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3331. María Martínez Sierra funda en España una Asociación feminista

María Martínez Sierra funda en España una Asociación feminista de acentuado perfil europeo y de amplias orientaciones modernas. 

El fruto de una labor tenaz y entusiástica. 

Asistimos a la inauguración del local de la Asociación Femenina de Educación Cívica. Alegría desbordante, inusitada animación, mujeres llenas de entusiasmo, entre las que muchas ostentan nombres ilustres, privilegiados talentos. Arte, buen gusto, distinción, elegancia. Todo esto no es más que el fruto de una labor tenaz y de un esfuerzo inaudito. María Martínez Sierra, alma mater y genio tutelar de la Asociación, aparece entre las damas que pueblan los salones del espléndido local, sofocada, sonriente, incansable, feliz. Contempla su obra realizada, su gran obra feminista, romántica y práctica a un tiempo, con el amoroso deleite, con la intima satisfacción, con la sana, lógica y justificada alegría del creador de una cosa bella, útil, amable, simpática y necesaria. Saludamos a María. La felicitamos. Inquirimos: 

—¿Completamente satisfecha? 

—Satisfecha y contentísima. ¿No lo ve usted? ¿No hay sobrados motivos para estarlo? 

—¿Muchas asociadas? 

—Seiscientas. Pero dentro de poco seremos el doble, y llegaremos, con el tiempo, a sumar unos cuantos miles. Hay un entusiasmo indescriptible. 

—¿Finalidad primordial de la Asociación? 

—Primordiales, esencialísimas, dos. La primera, hacer una especie de hogar espiritual y material para las mujeres que trabajan. Un hogar que deben considerar todas las asociadas como el suyo propio. Esto, para la mujer de la clase media, resuelve muchos problemas. La segunda finalidad, crear una Escuela de Estudios Sociales para la mujer española. 

—¿Sometidas a un lema e ideario comunes? 

—El de reivindicación de sus derechos. El de preparar y capacitar a las mujeres para la vida fuera de sus casas —dentro de ellas pocas somos las que ignoramos y no cumplimos nuestros deberes puramente domésticos—, ya que el hogar tiende a salirse —y que se me perdone la paradoja— del hogar, para extenderse a ciertos radios y sectores de la vida pública. 

—¿Matiz político? 

—Ninguno determinado, ni impuesto. Cada una puede sustentar el credo político que le parezca mejor o más conveniente. Nuestra tendencia es, precisamente, preparar a la mujer para que adopte una posición política, si esto le interesa, con absoluto conocimiento de causa. Ya ve usted: en la Directiva de la Asociación hay señoras desde la extrema izquierda a la extrema derecha. Esto le demostrará que rechazamos la intransigencia y los exclusivismos de partido. 

—¿Tienen entusiasmo las asociadas por las disciplinas y actividades que les marca el reglamento? 

—Mucho. Y con gran satisfacción he sacado la consecuencia de que les gustan y preocupan, sobre todo, los problemas biológicos y sociales. Y mucho también los de carácter exclusivamente político. 

—¿Requisitos económicos para pertenecer a la Sociedad? 

—Se paga para ingresar una cuota de cinco pesetas y una mensual de dos pesetas. 

—¿Principales colaboradoras de usted en esta empresa? 

—Las maestras Julia Peguero y Mercedes Sardá, y la gran artista Pura Ucelay. 


La labor realizada por la Sección de Cultural de la Asociación Femenina de Educación Cívica. 

Durante el primer semestre de su actuación, la Asociación Femenina de Educación Cívica ha organizado varias clases, cursillos y conferencias. 

Los cursillos, en los cuales se explicaron amenas e interesantísimas lecciones sobre «Ejercicios intelectuales», «Biología», «Sugerencias sobre Platón», «Vulgarización del Derecho civil» y «Problemas pedagógicos», estuvieron a cargo de doña María Martínez Sierra, don José María de Otaola, doña Julia Peguero, don José María Requena y doña Mercedes Sardá, respectivamente. Así como las lecciones sobre «Concepto moderno del amor», por el doctor Juarros. 

Las conferencias fueron las siguientes; «Evolución de la ciencia», por don Rafael Campalans; «El sufragio en España», por doña Benita Asas de Manterola; «Concepción Arenal», por el doctor Goyanes; «Características fisiográficas de la Península hispánica», por el señor Hernández Pacheco; «La marcha de las ideas», por doña María de Maeztu; «Seguro de maternidad», por doña Isabel Oyarzábal de Palencia; «La belleza en la educación del sentimiento», por doña Julia Peguero; «Una vida ilustre de mujer: Madame Curie», por don Tomás Batuecas; «La ciencia del hogar», por doña Dolores Nogués; «La mujer en el trabajo profesional», por el doctor Torre Blanco; «Historia del vals», por la señorita Matilde Muñoz; «La mujer ante la nueva Constitución», por don Luis Jiménez de Asúa; «Electricidad y Medicina», por el doctor Fernán Pérez; «Gradación y matiz de los afectos», por el señor Peinador Porrúa; «El Romanticismo y los tiempos presentes», por don Pablo Turull; «Federación», por doña María Martínez Sierra; «La Constitución y los derechos del niño», por el doctor Miguel Hernández Cerra; «El amor y la poesía en la historia del Islam», por don Gonzalo de Reparaz; «Reflexiones sobre política», por doña Josefa Pons de Zamora, «El socialismo y la mujer», por don José Sanchís Banús, etc., etc. 

Las clases, encomendadas a competentísimos profesores de ambos sexos, son de Francés, Inglés, Lengua española. Música, Taquigrafía y Corte. 

La Asociación ha realizado también excursiones al Museo Arqueológico, con una conferencia de doña María Martínez Sierra sobre «La mujer en la civilización egipcia». Al Museo de Reproducciones Artísticas, con conferencia de la misma señora sobre «Historias y mitologías». A Toledo, con charla sobre «Toledo y el Greco», por don José María Torres. Y algunas más


Colofón y envío 

La Asociación Femenina de Educación Cívica tiene su domicilio social en Madrid, plaza de las Cortes número 6, piso primero izquierda. Para ingresar en la Asociación es necesario haber cumplido diez y seis años y ser presentada por dos de las señoras ya asociadas. Las horas de Secretaría son de doce a dos y de diez y nueve a veintiuna, todos los días no feriados. 

Señoras y señoritas de la Asociación Femenina de Educación Cívica: mi felicitación más cordial. Y gracias por su amable invitación. A ustedes sobre todo, María Martínez Sierra y Pura Ucelay, las hadas captadoras de la reprisse de la inauguración. Vuestro nido es tan delicioso, tan confortable, y está tan bien dispuesto para la meditación y el trabajo, que al abandonarle, algo le retiene a uno ya para siempre, con los hilos invisibles, pero fuertes como cadenas, de vuestra simpatía y de vuestro talento. 


Juan del Sarto
Crónica, 19 de junio de 1932








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