Dolores Ibárruri Gómez "Pasionaria"
(Gallarta, Vizcaya, 9 de diciembre de 1895 - Madrid, 12 de noviembre de 1989)
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ESPAÑA EN EL CORAZÓN
A lo
largo de mi vida he tenido oportunidad de conocer a mucha gente, y siempre me
ha impresionado la humildad de los grandes, no de los que la propaganda o el
marketing nos presentan como grandes, sino los grandes de verdad. Esa humildad
nace tal vez de que no necesitan demostrar nada ni aparentar que son más de lo
que son. Son lo que son y saben lo que saben, y así se muestran. La grandeza,
en el fondo, puede que sólo sea eso: atreverse a ser uno mismo.
Eso me pasó cuando entrevisté a Dolores Ibárruri, La Pasionaria.
No recordaba el año en que fue diputada, ni la guerra, o no
quería recordar. Sí su infancia en el País Vasco, en un pueblo minero,
Gallarta, y las canciones y juegos de niños. Y a su hijo Rubén, que murió en el
frente de Stalingrado y a todos los demás. Desde joven vistió siempre de negro,
como si estuviera de permanente luto por tantos compañeros caídos. Era una
mujer sencilla, pero la historia la convirtió en un mito.
Yo la recordaré siempre rezando el padrenuestro cuando la
entrevisté en su despacho de la sede del Partido Comunista.
*
JESÚS: ¿A usted cómo le gusta que la llamen: Dolores o Pasionaria
DOLORES: Dolores. Yo me llamo Dolores Ibárruri.
Pasionaria es el seudónimo que utilicé cuando comencé a colaborar en el
periódico de los mineros una Semana Santa y por eso firmé Pasionaria, porque
era una semana de Pasión, la semana de Pasión de la Iglesia. Por eso firmé
pasionaria. He luchado toda mi vida. Cuando era joven, tuve que trabajar en
casas de comerciantes y de otra gente como muchacha de servicio. Pero la
escuela para mí fue lo fundamental. Las escuelas en el País Vasco eran muy
buenas. Y la maestra que yo tuve era una mujer maravillosa. Yo quería ser
maestra y estudié un curso preparatorio para ingresar en la Escuela Normal,
para ser maestra. Y mis padres podrían haberme pagado los estudios. Pero las
vecinas, mujeres de mineros, decían: . Entonces, mis padres decidieron que
dejase de estudiar y que fuese a aprender a coser y me mandaron a un taller de
costura. Y aprendí a coser. No pude ser maestra pero aprendí a coser.
JESÚS:
¿Cuándo fue la última vez que se volvió loca de alegría y por qué?
DOLORES: Pues es muy difícil decirlo. Yo te
puedo decir que he tenido tres hijos de un parto.
JESÚS: ¿Tres?
DOLORES: Tres. Y eso es una gran alegría.
JESÚS: ¿Cuántos hijos ha tenido?
DOLORES: Seis
JESÚS: Seis. ¿Y cuántos hijos le quedan?
DOLORES: Una.
JESÚS: Una.
DOLORES: Unos murieron cuando eran pequeños. Y mi Rubén cayó en
la lucha en defensa de Stalingrado.
JESÚS: ¡Ah, ya! ¿Y mantiene relación con su hija?
DOLORES: Claro, es mi hija Amaya. Tengo unos nietos muy majos.
JESÚS: ¿Y qué cosas le ponen triste, Dolores, en este momento?
DOLORES: ¿En este momento? En fin...La vida no es alegre. Y para
entristecerse no hay que acudir solamente a la situación general de los
trabajadores, sino también a las cuestiones familiares, personales. Cuando hay
algún enfermo, cuando hay otro que no tiene trabajo. En fin, problemas que
surgen en todas las familias y en todos los momentos. Yo no soy una mujer
excepcional. Soy una mujer del pueblo que sufre como sufren todas las mujeres.
MEMORIAS Y OLVIDOS
JESÚS: El Paraíso no está en la Tierra, Dolores.
DOLORES: No, no está en la Tierra. Ni en el Cielo tampoco.
JESÚS: Tampoco
DOLORES: Tampoco.
JESÚS: ¿Por qué luchamos entonces?
DOLORES: Luchamos por mejorar las condiciones de vida de la
clase obrera. Luchamos por terminar con la explotación capitalista. Luchamos
por establecer el socialismo en nuestro país. Por eso luchamos.
JESÚS: ¿Usted considera que la vida la ha tratado bien?
DOLORES: ¿Desde qué punto de vista? ¿Desde el punto de vista de
la salud? Porque la vida...¿Qué es la vida? He sido mujer, hija y nieta de
mineros. Los mineros eran la gente peor pagada y la que peor vivía. En Vizcaya
llueve 160 o 170 días al año, y esos días no se trabajaba; a esos días había
que añadir los domingos y fiestas de guardar. Entonces, podréis imaginar a qué
quedaba reducido el salario de un minero en Vizcaya. Mi padre era artillero de
mina. Mis hermanos, uno era panadero y otro era carpintero, pero les gustaba
más la mina que trabajar en sus profesiones. Yo soy de una familia de mineros.
Mi marido también era minero.
JESÚS: ¿Hay alguna ausencia en España? Para usted ¿quién está
ausente?
DOLORES: Es muy difícil decirlo. Desde el punto de vista
político, bueno, están quienes están. Desde el punto de vista familiar tengo
parientes. Yo no puedo decir quién me falta. Me falta no poder estar con mis
hijos. Yo tengo una hija y varios nietos. Y, lógicamente, me falta mi hija, que
se llama Amaya y me faltan mis nietos. Pero la vida es la vida y el trabajo es
el trabajo. Ellos viven en la Unión Soviética y yo estoy en España.
JESÚS: Dicen que usted es una mujer con mucha casta ¿Qué es la
casta, Dolores?
DOLORES: ¿Casta? Que en una familia vayan sucediéndose las
costumbres y los modos de vida que tiene la familia. Eso es la casta. Yo no
pienso que la casta sea la herencia física, si uno es rubio o moreno, no...
Pienso que son las calidades de los hombres que van formando familias con sus
descendientes. Los fulanos son hijos de menganos, son igual que ellos.
JESÚS: ¿Amó tanto como sufrió en esta vida?
DOLORES: Pues te voy a decir: amar, amé fundamentalmente a mis
hijos. Y, en general, a la clase obrera, a la cual yo pertenecía y por la cual
he luchado y por la cual trabajamos.
JESÚS: ¿Cuál ha sido el mayor error que ha cometido en su vida,
el que jamás volvería a cometer?
DOLORES: No te puedo decir que haya cometido grandes errores que
no se puedan volver a cometer, porque mi vida ha sido una vida muy sencilla. Yo
no he hecho más que... ; mientras viví en casa, en Gallarta, en la zona minera
de Vizcaya, no hice más que trabajar y colaborar en los periódicos que se
publicaban allí, como El minero vizcaíno. Yo colaboraba en El minero vizcaíno,
que era el periódico de los mineros. Y luchaba cuando había que luchar. Si
había una huelga y había que luchar contra los esquiroles, yo, lo mismo que las
otras mujeres de mineros, íbamos a echar a los esquiroles de las minas. En fin.
Desde el punto de vista político yo colaboré desde que comencé a aparecer
políticamente en el periódico de los mineros. El minero vizcaíno se llamaba.
JESÚS: ¿Se acuerda de cuando fue diputada?
DOLORES: No me acuerdo. No recuerdo en qué año fui diputada.
JESÚS: Pero se acuerda de lo primero que hizo cuando fue diputada.
DOLORES: No, porque yo no le daba mucha importancia a lo que hacía, ¿comprendes? Había que trabajar. Había que ir a hablar a no importa dónde y había que ir a hablar a ese sitio. Pero sin pensar que tú eras el personaje que tenía que resolver todos los problemas. Por eso, trabajo y trabajo.
JESÚS: ¿Pero es verdad eso de que abrió las cárceles?
DOLORES: Claro que abrí las cárceles cuando se proclamó la república. Fue entonces, creo. En el 36, en Oviedo.
JESÚS: ¿Y qué hizo? ¿Cogió las llaves y abrió las puertas para que salieran todos los presos?
DOLORES: Claro. Y no pasó nada. Salieron.
JESÚS: No pasó nada. Cuando cierra los ojos en la oscuridad, ¿se le vienen imágenes, recuerdos, palabras de su vida?
DOLORES: No, no. Escucha: yo no tengo necesidad de la oscuridad para recordar cosas de mi vida, porque mi vida ha sido tan sencilla y tan simple que es muy fácil recordar las cosas de mi vida. Lo que yo he amado más en mi vida ha sido la escuela. En el pueblo en el que nací los maestros eran maravillosos. Nosotros teníamos una maestra que merecía un monumento, porque ella educó a centenares y centenares de hijas de mineros. Y, de verdad, era una gran maestra. Mi mejor recuerdo de la infancia es la maestra. Y luego, además, éramos católicos.. Mi barrio estaba en el centro obrero y el Partido Socialista tenía su sede en el centro obrero, en la misma casa donde yo nací, pero en otra esquina. Y todas las tardes, desde niños, en cuanto abrían el centro, nosotros nos metíamos en el centro y nos dejaban que estuviésemos por allí mientras no molestásemos a la gente que estaba en el escenario. Y allí oí hablar de socialismo, oí hablar de lucha de clases, oí hablar...Iba formando mi conciencia con frases nuevas y cosas que yo hasta entonces no sabía. Y luego tuvo lugar la gran lucha de los mineros en Vizcaya. En 1890 se produjo en Vizcaya las gran huelga de mineros que demostró a la burguesía vasca que no podía hacer lo que quisiera. Y se vio obligada a ceder a las demandas de los trabajadores. Después, cuando me hice mayor, viví también en diferentes momentos las huelgas de los mineros...Mi marido era minero. Y sé lo que representa luchar. Y los mineros de Vizcaya lucharon con un ímpetu y con una firmeza increíble para conseguir las reivindicaciones que ellos exigían. Era verdad que los mineros inspiraban un poco de temor a la burguesía vasca.
JESÚS: ¿La Pasionaria rezaba en la escuela?
DOLORES: En la escuela se rezaba a la hora de salir. Y empezaba así la oración: "Señor Dios, os rogamos iluminéis nuestro entendimiento y mováis nuestra atención... y mováis nuestro no-sé qué para que aprendamos con la debida atención todo cuanto nuestros maestros nos enseñan, para nuestro bien temporal y eterno". Ésa era la oración que se rezaba en la escuela.
JESÚS: Dolores, me han dicho que usted sabe rezar hasta el padrenuestro en latín.
DOLORES: Pues sí: "pater noster, qui es in Coelís, sactificetur nomen tuun...". Sí. el padre nuestro en latín.
JESÚS: ¿Recuerda alguna canción de la infancia?
DOLORES: Las que cantaban todos los chiquillos
JESÚS: ¿Qué eran: canciones del folclore, de la tierra?
DOLORES: No, no eran tanto de folclore... Bueno, el Gernikako, la canción vasca. Decía: "Gernikako arbola/ da beidenkatua/ euskaldunen artean/ guztiz maitatua". Es el canto de los vascos. La canción nacional de los vascos: el Gernikako arbola.
JESÚS: Canta usted muy bonito, canta muy bien. Muy afinada. De verdad. Supongo que lo mejor que canta es La Internacional.
DOLORES: Te diré... Eso con más ímpetu.
JESÚS: ¿Cómo era lo del Primero de Mayo?
DOLORES: No me acuerdo bien. Eso lo cantábamos las mujeres de los mineros y los mineros y los hijos de los mineros en mi Vizcaya natal.
JESÚS: Dolores, ¿qué se va perdiendo con los años?
DOLORES: Pues, mira, en primer lugar, la memoria.
JESÚS: Sí, pero recuerda muy bien su infancia y su juventud.
DOLORES: Pero te olvidas de lo más próximo. No se puede llegar a viejo, ¿sabes?
JESÚS: ¿Por qué?
DOLORES: Pues por eso precisamente. Por eso y por otras cosas,
claro.
JESÚS: ¿Le gustaría vivir eternamente?
DOLORES: No. Creo que vivir eternamente sería muy aburrido. Creo
que nadie le gustaría eternamente. Porque hay que ver lo que sería eso. Vivir
siglos. No, no.
JESÚS: ¿Cuántas veces ha estado dispuesta a dar la vida por
algo, Pasionaria?
DOLORES: Siempre que ha habido luchas y ha habido necesidad de
luchar. Siempre que ha habido luchas en las cuales se esperaban muchas cosas.
TÚ NO PUEDES COMPRENDERLO
JESÚS: ¿Qué es el miedo para usted? ¿Lo ha sentido muchas veces?
DOLORES: Hombre. Yo no voy a decir que soy muy valiente, pero yo
no soy miedosa.
JESÚS: ¿No es miedosa?
DOLORES: No. Cuando ha habido que enfrentarse con quien sea, yo
no he vacilado en enfrentarme. Yo no soy miedosa. Cuando he estado detenida y
me han conducido a... Pero, no, eso no me ha dado... no me daba ningún
disgusto. Yo luchaba y ellos reaccionaban: les reventaba que se luchase. Y te
detenían. Y a la cárcel.
JESÚS: Pasionaria, ¿qué le diría a esos jóvenes que piensan que
la Guerra Civil fue un error imperdonable de aquellos españoles?
DOLORES: ¿Cómo va a ser un error imperdonable cuando es la
reacción la que provoca la guerra? Si no se hubiera respondido a la sublevación
franquista desde el primer momento, el fascismo se habría establecido en
nuestro país. Y, lógicamente, nosotros no aceptábamos que la República fuera
liquidada. Luchábamos para conservar la democracia en nuestro país.
JESÚS: ¿Y qué le parece el cambio?
DOLORES: En fin, ahora hay una monarquía. Hay ciertas libertades.
No se puede decir que no hay libertad. Porque el hecho mismo de que el Partido
Comunista pueda actuar libremente quiere decir que...
JESÚS: ¿Qué cosas serían necesarias, Dolores, para que los
hombres fueran fieles?.
DOLORES: ¡Qué preguntas me haces, hijo mio! Eso sería saber lo
que no sabía Salomón. En primer lugar, hay que trabajar. Eso es matemático. En
un mundo como el nuestro, lo que hay que hacer es trabajar. Hay que luchar.
Vivimos en un mundo en el que existen las clases. Es decir, en España, por ejemplo,
existe la burguesía, existen los obreros, existen diferentes grupos sociales.
Lógicamente, hay que luchar por la democracia, y nosotros luchamos, no
solamente por la democracia, sino que luchamos por el socialismo. Porque sólo
con el socialismo es como se encuentra el camino para que los hombres puedan
vivir felices; para que los pueblos sean ellos mismos y los dueños de sí
mismos: luchamos por el socialismo.
JESÚS: ¿Usted cree que el PSOE puede cambiar muchas cosas?
DOLORES: Pues... ¿Qué decirte del PSOE? Yo creo que el PSOE ha
tenido un gran papel en la educación de la clase obrera de nuestro país en
periodos anteriores a la Revolución de Octubre (1917), y antes de la existencia
de países socialistas. Cuando no existía todo esto, el Partido Socialista
desempeñó un papel en la educación y en la organización de la clase obrera: eso
es innegable. Pero llegó un momento en el que el Partido Socialista ya no
respondía a la situación que se había creado en el mundo con la Revolución de
Octubre, con la revolución rusa. Es decir, en el mundo ya se planteaba un nuevo
problema. Ya no se trataba simplemente de establecer una democracia o una
monarquía, sino la posibilidad de acabar con las monarquías y establecer
regímenes del tipo de la Unión Soviética, como los de los partidos socialistas.
JESÚS: Usted sabe, Pasionaria, que durante cuarenta años se han
dicho cosas tremendas de usted aquí, en España.
DOLORES: Claro que lo sé. ¿Cómo no lo voy a saber? Que yo he
matado a un cura, que le he mordido el cuello. En fin, tantas imbecilidades y
tantas tonterías. Yo no le he dado importancia, ¿sabes?
JESÚS: ¿No? ¿Qué pensaba cuando circulaba esa leyenda negra?
DOLORES: No me importaba en absoluto. Tenía la conciencia
tranquila. Es que, además, el problema es ése. Mira, yo soy hija de carlistas.
Yo soy hija de una familia católica. Mi padre era carlista, y tenía dos
hermanos que eran nacionalistas vascos. Pero yo me case con un minero, y ese
minero era socialista. En la barriada donde yo nací estaba la Casa del Pueblo.
Y la Casa del Pueblo se abría todas las noches para que los mineros, al
terminar el trabajo en las minas, si querían, pudieran ir allí. Pero los
primeros que entrábamos en la Casa del Pueblo éramos los chiquillos: los hijos
de los mineros. Y a mí me gustaba mucho ir a escuchar los discursos de los
socialistas. Pero no solamente los discursos de los socialistas. Me gustaba
mucho ir cuando había oradores. Y, en fin, el Partido Socialista prácticamente
lo teníamos en casa. Como te digo, yo había nacido en el seno de una familia
católica: mi padre había sido carlista, mis hermanos eran nacionalistas y yo
era católica. Yo me casé con un minero y empecé a vivir la vida de los mineros
con aquellas necesidades, con aquella miseria. Aunque, naturalmente, de comer
no faltaba. Pero había semanas de un día de trabajo; semanas de dos días;
semanas de tres días...Era horrible, sobre todo en invierno, era terrible.
DOLORES: Entonces, lógicamente, independientemente de que mi
familia era católica y yo también lo fuera, empecé a pensar en la necesidad del
socialismo. Porque teníamos el centro obrero en nuestro propio barrio. Y
nosotros, desde chicos, íbamos al centro obrero. Y yo empecé a interesarme por
el socialismo. Y cuando yo supe qué significaba el socialismo, entonces dije:
<Éste es nuestro camino, y por este camino hay que marchar>. Y me casé
con un obrero que era socialista. Y, lógicamente, empecé a colaborar en los
periódicos socialistas, en la "Lucha de Clases de Bilbao, y en algunos
otros periódicos. E ingresé en el Partido Socialista.
JESÚS: ¿Qué bienes tiene usted, Pasionaria? ¿Tiene muchos bienes?
DOLORES: Bienes ¿de qué? ¿De fortuna? El salario que gano aquí.
Eso es lo que tengo.
JESÚS: El salario que gana.
DOLORES: Trabajando aquí, en el Partido. Ésos son los bienes que
yo tengo. Los bienes de fortuna.
JESÚS: ¿Y le pagan mucho?
DOLORES: Pues lo corriente. Lo que se cobra por aquí.
JESÚS: ¿Cuánto gana la Pasionaria?
DOLORES: Lo suficiente para vivir, simplemente.
JESÚS: ¿Y no tiene dinero en el banco ni nada?
DOLORES: ¿Dinero en el banco? ¡Qué ocurrencias! El Partido no es
tan rico como para darnos un salario tan grande que podamos poner en el banco.
Vivimos.
POESÍA Y REVOLUCIÓN
JESÚS: A su juicio ¿van unidas las palabras y ?
DOLORES: No. ¿Por qué tienen que ir unidas las palabras y
>guerra>? Hay que hacer la revolución porque es necesario cambiar las
instituciones de los pueblos. No es posible mantener una situación donde una
minoría pueda vivir a costa de la mayoría del país. Hay que cambiar eso, y hay
que conseguir que los que trabajan sean quienes dominen y quienes dirijan, y no
los que viven simplemente del trabajo de los otros. Y por eso luchamos.
JESÚS: ¿Y qué poeta le emociona?
DOLORES: En fin.. A mí me gusta mucho la poesía. Y yo no te
puedo nombrar ahora mismo qué poeta. Pero todos me han gustado mucho. Rafael es
un gran poeta. Rafael Alberti es un gran camarada, además. No solamente es un
gran poeta, sino un gran camarada.
JESÚS: Los comunistas han tenido muy buenos poetas, ¿verdad?
DOLORES: En general, no malos.
JESÚS: Los mejores, ¿no?
DOLORES: Es verdad.
JESÚS: Los tres últimos grandes poetas...Alberti, Blas de Otero,
y Gabriel Celaya. ¿Y la Pasionaria nunca ha escrito poesía?
DOLORES: No. Yo no tengo arte para la poesía.
JESÚS: ¿Ha cuidado una flor?
DOLORES: Hombre, he tenido plantas. Claveles, todos los que
quieras: los he tenido en el balcón de mi casa. Sí, ¡cómo no! Y en la huerta
(también he trabajado la tierra) también tenía un rinconcito donde tenía
pensamientos, claveles y otras flores.
JESÚS: ¿Es muy sentimental La Pasionaria?
DOLORES: Pues...¿qué decirte? Sí, lo soy. Sí, soy muy
sentimental. Y me aflige lo que aflige a cualquier persona y trato por todos
los medios de ayudar a aquellos que sufren.
JESÚS: ¿Cuándo ha sido la última vez que ha llorado? ¿Lo
recuerda?
DOLORES: He llorado tanto. Me ha tocado llorar tanto que no te
puedo decir cuándo ha sido la última vez. Yo tenía un hijo, que era mi ilusión,
y lo perdí en las luchas de por Stalingrado. Era teniente del ejército
soviético. Y lo perdí en las luchas por Stalingrado. Ése ha sido el mayor dolor
de mi vida. Se me han muerto otros hijos, pero eran niñitos pequeños. Pero ése
ha sido el gran dolor de mi vida, la muerte de mi Rubén. Era teniente, era
joven, tenía 21 años. Teniente del ejército soviético.
JESÚS: Y eso la ha marcado, absolutamente.
DOLORES: Para una madre la pérdida de un hijo no es cualquier
cosa. Y por eso siento el dolor de otras madres. Comparto con ellas el dolor
cuando pierden los hijos, porque sé lo que es perder los hijos.
JESÚS: Pero es usted tan fuerte, Dolores.
DOLORES: Pues, mira, soy fuerte porque he nacido así, de una
familia vasca. En general, los vascos son bastante fuertes. Y no me amilanan ni
el trabajo ni las dificultades: hay que luchar... pues hay que luchar; hay que
trabajar... pues hay que trabajar.
JESÚS: ¿Cuántos años tiene, Dolores?
DOLORES: Nací el 9 de diciembre de 1895. Así que cuenta. Cinco
años del siglo XIX.
JESÚS: Cinco años del siglo XIX, ¿ Le hubiera gustado vivir en
otro siglo?
DOLORES: No. ¿Qué sé yo cómo podría ser ese otro siglo?
JESÚS: El siglo XIX...
DOLORES: No, no. ¡Qué va! El siglo XIX, no. ¡Qué va! Mejor en el
XXI
JESÚS: ¿Este siglo la ha comprendido a usted?
DOLORES: No me ha tratado mal. Yo no voy a pretender que el
siglo me comprenda a mí, pero, en general, donde he trabajado me han
comprendido. Y he trabajado siempre en el Partido Comunista, desde que se
iniciaron los primeros pasos. Así que estoy satisfecha de la vida desde ese
punto de vista.
JESÚS: ¿Le gustan las artes?
DOLORES: ¡Hombre!, ¿cómo no me van a gustar? A cualquier mujer y
a cualquier persona con un poco de sentido le gustan. Lo mismo la música que la
poesía que la pintura... Pues claro que me gusta. Todo lo que humaniza y anima
y estimula al pueblo...gusta.
JESÚS: Y la tortilla de patatas ¿cómo se le da? ¿La hace bien?
DOLORES: Muy bien. Yo sé guisar muy bien.
JESÚS: ¿Sabe guisar muy bien?
DOLORES: ¡Hombre, claro!
JESÚS: ¿Y qué guisa?
DOLORES: Pues todo lo que hay que guisar. Lo que hay, lo que hay
para comer. Carne guisada, patatas en salsa verde con huevos, judías...Todo lo
que quieras. Puedo hacer una buena tortilla. Lo que quieras. Flan.
JESÚS: ¿Y qué es lo que más le gusta comer?
DOLORES: Yo no soy caprichosa para la comida. Lo que haya, eso
como. La fruta me gusta mucho.
JESÚS: ¿Ha pasado hambre?
DOLORES: Pues no. Hombre, no. Necesidad, sí; pero hambre, no.
Los mineros en Vizcaya ganaban salarios, en fin, apropiados, pero se perdían
muchos días de trabajo, porque allí llueve durante 160 días al año, y esos días
no se trabajaba. Entonces, la vida de un minero era muy dura y muy difícil.Y
pasamos privaciones. No nos podíamos comprar trajes y otras muchas cosas. Pero
vivíamos.
JESÚS: ¿A qué jugaba cuando era pequeña?
DOLORES: A todo: a las pitas, a la taba, a la cuerda... A todo
lo que tú quieras. Al "pido que te vi"
JESÚS: ¿Al "pido que te vi"? ¿Eso cómo es?
DOLORES: Era esconderse. Se juega así: se hace un corro de chicas y se canta una canción, y van saliendo las chicas del corro una tras otra. Y la última se queda mientras las otras van a esconderse. Y ésa tiene que ir a buscarlas. Entonces, se grita: <¡Con el pido que te vi>! Y sale a buscarlas. Hasta que encuentra a una, y ésta sustituye a la primera... A mí no se me han olvidado los juegos de la infancia. Saltar a la cuerda. Todavía puedo saltar a la cuerda ¿eh?
JESÚS: ¿Todavía puede?
DOLORES: ¡Hombre, claro! ¿Cómo no?
EL INVIERNO DE LA REVOLUCIONARIA
JESÚS: Pasionaria, ¿le desasosiega la idea de la muerte?
DOLORES: No. Porque todos tenemos que morir. En absoluto. Sé que
hay que terminar, y no me preocupa, porque todo el mundo tiene que morir. Así
que no me desasosiega. Quiero vivir y hago todo lo posible por vivir, pero sé
que moriré, lo mismo que muere todo el mundo.
JESÚS: No le da miedo la muerte.
DOLORES: NO. ¿Por qué? Sé el final: el cementerio, la tierra y
todo lo demás. Yo te puedo decir que cuando era niña... Yo he nacido en un
pueblo minero. Y, lógicamente, había entierros. Y a los chiquillos nos gustaba
ir detrás de los entierros. Íbamos a los entierros para ver cómo enterraban a
la gente y nos gustaba, porque había un lugar en el cementerio donde
depositaban los restos de los viejos cadáveres: calaveras, tibias, huesos de
los brazos...Y los chiquillos íbamos al cementerio y nos subíamos por unas
escaleras para ver esas calaveras. Y no nos daban miedo. No nos daban miedo. En
fin, yo no sé cómo explicarla, pero queríamos verlo. Sé el final, ¿comprendes?
JESÚS: Dolores ¿Qué pondría en su tumba?
DOLORES: Nada. Que me entierren en la tierra tranquilamente. Y
ha desaparecido y ha desaparecido. Ninguna historia. Tierra.
JESÚS: ¿Cree en el más allá?
DOLORES: ¡Qué voy a creer en el más allá! El más allá está en el
más acá, en lo que se hace en la Tierra. El más allá. No existe el más allá.
Más allá de la vida no hay nada.
JESÚS: ¿Y por qué lo dice tan segura?
DOLORES: Pues porque yo he sido muy católica. Yo he visto y he
vivido todo lo que representa la Iglesia. Y yo no me meto con los cristianos ni
con los católicos, porque cada uno piensa como piensa, y les respeto. Como
quería que me respetasen a mí cuando yo lo era. Pero yo he llegado a la
conclusión de que la religión no ayuda a desarrollarse ni a la clase obrera ni
a los pueblos. Mantienen un statu quo y defienden los intereses de la burguesía
fundamentalmente, porque no quieren que se muevan los obreros. A la Iglesia no
le gusta que haya huelga de mineros. A la Iglesia no le gusta que hay
revueltas. Defienden los intereses de la burguesía. Y esoes así
independientemente de que la religión sea muy respetable.
JESÚS: Hay alguna Iglesia que sí defiende a los obreros, por
ejemplo, en Latinoamérica.
DOLORES: En Latinoamérica no sé. Yo he conocido la de mi pueblo.
JESÚS: ¿Qué prefiere: el paisaje o las personas?
DOLORES: Las personas. Los paisajes pueden ser de cualquier
clase, pero lo interesante es el hombre, es la mujer, son los niños. Son las
personas.
JESÚS: ¿Le gusta vivir en Madrid?
DOLORES: Pues me gusta me gusta. Pero, lógicamente, si el
trabajo que realizamos aquí se pudiera hacer en el País Vasco, estaría más
contenta haciéndolo en el País Vasco.
JESÚS: ¿Ha sentido muchas veces la soledad?
DOLORES: La soledad se siente permanentemente porque yo tengo en
Moscú tengo a mi hija y a mis nietos y lógicamente, aquí estoy yo sola.
JESÚS: Me gustaría que se dirigiera a los españoles. ¿Qué les
diría La Pasionaria?
DOLORES: Querría simplemente saludarles y desearle lo mejor. Que
tengan mucha salud.
JESÚS: ¿Suele dar propina?
DOLORES: Yo, no. Es que o voy a ningún sitio a tomar nada. No
voy a lugares en que me sirvan cafés o lo que sea. Y no tengo necesidad.
JESÚS: Pero ¿considera que es una humillación?
DOLORES: Hombre, me parece que es una limosna. Y que no es muy
interesante. Lógicamente, lo que habría que hacer es cargar esa propina en el
precio de las cosas y que el dueño del establecimiento pagase más a los que
trabajan.
JESÚS: ¿Va al cine?
DOLORES: No. No salgo de casa. De casa, aquí, y de aquí, a casa.
Los domingos a pasear un poco.
JESÚS: ¿Qué le dicen por la calle?
DOLORES: Hay quien me saluda. Hay quien me mira como aun ser
extraño. Nada más. ¿Qué me van a decir?
JESÚS: No sé. Supongo que le dirán cosas muy bonitas. Me admira
tanto su sencillez, Pasionaria. Porque usted sabe que es admirada en el mundo:
usted lo sabe.
DOLORES: No. ¿Qué voy a saber? ¿Cómo voy a saber yo que soy
admirada en el mundo? Yo soy nieta, hija, hermana y mujer de mineros. ¿Tú crees
que yo me he olvidado de eso? En absoluto, en absoluto. Yo continúo siendo hija
de mineros y la mujer de un minero. Continúo siéndolo.
JESÚS: ¿Qué le gusta de España?
DOLORES: De España me gusta todo. Y, sobre todo, claro, me gusta
la región donde yo nací: el País Vasco.
JESÚS: Es muy hermosa, ¿verdad?
DOLORES: Sí. Es maravilloso. El País Vasco es maravilloso. El
mar, las playas, las montañas... Es maravilloso. Yo nací en la zona minera y,
claro, eso ya no es tan bonito. Pero la perspectiva que hay desde donde están
situadas las minas... Se ve, en fin, una inmensidad. Se ve el mar de lejos, se
ve una gran montaña que se llama Serrantes con un castillo en la cima. Es muy
interesante. Desde el punto de vista de paisaje, es maravilloso.
JESÚS: ¿Le gustan los amaneceres o los atardeceres?
DOLORES: Me gusta madrugar mucho.
JESÚS: Le gusta el amanecer. ¿Recuerda algún paisaje de su
infancia del amanecer?
DOLORES: No, porque nos levantábamos también muy temprano,
porque los hombres entraban a trabajar en las minas a las seis de la mañana. Y
mi madre era la primera que se levantaba para que antes de que fuesen al
trabajo mi padre y mi hermano, tomasen un poco de café caliente, hasta que se
les llevase el desayuno a la mina, y después la comida. Desde mi casa se veía
el mar y la montaña. Ese paisaje pues yo lo llevo en el cerebro como algo que
va viviendo conmigo.
JESÚS: ¿Usted se quiere mucho, Dolores?
DOLORES: No. En general.
JESÚS: ¿No se quiere mucho a usted misma?
DOLORES: No.
JESÚS: ¿Ha visto morir a mucha gente?
DOLORES: En fin. Cuando se vive en pueblos así, pues, sí, hay
gente que muere. Pero Vizcaya, en general, es un país donde la gente es
bastante fuerte y...
JESÚS: Y en la guerra ¿vio morir a mucha gente?
DOLORES: En la guerra, pues, claro. En la guerra vi morir a
gente. Y he visto morir a mis hijos. Mi Rubén cayó en Stalingrado como teniente
mayor del ejército soviético. Y se me han muerto niños pequeños. Tres hijos se
me han muerto: dos hijas pequeñas y mi Rubén. Y ahora tengo a Amaya.
JESÚS: ¿Fue un matrimonio feliz el suyo?
DOLORES: Pues sí, pues sí. Era un minero, pero era un minero
cariñoso. Era bueno. Y no me puedo quejar. Lógicamente, podría haberme casado
más; desde el punto de vista económico, podría haberme casado con otro. Pero a
mí me gustaba más el minero y me casé con el minero.
JESÚS: ¿Se hubiera casado con un rico?
DOLORES: Hombre, si me gustara, quizá si me hubiera casado. Pero
como yo era de una familia de mineros, lógicamente lo que teníamos delante
delante de nosotras eran mineros. Ahora bien que fuese menos guapo o más guapo,
mejor mozo o menos mozo...El problema era ése: tener un novio guapo.
JESÚS: ¿Le gusta le gente guapa?
DOLORES: Claro. A todo el mundo le gusta. Y buen mozo. Guapo y
buen mozo.
JESÚS: Usted es muy guapa.
DOLORES: Muchas gracias.
JESÚS: Hay quien dice que España es una ensalada con exceso de
vinagre.
DOLORES: En fin. Eso son frases idiotas de gente que tiene poco
que hacer y piensa en esas tonterías.
JESÚS: ¿Qué es para usted España?
DOLORES: Mi patria. Yo he nacido en el País Vasco, pero España
es mi patria. Y, lógicamente, la defendería en cualquier momento si hubiera
necesidad de defenderla.
JESÚS: ¿Y cuál es el mayor defecto del español?
DOLORES: ¿El peor defecto del español? No lo sé. Creo que
tenemos muchos defectos, que no se puede elegir un defecto. Creo que tenemos
muchos. Pero, ¿qué quieres? Pienso que no hay nadie perfecto, que todo el mundo
tiene alguna faltilla de una cosa o de otra. Son más descarados, menos
descarados, más alegres, menos alegres, más flacos o más gordos, más
inteligentes o menos inteligentes, pero, ¿qué quieres? El mundo está compuesto
de todo.
JESÚS: Pasionaria, ¿los ricos y los trabajadores del mundo
tienen en todos sitios el mismo lenguaje?
DOLORES: Yo te puedo hablar de los ricos de mi pueblo, que eran
los grandes propietarios de las minas. En otros lugares, yo no sé cómo son. En
fin, me imagino cómo son. Aquí en Madrid, por ejemplo, ahí ves a los
aristócratas, ahí ves a la gente que rodea a la monarquía, ves grandes
comerciantes. Pero no es lo mismo que en una región industrial, donde hay
grandes, grandes fábricas, como en el País Vasco, por ejemplo. Es distinto.
JESÚS: ¿Conserva sus amigos de la infancia?
DOLORES: Es muy difícil decirlo. En fin, yo voy a Gallarta y
conozco a toda la gente del pueblo. Porque nací, crecí, me casé y viví allí.
Van creándose nuevas familias. De las viejas familias nacen nuevas familias.
Pero, en general, yo voy a Gallarta y yo me siento en mi pueblo. Y aquí está la
casa de Fulano, y allí está la casa de Mengano, y aquí vive tal o cual, y más
allá vive no sé quién... Yo me acuerdo de todos ellos. Yo voy a Gallarta y me
siento como si hubiera estado allí permanentemente, aunque de todo aquello hace
ya tantos años.
JESÚS: Esto de vivir es bonito? ¿Le ha gustado vivir?
DOLORES: ¡Hombre, claro! ¿Cómo no le va a gustar a uno vivir?
Pero vivir haciendo algo. No vivir simplemente metida en casa fregando los
cacharros y teniendo que cuidar de los hijos. Ésa es la vida corriente de las
mujeres de los trabajadores, pero esa vida no es muy agradable.
JESÚS: Y nunca pierde la ilusión, ¿verdad?
DOLORES: Mira, perder la ilusión es morirse. Si no tienes alguna
ilusión... Ahora bien, ¿cuál es nuestra ilusión? Luchar por el socialismo,
saber que nuestro trabajo, que nuestra lucha no es inútil. Que hoy somos
nosotros, que después de nosotros vendrán otros que continuarán el trabajo que
nosotros hemos empezado. Y lo mejorarán, y quizá ellos puedan poner en práctica
aquello por lo que nosotros luchamos y a lo que aspiramos: el socialismo y la
sustitución de la burguesía, de un régimen burgués, por un régimen socialista.
JESÚS: ¿Siempre va de negro, Dolores?
DOLORES: Sí.
JESÚS: ¿Por qué? ¿Le gusta el negro?
DOLORES: Pues mira, porque he tenido luto, cuando he sido joven
y ya no me he querido cambiar. Y, además, una mujer mayor vestida de colorines
no está muy bien. Está mejor así.
JESÚS: Y, desde sus años, ¿querría darnos un último consejo a
los españoles?
DOLORES: Que sean consecuentes consigo mismos, que sean
cordiales con sus amigos, y que cada uno, en su trabajo, se conduzca como debe
conducirse un trabajador. Y luchar por mejorar las condiciones de vida de todo
el pueblo.
JESÚS: Dolores, Pasionaria, para despedirnos, ¿qué prefiere:
rezar el padrenuestro en latín otra vez o cantarnos La Internacional?
DOLORES: Lo que quieras.
JESÚS: ¿Por qué no canta La Internacional?
DOLORES: ¡Arriba, parias de la Tierra, / en pie, famélica
legión...!
Entrevista de Jesús Quintero a Dolóres Ibarrui en 1982
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