Hermano
anarquista: hubo un tiempo
en
que disputábamos tu y yo. ¿No te acuerdas?
Yo
si me acuerdo.
Nuestros
paraísos eran diferentes.
Si
Marx, si Bakunln... ¡Ay qué locos éramosl
Tu
sudor y el mío, juntando tus ríos
en
el mismo suelo.
Y
tu compañera descalza y hambrienta,
y
el niño enfermo,
y
nuestros ancianos
que
todo lo dieron,
sobre
la cuneta
buscando
una capa de sol a sus huesos,
Tú
y yo disputando si Marx, si Bakunin...
¡Ay
qué locos éramos!
Ahora,
sobre el campo,
nuestros
compañeros
agujereados
por
la misma bala que fundió sus cuerpos,
gritan
el delito de nuestras disputas.
Hermano
anarquista, ahora lo sabemos.
Cuando
el enemigo
vierte
su metralla sobre el parapeto,
hombro
contra hombro.
pecho
contra pecho,
sin
decirnos nada nos damos la mano.
Y
Marx y Bakunin se dan un abrazo de fuego,
sellando
su pacto de hermanos
allí
donde están nuestros muertos.
Pedro
Garfías
Comisario/Delegado
de Guerra del Batallon Vlllafranca
La
Armada, órgano oficial de los marinos de la República
Cartagena, 6
de marzo de 1937
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