Orosia Castán / 6 Enero 2013 / Valladolid Verdad y Justicia
Era albañil de profesión y trabajaba en la empresa familiar que dirigía su padre, quien además era Capataz de obras del ayuntamiento de Valladolid.
Era albañil de profesión y trabajaba en la empresa familiar que dirigía su padre, quien además era Capataz de obras del ayuntamiento de Valladolid.
La familia vivía en el barrio de la Victoria y estaba compuesta por el padre, Bonifacio, maestro albañil; la madre, Luisa Fernández, y los hijos:
Andrés, el mayor; 25 años en 1936, estudiante de Químicas (no pudo acabar los estudios); soltero, dirigente del Partido Comunista. Trabajaba con su padre en la construcción de edificios.
Anastasio, fusilado el 25 de febrero de 1937 a los 18 años.
Antonio, de 16 años, que se fue a las Olimpiadas Populares de Barcelona y allí lo sorprendió el golpe de estado, sin que su familia supiera nada de él durante toda la guerra; sufrió cárcel, Batallones de Trabajadores, fue herido. Total, 10 años de penurias. Tras la caída de Barcelona lo trajeron a Valladolid y estuvo cierto tiempo en las Cocheras, donde su familia pudo visitarlo. Después, tras los juicios fue condenado a muerte, aunque le conmutaron la pena y fue enviado a diversas prisiones y campos de concentración: Las Palmas de Gran Canaria, Valencia, Jaca, Reus… Había estado en el frente, con el ejército republicano, y le tocó luchar en el Frente de Teruel. Por fin cogió el tifus y casi murió, pero salió adelante. Como se dice, tenía 16 años cuando fue a Barcelona a participar en las Olimpiadas Populares. Cuando todo terminó, lo pasó muy mal, ya que nadie lo contrataba. En la cárcel fue humillado y agredido de muchas maneras; entre otras cosas, hubo de aprenderse el catecismo entero. Por si fuera poco, en los años 80 le denegaron las indemnizaciones, porque no tenía documentos probatorios. Se dedicó a la construcción. Tenía la vida destrozada.
Segundo, que tenía en aquel momento 10 años
Dionisia, la menor y única niña, que tenía seis años.
En el año 1934, Andrés apareció en casa con un “camarada asturiano”, huido de la represión desatada en Asturias con motivo de la huelga. La familia acogió a este hombre, lo ayudó y lo escondió. En 1936, este asturiano fue quien delató a Andrés. El trauma total se produjo cuando entre los falangistas que venían a detenerlo la familia lo reconoció sin ninguna duda. Era tuerto. Al producirse el levantamiento, la familia fue visitada muchas noches por grupos de falangistas, que buscaban a Andrés; pero éste se escondía en los patios traseros, saltando las tapias, y así se pudo salvar. Las patrullas revolvían la casa y cada vez se llevaban lo que les apetecía, incluyendo los libros que les pareció oportuno.
Por fin Andrés pudo esconderse en casa de un amigo de la familia, aunque finalmente fue detenido y cumplió prisión en Palencia.
Anastasio, de 18 años, tenía supuestamente menos compromiso, pero simpatizaba con las ideas políticas de su hermano mayor. Una noche fue detenido durante el registro efectuado en su casa por una patrulla que lo llevó al Gobierno Civil. Allí estuvo tres días, durante los que fue visitado por su padre, temeroso de que pudiera sufrir un paseo, cosa frecuente en esos días. Sin embargo, lo llevaron a la cárcel y fue sometido a juicio, condenado a muerte y fusilado. Sus hermanos menores recuerdan que “ su padre le visitaba antes de entrar a trabajar, y que un día les dijo que ya no estaba, y trajo a casa el abrigo de cuero largo que llevaba Anastasio”.
Su fallecimiento está inscrito en el Registro Civil de Valladolid, el día 25 de febrero de 1937.
Anastasio Morencia es uno de los muchos menores de edad asesinados en Valladolid. Tenía 18 años al ser fusilado.
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