La muchacha de la J.S.U.
Las muchachas de las fábricas y de los talleres tienen en Rosario
Sánchez una gran compañera.
Rosario pertenecía al "Círculo Juvenil Aida Lafuente".
Cuando entre las muchachas del Círculo se evocaba la figura de la heroína
asturiana a Rosario se le apretaban los diente ansiosos de venganza.
Los primeros disparos de la guerra la cogieron ya con el fusil
tras una roca.
Sus diecisiete años los tenía levantados contra el fascismo.
Andando entre fusiles, una bomba le arrancó la mano derecha.
Ahora, ante nuestra bandera, saluda con el puño izquierdo.
Desde
entonces ocupó su puesto en la retaguardia; pero, más de una vez, la he visto
atravesando el campo hasta llegar a las avanzadillas.
—¡Aun me queda la mano izquierda!
Es verdad. Le queda la izquierda y, sobre todo, no le falta nunca
en sus acciones la mano ardiente del corazón juvenil que la empuja hacia donde
el juego de las balas es más intenso y mortífero.
Antonio Aparicio
Ahora, 10 de febrero de 1937
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