María Torres / 2 Noviembre 2011
"He dicho seriamente que sólo cuando mis ojos no
vean más la luz cesará mi lucha por la solidaridad internacional y los
derechos de la mujer"
El 1 de noviembre de 2011 fallecía Fanny Edelman, una
mujer trasgresora y valiente, llena de sabiduría, que tuvo la fortuna de vivir
intensamente. Durante sus más de 70 años de militancia vivió y participó en los
mayores acontecimientos del siglo XX y fue ejemplo de lucha a favor de los
derechos humanos, solidaria de las que atraviesan fronteras, defensora de los
derechos de las mujeres y una militante a favor de la libertad llena de
rebeldía antifascista que le llevó a ser voluntaria de la II República
Española.
La fundadora y presidenta del partido comunista argentino
nació en Córdoba, Argentina, el 27 de febrero de 1911, hija de inmigrantes
rusos y polacos, bajo el nombre de Fanny Jacovkis. Tras formarse como maestra
de música, en 1934 ingresa en el Partido Comunista y desarrolla
su militancia con los presos políticos y más tarde en el Socorro Rojo
Internacional. Se vuelca con el movimiento de solidaridad con España, que en
Argentina fue muy significativo. Más de 500 argentinos se incorporaron a las
Brigadas Internacionales tras su creación, y entre ellos estaba Fanny y su
marido Bernardo que llegaron a España en septiembre de 1937. Ella
se incorpora al Socorro Rojo y su compañero, que era periodista, fue
representante de La Nueva España.
Según sus palabras, su vida en España fue una
experiencia trágica y hermosa a la vez. “Eso era lo más inolvidable.
Vimos aquel pueblo que con o sin armas, descalzos o con alpargatas, sin
alimentos muchas veces, estaba allí resistiendo, defendiendo a su patria
invadida. Vimos campos ensangrentados, ciudades destrozadas por los bombardeos,
mujeres y niños asesinados en los caminos. Las obras de arte, símbolo de una
cultura que en su época de oro asombró al mundo arrasadas o entregadas por los
facciosos al enemigo en retribución de servicios”.
Permaneció en España dos años compartiendo vida en los
momentos límites de la guerra. Vio de cerca el rostro de lo que era la
República y la guerra, destacando de este recuerdo la acción cultural popular
que llevaron a cabo Rafael Alberti, Teresa León y León Felipe: “Iban
con carretas haciendo obras de teatro, en las escuelas en los campos. Hay tanto
que decir sobre todo lo que se hizo a pesar de que muchos países ayudaron al
dictador Francisco Franco. Fue una traición terrible ayudando a los ejércitos
de Hitler y Mussolini frente a los que ayudaron a La Republica, como México y
la Unión Soviética. Yo digo que si en esa guerra hubiera triunfado la República
Española no hubiera habido una Segunda Guerra Mundial”.
Para Fanny el movimiento creado en
torno a la defensa de la República Española y especialmente las Brigadas
Internacionales representan a su juicio, “una de las manifestaciones
más altas de la solidaridad humana”.
A su regreso a Argentina, se ocupó junto a Neruda de
salvar a miles de exiliados españoles. Más tarde su inquietud solidaria le llevó a ser de las
primeras en llegar a la Cuba de la Revolución y la solidaridad con la Isla pasa
a ser entonces uno de sus objetivos.
También combatió a la dictadura militar argentina y
llevó ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra en 1978 el
testimonio de cientos de familiares y víctimas del terrorismo de Estado en
Argentina.
Los seres humanos como Fanny son inmortales,
sobreviven en los corazones y junto a los que cada día buscan el ideal de la
Libertad.
Muy guapo el blog. Voy a colgar un enlace a él en el mío si no te importa.
ResponderEliminarwww.asturtsalia.blogspot.com
Salud y República.
Gracias Florentino por el enlace.
ResponderEliminarSalud y República.