Sierras de Córdoba arriba
—cetrino, calvo y grotesco—,
sobre una jaca torera,
va "Don" Antonio Cañero.
Como en sus tardes famosas
derrocha el "tipo" y el miedo
blandiendo, en vez del rejón,
un trabuco bandolero.
Por sus zajones castaños
sube, burlándose, el viento,
y las hebillas de plata
le suenan como cencerros.
Trae cien caballos montados
de Sevilla, el "caballero".
Cien señoritos juerguistas
para luchar contra el pueblo.
Chatarra de los colmados
—"cantaores", "ganaeros",
ex toreros, pederastas,
gitanos, curas flamencos,
latifundistas ladrones,
"macarras"...—, todo el desecho
de la Sevilla castiza
que se emborracha con Queipo
y paga en balas de plomo
a los pobres cortijeros.
En la columna de "honor"
del señorito flamenco,
van sus amigos de siempre
—amigos de vino y cuernos—:
"el Guerra", "el Bomba", "el Machaco",
Plkman, Pepe "el Algabeño",
Benjumea y Sánchez-Dalp,
en un desfile torero.
Ya de los cien alazanos
le quedan veinte jumentos.
Campo traviesa, los otros,
como alimañas, huyeron.
Medroso, como en sus tardes
"mejores", tiembla Cañero.
Caracolea la jaca,
vuelve la grupa, de miedo,
y cada piedra del monte
cree que es un Pablo Romero.
—Cañero, ¡que viene el toro!
¡Que viene un toro con cuernos!
Por olivares, de noche,
le asedian con tiros ciertos.
La luna roja de Córdoba
le dispara su mortero.
Y un hilo de sudor frío
empapa su piel en hielo.
Todo su valor se orina
por los zajones de cuero.
Sobre un camino, clavado
le deja un fusil del pueblo.
La jaca corre contenta,
libre, por fin, de su peso.
Como un grajo, por las peñas,
aletea su sombrero.
Y las Milicias ya cantan,
puño en alto, a campo abierto:
—¡Cayó un cobarde en la sierra,
el "señorito" Cañero!
Ernesto López Parra
Romancero de la Guerra civil
El Mono azul, 8 de octubre de 1936
Mi barrio de Cordoba lleva el nombre de este "señorito", ya que se edificó en su antigua finca y huertas.
ResponderEliminarPues ya va siendo hora de que cambie de nombre el barrrio.
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