Desde Madrid, Modesto, donde ya las primeras
bocanadas de frío que el Guadarrama envía
duramente preparan a glorias venideras
la capital que el triunfo hará posible un día,
recibe mi alabanza, coronel, viejo amigo,
mientras el Ebro justo con su mojada mano
te asciende y de ola en ola, cara al viento y conmigo,
a hombros el Guadalete, pasa el mar gaditano.
¡Nuestro mar, nuestro río, nuestras playas morenas!
¡Las perdidas lecciones entre los arenales!
¡Las salvas de los buques silbados de sirenas,
desde los gratuitos pupitres colegiales!
Pasad, pasad, recuerdos, orgullosos ahora
de aquella rota infancia juntamente vivida,
que hoy para ti, Modesto, coronel, se colora
de populares lauros y palma merecida.
Que desde el Manzanares, ya general de ríos,
quien como tú, hace tiempo, miliciano se viera,
también te condecoren con estos versos míos
Madrid, que no te olvida, Cádiz, que ya te espera.
Rafael Alberti
Hora de España núm. XXII, Octubre
de 1938
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