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1241. El entierro de Unamuno

Entierro de Miguel de Unamuno. Falangistas portando el féretro, entre los que se encuentra el tenor Miguel Fleta, con camisa azul
en el centro de la imágen mirando a la cámara. Salamanca, 1 de enero de 1937 (Autor: Almaraz)



Miguel de Unamuno ha muerto aislado, en su casa de Salamanca. Ha muerto en la tarde de ese primer día del año 1937, que el pueblo español designa con el nombre de «El año de la Victoria».

La muerte de Unamuno, como los rumores atroces alrededor de otros nombres, traducen al campo de la intelectualidad española la pavorosa tragedia popular de una nación conmovida hasta sus cimientos. Unamuno, a quien todos hemos amado y combatido, muere como era fatal que muriese, en flagrante contradicción con todos y con todo.

Miguel de Unamuno no tenía un desemboque real. Su fuego no era, quizá, de este tiempo; pero era fuego, y, como tal, era vida. El, como nadie, se habrá llevado a la tumba el frío de una España triste, paseada por mercenarios.


Hora de España núm. 1, Página 33
Valencia, enero 1937






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