Homenaje al guardameta nacional Ricardo Zamora. Revista Mundo Grafico, 26 diciembre 1934 |
María Torres / 8 Septiembre 2014
Ricardo Zamora, "el divino", fue el gran portero del futbol español, el primer futbolista profesional y el primer ídolo de masas del deporte español. Tras su paso por el Barça y el Espanyol, fichó por el Real Madrid tras pago de 100.000 pesetas de la época .
Ricardo Zamora, "el divino", fue el gran portero del futbol español, el primer futbolista profesional y el primer ídolo de masas del deporte español. Tras su paso por el Barça y el Espanyol, fichó por el Real Madrid tras pago de 100.000 pesetas de la época .
Recibió "La Orden de la República" de manos
de Niceto Alcalá Zamora el 20 de noviembre de 1934, en un partido homenaje a su
figura disputado en el Estadio de Chamartín entre las Selecciones de España y
Hungría. El resultado fue de 6-1.
En febrero de 1936, en Montjuic, se enfrentan en un
encuentro amistoso las Selecciones de España y Alemania. Al sonar el himno del III
Reich, («Canción de Horst Wessel»), los jugadores de Joseph Goebbels que decía
QUE “Ganar un partido de fútbol es más
importante para la gente que capturar una ciudad del Este”, extendieron el brazo y cuadraron el saludo nazi.
Zamora, molesto e indignado con el proceder de los alemanes y como capitán del
equipo español, cuando empezaron los acordes del himno de Riego, levantó con
rabia su puño izquierdo.
Unos meses más tarde, en junio de 1936, el republicano
Madrid Futbol Club, venció la Copa de la República (Campeonato de España de
1936) tras imponerse el Madrid por 2-1 al FC Barcelona en el campo de
Mestalla, y Ricardo Zamora comunicó que concluía su carrera como
futbolista. Tenía entonces 35 años. En la cena de celebración de la
victoria "El divino" terminó su alocución con un "Viva Valencia,
el Madrid y España". Un periodista añadió "y viva la República
también". Pero Zamora permaneció en silencio.
El golpe de estado contra la República le sorprendió
en Madrid, cuando trabajaba como redactor de deportes en el diario Ya, un medio ligado a la Iglesia. En esos convulsos días en el
Madrid de julio de 1936, Ricardo Zamora fue perseguido, detenido por milicianos
y trasladado a la cárcel Modelo. Allí permaneció durante la masacre de
Paracuellos. Parece ser que iba a ser sacado de la cárcel con un
grupo de presos, cuando fue reconocido por un miliciano que le salvó la vida (Pedro
Luis Gálvez). "Le dijo que se fuera con él y consiguió abandonar el camión
que le hubiera llevado a una muerte segura”, según relataba su hijo años
después.
Corrió incluso el rumor de que había sido fusilado, y distintos
medios se hicieron eco de su supuesta muerte, pero al descubrirse su
encarcelamiento, el mundo del futbol se movilizó para solicitar su
libertad. Gracias a la ayuda del anarquista Pedro Luis Gálvez (que sería
fusilado en 1940) y a la Embajada de Argentina, consiguió salir de la cárcel en
noviembre de 1936 y viajar a Valencia para reunirse con su familia, emprendiendo
después su marcha a Francia.
Los franquistas le invitaron a regresar a España. La
respuesta, que les enfureció, llegó a través de una entrevista en el periódico
francés Sport, órgano oficial de la Federación Deportiva y Gimnástica de los Trabajadores:
"Entiéndanlo bien, jamás iré a
Burgos. Si hiciera política sería siempre a servicio del pueblo, a su favor".
En otra entrevista publicada en la Correspondencia de Valencia señalaba: "Decid en España que yo no soy
fascista, que mi único deseo es
regresar allí, trabajar para mi patria con total seguridad".
En Burgos se le señaló y se le puso en la lista de la Ley de Responsabilidades Políticas. Sancionada el 9 de febrero de 1939, en su punto N establecía penas por: "Haber salido de la zona roja después del Movimiento y permanecido en el extranjero más de dos meses, retrasando, indebidamente su entrada en el territorio nacional". Mientras, la República le denominada el "ex-muerto" y le acusaba de jugar a dos bandas en sus discursos y de no existir impedimento alguno para que regresara y “trabaje, como dice, a favor del pueblo”.
En Burgos se le señaló y se le puso en la lista de la Ley de Responsabilidades Políticas. Sancionada el 9 de febrero de 1939, en su punto N establecía penas por: "Haber salido de la zona roja después del Movimiento y permanecido en el extranjero más de dos meses, retrasando, indebidamente su entrada en el territorio nacional". Mientras, la República le denominada el "ex-muerto" y le acusaba de jugar a dos bandas en sus discursos y de no existir impedimento alguno para que regresara y “trabaje, como dice, a favor del pueblo”.
Y regresó a España a través de San Sebastián en 1938. Instalado en
"zona nacional", participó en
partidos en beneficio del “aguinaldo del
soldado” con una selección de jugadores sublevados y la Real Sociedad. También
colaboró con organizaciones juveniles de
Falange, jugando con viejas glorias del FC
Barcelona frente a jugadores del Europa en beneficio de las Organizaciones
Juveniles de las FET de la JONS, pero esta actuación tampoco le libró
de ser procesado y encarcelado por los franquistas. El Consejo Nacional de
Deportes le inhabilitó durante seis meses. Más tarde decidió aceptar el
cargo de entrenador del Atlético Aviación, Así reanudó su carrera
deportiva que le condujo a ocupar el cargo de Seleccionador Nacional en
1952.
El portero que el 5 de junio de 1934, al regreso del Mundial de Italia, era
la estrella en el paseo en autobús desde el puerto de Barcelona hasta los
Jardines de la Exposición entre banderas republicanas sería años después
condecorado por Franco con la Gran Cruz de la Orden de
Cisneros.
Falleció el 8 de septiembre de 1978.
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