombra. Su sufrimiento, al igual que el de
todas las víctimas, fue inconmensurable.
Martín Ferreiro Álvarez nace a las nueve de la mañana del
13 de septiembre de 1892 en el lugar de Outeiro en Quireza, parroquia de
Cerdedo, en la actualidad Cerdedo-Cotobade (Pontevedra). Gemelo de Manuel,
según su acta de nacimiento, tiene más hermanos: Esperanza, Divina, Francisco,
Antonio y José. Hijo de José y Manuela. Nieto por línea paterna de Carlos y
María Jesusa y por línea materna de Manuel y Francisca.
José Ferreiro, el padre de Martín, fue uno de los más
importantes artistas y maestros de cantería de Galicia, autor de los cruceiros
de Aciveiro, Cerdedo y Quireza. También proyectó y construyó las torres de la
iglesia de Codeseda, las torres de San Salvador en Ares y el castillo de La
Palma de Ferrol.
Según consta en el expediente militar2 de Martín Ferreiro, pertenece al reemplazo
de 1913, tiene una estatura de 1,65 cms. y como oficio el de cantero. El 15 de
marzo de 1914 se le asigna al Regimiento de Infantería Murcia núm. 37, tercer
batallón. El 7 de agosto de 1915 jura bandera en Pontevedra y en octubre,
cumplido el tiempo de permanencia, es licenciado y regresa a Quireza. Se le reclaman
treinta pesetas por «primera puesta de
vestuario.»
En 1922 fija su residencia en A Coruña (Calle Alondra
48) y comienza a trabajar en la industria de la construcción, llegando a ser
maestro de obras.
No pasa la revista militar anual obligatoria en los
años posteriores y sigue sin pagar la multa ni «la
prisión solidaria correspondiente.» Las
autoridades militares manifiestan que «no
recibirá ni la fe de soltería ni la licencia absoluta, careciendo de todos los
derechos y beneficios que le otorga la Ley de Reclutas.»
Se señala además que «cambia de residencia sin
autorización de las autoridades militares» y
se pide a la Guardia Civil de Cerdedo le comunique este extremo oficialmente.
En 1928 normaliza su situación militar y es indultado.
Con la llegada de la República se hace socio del Casino
Republicano. En 1931, afiliado al Partido Republicano Radical Socialista obtiene
el acta de concejal bajo el mandato de Ángel Senra. En 1935 se integra en Unión
Republicana y es nombrado teniente de alcalde y consejero de obras bajo el
mandato municipal de Alfredo Suárez Ferrín. En enero de 1936 es nombrado
contador de la Liga Española de los Derechos del Hombre por Unión Republicana.
Sabemos, además, por un informe de la Policía de A
Coruña3 que es
elegido vocal 2º del Partido Radical en 1934, que el 7 de octubre de ese mismo
año es detenido junto a otros en el Casino Republicano «por dar gritos subversivos al
declararse el estado de guerra», que en julio de 1935 era vocal suplente del Comité
Provincial Ejecutivo de Unión Republicana, que se afilia a Izquierda Republicana
y obtiene el acta de concejal por este partido en las elecciones que dan la
victoria al Frente Popular, que se afilia a Germinal —Ateneo Libertario nacido en 1901— y que asiste al homenaje realizado
a Casares Quiroga en Lugo.
Casado con Palmira Ramil Medín, es padre de cinco
hijos: José, Eva, Martín, Blanca y Olga.
Tras el golpe de estado de julio de 1936, Martín
Ferreiro, defensor de la legalidad republicana, siguiendo órdenes del Gobierno
civil y utilizando un automóvil de propiedad municipal, retira del Ayuntamiento
de A Coruña los cartuchos de dinamita, detonadores y mecha que allí se
guardaban para su utilización en obras municipales. Según se recoge en la Causa
207/1936, por delito de rebelión y traición, «el
concejal Martín Ferreiro Álvarez el día 19 de julio, a las seis de la tarde, se
presentó en los locales de la Guardia Municipal, sitos en el Palacio municipal,
al frente de un grupo de numerosos individuos, y alegando su condición de
concejal, al impedírseles el paso por los guardias, llegó con el grupo hasta el
arcón en que se guardaba la dinamita destinada a obras municipales, y forzando
la cerradura, se apoderó de unos mil cartuchos de dinamita, detonadores, y unos
novecientos metros de mecha, que trasladó al Gobierno Civil con intención de
destinarlos a la agresión que contra el Ejército se preparaba.»4
Según declaración de la Guardia Municipal: «esa tarde del lunes 19 de julio se presentaron un
grupo de treinta individuos y al intentar cerrarles el paso se destacó el
concejal D. Martín Ferreiro Álvarez, quien dijo que iban con él; que penetraron
en el local donde estaba guardada la dinamita y sin duda por no tener la llave,
salió el señor Ferreiro a buscarla, regresando sin lograr encontrarla, por lo
que él mismo forzó la cerradura y se llevaron en el automóvil del alcalde unos
mil cartuchos de dinamita, detonadores y unos 900 metros de mecha, en dirección
al Gobierno Civil.»5
Las autoridades miliares franquistas consideraron este
hecho constitutivo de un delito de traición y acuerdan el procesamiento de
Martín. El 12 de agosto de 1936 se publica una requisitoria en el B.O.P, para
que comparezca y pueda ser reducido a prisión. Finalmente es declarado en
rebeldía.
Luis Lamela García en su libro Estampas de injusticia, relata cómo se llevó a cabo la recogida y
el traslado de la dinamita6:
«El
pontevedrés Martín Ferreiro Álvarez, concejal del ayuntamiento coruñés,
desempeñaba temporalmente el cargo de responsable de las obras del Parque de
Joaquín Costa, actual Santa Margarita. Este hombre conocía la existencia de
paquetes de dinamita en los bajos del Palacio Municipal, utilizada para las
obras que se realizaban en el citado Parque y cuyo control estaba a cargo del
ingeniero Víctor Solórzano.
Con la constancia del depósito de
explosivos y en vista de que se estaban requisando las armas y la dinamita en
las armerías de la ciudad, Martín Ferreiro solicitó de José Moreno Torres el
envío de una docena de hombres de la Confederación Nacional del Trabajo, con el
propósito de trasladar la dinamita del Ayuntamiento coruñés a los bajos de la
Diputación Provincial en la calle Riego de Agua. Martín Ferreiro comunicó al
Alcalde Suárez Ferrín tal decisión, aunque durante la investigación no hemos
podido precisar si fue antes o después de realizado el transporte.
La realidad comprobada demuestra
que el líder anarco-faísta Moreno Torres envió una treintena de obreros a María
Pita, estacionándose en las inmediaciones del Palacio Municipal en espera de la
llegada del concejal Ferreiro. Acudió a los pocos minutos en un vehículo, tipo
turismo oficial —el del alcalde— [...]
Ferreiro Álvarez cruzó ante los
guardias municipales capitaneando a los obreros, dirigiéndose hacia una especie
de pequeño almacén, en el que se encontraba un arcón que guardaba cajas de
doscientos cincuenta cartuchos de dinamita cada uno, cinco cajas de cien
pistones también cada una, y alrededor de novecientos metros de mecha. El
propio Martín Ferreiro solicitaría la llave del arcón al Jefe de Policía
presente en las instalaciones. El alguacil informaría que la llave estaba en
posesión del encargado de la custodia de los explosivos y que tal funcionario
no se encontraba en las cercanías. Ferreiro forzaría el arcón golpeando el
candado ordenando que todo el contenido de explosivos fuese trasladado al
vehículo oficial.
[...] La requisa de los explosivos se realizaría, según
indicaron los obreros a los policías municipales presentes, por orden del
propio Gobernador Francisco Pérez Carballo [...]»
Martín Ferreiro logra huir. La Guardia Civil no
consigue dar con él a pesar de seguir sus pasos hasta Quireza, su pueblo natal,
donde busca refugio en casa de su hermana Divina. Más tarde lo haría en Teixeiro, municipio en
el que reside su hermano Antonio, donde posiblemente estuvo escondido hasta que
logró pasar a Portugal a finales de octubre de 1936.
En la causa 949/19377 seguida contra Antonio Ferreiro
Álvarez y José García Castro, por delito de auxilio a la rebelión, figura un
informe de conducta de la Comisaría de Investigación y Vigilancia de A Coruña sobre
Martín Ferreiro, al que definen como «elemento
marxista español», y se indica que «en cuanto a su conducta moral, pública y privada,
esta deja mucho que desear; asimismo, en el aspecto comercial, es un verdadero
indeseable, como así lo demuestra las numerosas defraudaciones llevadas a cabo
en los comercios de esta capital,
habiendo dejado un pasivo cuya cuantía oscila entre 150 y 200.000 pesetas». También se señala la existencia de un falso
salvoconducto de Falange fechado el 22 de octubre de 1936, que debió utilizar
Martín Ferreiro para cruzar la frontera a través de A Xironda (Ourense).
En esta causa se citan como hechos probados que el día
24 de octubre de 1936, José García Castro, empleado y sobrino político Antonio
Ferreiro Álvarez, a petición de éste cruza la frontera por A Xironda y viaja en
automóvil hasta Braga, donde se encuentra a Martín Ferreiro en una fonda
próxima a la estación, con el objeto de entregarle un sobre con 800 pesetas.
Tras comer con él y cuando se disponía a regresar a España, Martín Ferreiro le
facilita el falso salvoconducto de Falange que él había utilizado para salir de
España y le sugiere que viaje en tren hasta Tui. Así lo hace José García, que
acaba detenido en la frontera.
Antonio Ferreiro Álvarez es considerado autor de un
delito de adhesión a la rebelión «por
cooperar en la evasión de capital, cuyos efectos redundan en depreciación de
las divisas nacionalistas» y condenado a
doce años y un día de reclusión. José García Castro es absuelto.
Martín Ferreiro logra llegar a París desde Portugal y
tras un tiempo de estancia en esta ciudad, regresa a España. No hay constancia
documental de que combatiera en la Guerra.
Aurora Marco recoge el testimonio de Teresa Alvajar,
hija de César Alvajar e
Amparo López Jean que le
sitúa en Madrid, Valencia y Barcelona durante la contienda8:
«Un día, non podo precisar data, apareceu pola casa
Martín Ferreiro e estivo unha semana con nós. Martín Ferreiro, tenente de
alcalde do Concello da Coruña, despos de estar agochado bastante tempo,
conseguiu fuxir a Paris e desde alí trasladouse a Valencia. Desde este cidade
levantina chegou a Madrid para nos visitar. Este amigo enviara a meu pai uns
versos en que explicaba a odisea da escapada da Galiza a Portugal e de aqui a Francia
[...]
Un día antes de cortarse a estrada
Valencia-Barcelona chegou mamá con Martín Ferreiro, con grande alivio pola nosa
parte. Papá reprochoulle a imprudencia de permaneceren tanto tempo en Valencia
ao que Martín Ferreiro repuxo: "De nos pillar o corte da estrada,
chegaríamos aquí aínda que fose por mar". Ferreiro -que fuxira de Galiza a
Portugal, chegara despois a Paris e de alí voltou a Valencia- estaba afeito a
correr grandes riscos. Coa súa chegada quedei sin cuarto porque, atendendo os
desexos de miña nai, cedinllo ao noso amigo e pasei a durmir no sofá.
Martín Ferreiro era de estatura
regular, groso mais que forte, do cabelo encanecido cortado ao
"punki" e os dentes de arriba de ouro, o que constituía para min unha
obsesión. Movíanselle ao falar, e eu ollaba para el fascinada. Era unha
excelente persoa. Vivía feliz con nós e estaba entusiasmado co cuarto que lle
deixei, coa mesiña-escritorio onde podía relatar, nun caderno azul mariño de
pel, a súa odisea en prosa e en verso, De
los verdugos huyendo, crímenes y horrores viendo. Ás veces saía do seu
cuarto e líanos fragmentos, a mamá e a min, que tiña no colo a Silvia, a filla
de Amparo. A nena. feliz de estar nos meus brazos, ollaba con atención e
sorría, e Martín dicía: "Esta nena é moi intelixente".
A Ferreiro ocorréralle un pequeno
contratempo en París: ao admirar au amplitude dunha estación de metro, colleu o
metro de madeira que sempre levaba no peto, e púxose a tomar medidas con toda tranquilidade.
Pouco faltou para que o tomasen por un espía. E o mesmo aconteceu en Valencia
coa boca dun canón que estaba a contemplar nun parque militar xunto a Castelao
e outros amigos. Cando quitou o metro do peto para medir, o soldado qeu facía
garda detívoo como presunto espía. As credenciais de deputado a Cortes de
Castelao librárono do apuro. Cando finalizou a guerra pasou a Francia, e após
colaborar coa resistencia francesa, foi deportado polos alemans ao campo de
concentración de Mauthausen onde faleceu, segundo contaron testemuñas
presenciais a meu pai en Paris. Que sería dos seus restos mortais? Onde repousa
aquel home magnífico que morreu defendendo a liberdade e a República? Descanse
en paz. Rindo aquí unha homenaxe de admiración au seo valor e constancia na
loita a prol da República.»
Consigue pasar a Francia en el último trimestre de
1938. Desde allí escribe varias cartas a su esposa Palmira, a su hermano Martín y a sus hijos mayores, Eva y Pepe, que firma como Divina, Divina Álvarez, tía Divina
y tu profesora. Sin duda elige este nombre en homenaje a su hermana: Divina Ferreiro Álvarez. En una de las misivas felicita a Eva por sus dieciséis "abriles", en otra manifiesta su alegría a Pepe por haber conseguido aprobar el bachillerato y le aconseja que siga estudiando y que no pierda la esperanza de poder ir a la Universidad más adelante. A su hermano Martín le promete que le comprará unos preciosos cromos cuando vaya a París. La última carta tiene
fecha de 12 de mayo de 1940, poco antes de su detención. En ella hace un
enigmático encargo a su mujer: se trata de recoger un objeto de valor que
pertenece a un tío francés por el que puede obtener muchos francos y le insta a
que solicite ayuda en el Consulado de Francia. En varias cartas alude a este
tío francés, que ocupa un cargo destacado y manifiesta su deseo de trasladarse
a París en 1940.9
No hay constancia documental de su paso por Argelès u
otro campo de concentración en territorio francés. Tampoco la hay de su
alistamiento en alguna Compañía de Trabajadores Extranjeros (C.T.E.), aunque en
otra carta sin fecha enviada por Paulino Cores Soto a la esposa de Martín,
comenta que fueron movilizados a finales de 1939 en las Compañías de Trabajo.
Lo cierto es que fue detenido por el ejército alemán
con toda probabilidad en Saint-Dié, Vosges, entre el 20 y el 26 de junio de
1940 y confinado en el stalag V-D o campo de
prisioneros de Strasbourg, situado en la ciudad
francesa del mismo nombre anexionada como capital de Alsacia al Tercer Reich en
junio de 1940, donde queda registrado con el número 2618. Este stalag funcionó como campo de prisioneros desde
noviembre de 1940 hasta junio de 1942, por lo que suponemos que antes de llegar
a él estuvo recluido en otro.
El 11 de diciembre Martiño Ferreiro sube a un tren
repleto de vagones destinados al transporte de ganado en la estación de
Estrasburgo con destino a Mauthausen, cuyo contingente humano está compuesto
por 847 españoles. Dos días y tres noches de trayecto, sin comida ni bebida,
sin dormir, hasta llegar de madrugada al pueblo de Mauthausen en Austria. Con
temperaturas que superan los veinte grados bajo cero, él y sus compañeros de
viaje, caminan bajo la vigilancia de las SS, hasta recorrer los más de cinco
kilómetros de distancia que les separan del campo de los españoles.
Ya en Mauthausen, tras la ducha, el rasurado y la
desinfección, es registrado como albañil y pulidor con el número de matrícula
4983. Allí deja sus escasas pertenencias y los pocos datos que le sujetan al
pasado: su nombre, fecha y lugar de nacimiento, el nombre de su esposa, y su último
domicilio en A Coruña.
Condenado al trabajo esclavo y al exterminio, sometido a esfuerzos sobrehumanos, el 24 de enero de 1941 es transferido al subcampo
de Gusen, donde queda registrado con la matrícula 9229. No le quedaban ya
fuerzas para resistir aquel horror y perece diez
meses después, a las 06:30 horas del 23 de noviembre en los brazos del coruñés
Francisco Pena Romero. Sus últimas palabras fueron: «Francisco, no volveré a
ver a mi Coruña»10 La causa "oficial" de la muerte es una
nefritis crónica.11 Durante tres días su cuerpo se amontona junto a otros,
esperando un hueco en el crematorio, al que es llevado el 25 de noviembre.
El mismo día en que el cuerpo de Martiño se convierte
en humo y cenizas, se publica una cédula de notificación para hacerle saber que
«por
acuerdo del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de La Coruña, se
pondrán de manifiesto los autos en la Secretaria del referido Tribunal por
término de tres días, a contar del siguiente en que la presente se publique en
el Boletín Oficial del Estado y en el de la provincia, para que dichos
inculpados puedan instruirse y formular, dentro de las cuarenta y ocho horas
siguientes, su escrito de defensa, pudiendo comparecer por sí o por medie de
mandatario y valerse o no de abogado para su defensa. Y para que conste y sirva
de notificación a los inculpados [...]»12
El 21 de enero de 1942,
se hace pública la sentencia del Tribunal Regional de Responsabilidades
Políticas: «En
la ciudad de La Coruña, a veintiuno de enero de mil novecientos cuarenta y dos.
Visto por este Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas el expediente
de su competencia seguido contra Martín Ferreiro Álvarez, de cuarenta y seis
años, casado, Maestro de Obras, hijo de José y de Manuela, natural de Pontevedra
y vecino que fue de La Coruña, actualmente en ignorado paradero, instruido por
el Juez especial designado por la Comisión Provincial de Incautación de Bienes
de esta provincia, y continuado por el de la Jurisdicción en la misma,
Fallamos: Que debemos declarar y declaramos incurso en responsabilidad política
al inculpado Martín Ferreiro Álvarez, y le imponemos, como sanciones, doce años
de inhabilitación absoluta, doce años de destierro a más de doscientos kilómetros
de La Coruña y de Pontevedra, y al pago, de veinticinco mil pesetas. [...]
Y para que sirva de notificación en forma a dicho sancionado, al que se le hace
saber además que contra esta resolución puede interponer dentro del término de
cinco días, a contar del siguiente al de la publicación de este edicto, recurso
de alzada, si le conviniere.»13
La Sentencia del Tribunal Regional de Responsabilidades
Políticas se declara firme y en mayo de 1943, y se requiere a Martín Ferreiro, «para
que dentro del término
de veinte días, a contar del siguiente a la publicación del presente, haga
efectiva la sanción económica que le fue impuesta, o formule la solicitud y
ofrezca las garantías que establece el artículo 14 de la Ley de 9 de febrero de
1939.»14
Tiempo más tarde Adolfo Bregua Mouriño, prisionero de
Mauthausen liberado en 1945, escribe a la familia Ferreiro para informarles de
los detalles de la muerte de Martiño: «murió
en compañía de otros dos coruñeses, uno es Arturo García y otro Andrés,
conocido por el sobrenombre de Chacón y apellido Adriano. Martín pasó mucho
tiempo conmigo. Siempre estuvimos juntos hasta el final. Yo le quería casi como
si fuera mi padre. Nada pude hacer para evitar el desenlace que para mí
fue muy doloroso y solo pido que su mujer y sus hijos tengan resignación y
calma, convencidos que su marido no hizo dañó nunca a nadie, todo lo contrario,
que bueno era, no tenía nunca una mala palabra. Murió como los hombres, por una
idea [...]»15
En julio de 1952, el Juzgado de primera Instancia de A
Coruña, publica dos edictos en el Boletín Oficial del Estado, con intervalo de
quince días, ya que en ese Juzgado se sigue expediente sobre declaración de
fallecimiento de Martín Ferreiro Álvarez «que se ausentó de esta ciudad entre
los días 18 a 21 de julio de 1936, sin que se volviese a tener noticias del
mismo e ignorándose su paradero", a instancias de doña Palmira Ramil
Medín, "la cual disfruta de los beneficios de la pobreza»16
En febrero de 1962, el despacho de abogados y
procuradores Schaps, Hintenthur y Schneider del distrito y Tribunal Superior en
Dusseldorf, solicita a las autoridades francesas, en concreto al Ministerio de
Antiguos Combatientes y Víctimas de Guerra, a instancia de Palmira Ramil Medín,
viuda de Martín Ferreiro Álvarez, una certificación de la deportación de éste desde
Francia a Mauthausen y del posterior fallecimiento: «Martin
Ferreiro Álvarez, de nacionalidad española. Durante la segunda mitad de 1936 se vio obligado a huir
de La Coruña porque era un adversario del régimen franquista y había razones
para temer el enjuiciamiento por sus opiniones políticas. El señor Martín
Ferreiro Álvarez primero trabajo en Francia como arquitecto. Tras la ocupación
de Francia por las tropas alemanas, fue reclutado por la fuerza para el
Servicio de Trabajo Obligatorio. El 13 de diciembre de 1940 fue enviado al
campo de concentración de Mauthausen en Alemania, donde murió el 23 de
noviembre de 1941.»17
Veinticinco años después, el 1 de abril de 1989, Palmira Ramil escribe a Santiago Álvarez: «En la voz de Galicia de 31 de diciembre pasado, aparece una relación de ciento cinco gallegos que perecieron en el Campo de Concentración de Mauthausen. Entre ellos figura mi esposo D. Martín Ferreiro Álvarez, el cual, al iniciarse la guerra civil era Concejal del Ayuntamiento de la Coruña y, por sus ideas republicanas debió huir, primero a Portugal y luego a Francia, donde al suceder la invasión nazi, fue detenido e internado en el Campo de Concentración citado, en el que fue asesinado. Entendiendo que podría corresponderme una pensión por tal motivo, acudo a V. a fin de que me informe respecto al Organismo del que podría obtener documentos que demuestren las circunstancias de la detención, encarcelamiento y muerte de mi esposo, y, aún abusando de su amabilidad, si posee algún documento relativo al mismo, le agradecería enormemente me remitiera una fotocopia.»18
Veinticinco años después, el 1 de abril de 1989, Palmira Ramil escribe a Santiago Álvarez: «En la voz de Galicia de 31 de diciembre pasado, aparece una relación de ciento cinco gallegos que perecieron en el Campo de Concentración de Mauthausen. Entre ellos figura mi esposo D. Martín Ferreiro Álvarez, el cual, al iniciarse la guerra civil era Concejal del Ayuntamiento de la Coruña y, por sus ideas republicanas debió huir, primero a Portugal y luego a Francia, donde al suceder la invasión nazi, fue detenido e internado en el Campo de Concentración citado, en el que fue asesinado. Entendiendo que podría corresponderme una pensión por tal motivo, acudo a V. a fin de que me informe respecto al Organismo del que podría obtener documentos que demuestren las circunstancias de la detención, encarcelamiento y muerte de mi esposo, y, aún abusando de su amabilidad, si posee algún documento relativo al mismo, le agradecería enormemente me remitiera una fotocopia.»18
En el Campo das Laudas, un campo de lápidas en As Raposeiras (Meilide) para recordar a las víctimas del fascismo, el pasado mes de octubre se colocó una en recuerdo de Martiño Ferreiro Álvarez y Carlos Solla leyó un poema de Martiño donde relata su huída.
«Y hasta es posible que en ocasiones sueñe y los sueños
elevan el espíritu fortaleciendo mi alma dolorida y atormentada.»19
_____________________
1. MARCO, Aurora (2012) Teresa Alvajar López: Memorias dunha
Republicana. Aurora Marco (Ed.) Edicions
Laiovento, p. 90
2. Archivo Militar de Guadalajara
3. AIMNOR. Causa
949/1937, facilitada por Xosé Álvarez.
4. AIMNOR Causa 207/1936
5. Ibíd.
6. LAMELA, Luis (1998) Estampas de injusticia. la Guerra
civil del 36 en A Coruña y los documentos originados en la represión, Edicios do Castro, p. 58, 60
7. Archivo Intermedio Militar del
Noroeste. Causa 949/1937, facilitada por Xosé Álvarez.
8. MARCO, Aurora, op.cit., 2012, p. 75,
76, 90
9. Cartas de Martín Ferreiro
Álvarez. Archivo personal de José Luis Alamán Ferreiro
10.Testimonio de Francisco Pena,
hijo del deportado coruñés Francisco Pena Romero
11. ITS Archives, Bad Arolsen
12. B.O.E. núm. 8, de 8/01/1942
13. B.O.E. núm. 112, de 22/04/1942,
p. 2014
14. B.O.E. núm. 249, de 6/09/1943, p. 3161
15. Carta de Adolfo Bregua Mouriño
a José Bouzas. Archivo personal de José Luis Alamán Ferreiro
16. B.O.E.núm.
52, de 10/07/1952, p. 1952 y núm. 211, de 29/07/1952, p. 2141
17. S.H.D. Bureau des Archives des victimes des conflits
contemporains. Caen (France)
18. ÁLVAREZ, Santiago (1989) Las milicias populares gallegas. Un símbolo de la Galicia antifranquista, Ediciós do Castro, p.158
18. ÁLVAREZ, Santiago (1989) Las milicias populares gallegas. Un símbolo de la Galicia antifranquista, Ediciós do Castro, p.158
19. Carta de Martín Ferreiro
Álvarez a su esposa Palmira, de fecha 29/02/1940. Archivo personal de José Luis
Alamán Ferreiro
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