Madrileños refugiados en los andenes del metro a causa de los bombardeos. Diciembre 1936 (Foto: Robert Capa) |
En el diario de un teniente alemán, voluntario internacional, se encuentra, con fecha de 25 de diciembre de 1936 –en el curso de las terribles luchas sostenidas ante Madrid en las que intervenía su batallón- la nota siguiente:
“A mediodía, llegamos al batallón “Edgar André”. No había nadie en el campo. Todo el mundo se había ido al Hogar de niños que hay en el castillo de El Pardo. Los camaradas estaban allí, rodeados de niños bulliciosos y alegres que saludaban militarmente. Nuestros hombres les habían llevado algunos regalitos: naranjas, chocolate, bombones, pasteles, hasta salchichas, y también prendas de lana. Una alegría en los rostros de los hombres y de los niños.
Cuando regresamos a la ciudad, los aviones fascistas acababan de bombardearla por segunda vez en aquel día. Las Navidades, según argumentan estos “defensores” de la civilización cristiana, se celebran del mejor modo con una cantidad doble de mujeres y niños asesinados”.
Del libro: “Los niños españoles y las Brigadas Internacionales”
Editado por el Comité pro-niños españoles de las Brigadas Internacionales
Marzo 1938
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