Viudas de legionarios italianos fallecidos en la Guerra de España, homenajeadas por el régimen fascista Museu d'Història de Catalunya |
En Italia, los enemigos del pueblo encontraron un nuevo líder, un renegado
del Partido Socialista, que por un espíritu demagógico y absorbente llegó a ser
director del órgano central del Partido, Avanti.
Nada avenido con la organización democrática, que le sujetaba y le sometía
a la disciplina de la misma, abandonó ésta para erigirse en dictador y caudillo
de unas fuerzas que financiaban los Bancos y los magnates de la industria y del
militarismo.
Mussolini sabía que si enarbolaba bandera en favor de la tiranía no
encontraba en el pueblo masas que le siguieran, y para atraerlas no tuvo
inconveniente en poner como postulados la lucha contra las viejas oligarquías
políticas y la reforma de la propiedad en favor de las clases obreras.
Así picaron el anzuelo muchas gentes del pueblo, cansadas de una política
en la que los partidos obreros no se habían entendido y se habían agotado en
sus luchas intestinas.
Pero tan pronto como Mussolini —o, mejor dicho, el fascismo— tomó el poder
en Italia, lo primero que llevó a cabo fué la estrangulación de toda
libertad política y de toda conquista social, convirtiéndose en amo y señor de
los derechos del pueblo.
Eliminó a sus enemigos, fusilando a millares y millares de hombres que no
tenían otro delito que el amor a su libertad, y los que se salvaron del
fusilamiento los desterró a las islas inhóspitas, donde han muerto en su
mayoría.
El trabajo en Italia hoy es una maldición, porque no hay más jornada ni más
salario que el que establece una parodia de organización dirigida y ordenada
por los sicarios del fascismo, habiendo desaparecido la jornada de ocho horas y
los tipos de salarios que antes regulaban la vida de las masas
trabajadoras.
Y si esto es en lo material, no digamos en lo moral, en lo social y
político, porque pobre del que se sepa que no piensa como el fascio; a ése, en
vez de encarcelarlo o deportarlo lo fusilan al día siguiente.
A bordo del «Libertad», 19 de marzo de 1937
Un Marinero
La Armada, órgano oficial de los marinos de la
República
Cartagena, 20 de marzo de 1937
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