Lo Último

3466. José García Granell, brigadista del Batallón Lincoln

José García Granell en 1937. Foto: Videa


España fuera de España. Cómo Ybor City, foco fervoroso de españolismo en los Estados Unidos, ha contribuido a lo causa popular . Palabras de un Internacional del Batallón Lincoln 


Del frente, a Madrid 

Un internacional, medio español, medio norteamericano: José García Granell. Hijo de asturianos, trabajador —como tantos otros de origen también español—en Ybor City, en el gran Estado yanqui de Florida. Las noticias del drama de España llegaban con esa emoción que la distancia pone en todo. Se seguían allí con curiosidad apasionada el desarrollo y las alternativas de nuestra lucha. Algunos, sintiendo más en lo vivo la tragedia, vinieron aquí a luchar. Entre ellos, este José García Granell, en quien lo yanqui no ha podido borrar aún lo asturiano. Llamada de la tierra en peligro, tirón de lo que era, por encima de leyes y fronteras, como una patria sentimental. De los hombres de Ybor City que a España vinieron, unos han muerto y otros cayeron heridos. García Granell fue herido, igualmente. Repuesto ahora de sus heridas, está de nuevo en el frente, con su batallón. Ha llegado a Madrid con dos días de permiso Sus compañeros internacionales le han llenado de encargos: comprar tinta, comprar periódicos, recoger fotografías … Ya la mochila esta llena de cosas. Esta misma tarde José García Granell regresará al frente 

—No quiero estar en Madrid ningún día más de los que tengo de permiso. Porque un día de retraso supone luego, como castigo, dos días cavando trincheras. Y prefiero el fusil a la pala y el pico.


Lo que significa Ybor City en los Estados Unidos

Apenas habla de él. Apenas habla de la campaña. El pensamiento se le va hacía allí, hacia Ybor City, hacia los lugares que abandonó poniendo entre ellos y España una inmensa frontera de mar. Su palabra es un recuerdo emocionado de todo lo que —hombres, cosas— quedó lejos.

—Yo creo —dice— que Ybor City es, quizá lo que mejor representa a España en los Estados Unidos. Fue ciudad, y si políticamente, admirativamente, dejó de serlo, en lo espiritual continúa siéndolo. Hoy es una zona importantísima de la ciudad de Tampa, que reúne la mitad de la población de ésta y el ochenta por ciento de su fuerza viva, industrial y comercial. Otro barrio latino hay en Tampa: West Tampa. Pero no tiene la personalidad ni el profundo sabor español de Ybor City. Tres periódicos en castellano publicamos allí: La Traducción, La Prensa, La Gaceta. A través de ellos se sigue con anhelante emoción la lucha de España. 


La Casa del Pueblo y el Centro Asturiano 

—Tenemos la Casa del Pueblo. Ella es allí como el cuartel general de la causa popular. En su teatro habló un día Fernando de los Ríos, entre el entusiasmo de sus oyentes. Otros muchos oradores han comentado también el significado de esta lucha. Tenemos el Centro Asturiano, con un teatro capaz para tres mil personas, salones de baile, biblioteca, gimnasio, boleras, billares, bar, café, jardines bellísimos... Cuenta el Centro, además, con una gran Quinta-Sanatorio y con una Sociedad benéfica, familiar. En Ybor City hay también otras Sociedades de carácter humanitario. El Centro Español cuenta, por ejemplo, con un gran edificio en West Tampa y con otro en Ybor City, con su correspondiente Quinta-Sanatorio. Todos allí somos trabajadores (la industria del tabaco es la principal fuente de la riqueza de Tampa), y por eso seguimos apasionadamente la guerra de España. Se ayuda eficazmente a la causa, y esto lo saben bien el Socorro Rojo Internacional, cuantos han desfilado por la ciudad. (¿Recuerda usted, don Fernando de los Ríos?) Las noticias favorables o adversas de la guerra son comentadas con el interés de las cosas propias. 


La aportación de Ybor City a la causa popular 

—Pero no es sólo, por decir así, un interés platónico, a distancia. La ayuda es efectiva, tangible. Todos los días; un grupo de guapas muchachas recorre las calles de Tampa recogiendo fondos para la causa del Gobierno. Semanalmente se recoge también dinero a la puerta de las fábricas de tabaco. Recuerdo aquellos primeros días de la lucha. Muchos se apuntaron para un banderín de enganche. Se envió un telegrama a Madrid ofreciendo esos hombres. «Disponemos de combatientes —se nos contestó desde Madrid—; agradeceremos la ayuda financiera.» Se empezó a trabajar en este sentido, e inmediatamente se habían reunido muchos miles de dólares. Se amontonaban cantidades enormes de ropas y de material sanitario. Crecía a diario la organización del Socorro Rojo Internacional. Se forma una Comisión de Propaganda. Surgen por todas partes carteles y fotografías. Los oradores inflaman continuamente a sus auditorios. 


Combatientes para España 

Un periódico —La Gaceta— mantiene en continuo fervor ese espíritu de lucha. Y hasta un grupo de hombres de Ybor City viene a combatir a España, enrolados en el Batallón Lincoln, de las Brigadas Internacionales. Somos doce. Y todos han caído muertos o heridos. Estos son los camaradas muertos: Salsita, Pérez, Guijarro, Maldonado, Abelardo Valdés, Arturo Tanez... Supieron morir como buenos. Los demás del grupo hemos sido heridos. Ybor City puede sentir el orgullo de sus muchachos que aquí vinieron a defender la causa de los trabajadores. El pobre Salsita, el pobre Guijarro, el pobre Valdés... El pensamiento de este combatiente de la Internacional va ahora hacia los compañeros caídos. Los que en Ybor City compartieron con él afanes y trabajo y los que ahora, sobre el suelo de España —amado desde Ybor City—, han encontrado la muerte. 


Mundo Gráfico, 16 de junio de 1937







No hay comentarios:

Publicar un comentario