Concepción Méndez Cuesta
(Madrid, 27 de julio de 1898 - México, 7 de diciembre de 1986)
|
España
Esa terrible angustia que sobre ti
pesaba
hoy
se derrama en sangre
y
sobrepasa el límite de tus mismas raíces
formando
nueva atmósfera con ese vaho caliente
que
desprende tu lucha.
Eras ese gigante que se oculta a los ojos
de
los que ver no saben,
que
se oculta y se achica para erguirse más alto
recuperando
fuerzas seculares.
Eras
esa verdad que permaneció intacta
y
como verdad misma te has abierto a la luz
para
asombrar al mundo que te sigue y no, sabe.
Correspondió
a nosotros vivir este momento,
esta
eclosión de arterias unidas en sus fuentes,
en
su dolor inmenso.
Se
advierte el elevarse un astro de tu entraña
y
cubrir las conciencias con sus luces de espanto.
Los
niños, esa tierna semilla que nos sigue,
cómo
han de agradecer este dolor que pasa.
Ellos
serán tan sólo los que cojan el fruto
del
mañana sin sangre,
hombres
ya de otra hora más fácil que la nuestra.
Dichosa tú que has sido
capaz
de poner alta tu corona de espinas.
Ni
pájaros de muerte, ni máquinas de muerte,
ni
cobarde invasión han de poder contigo,
inmensa
triunfadora.
El
dolor que te salta por todas las esquinas
ha
salido al encuentro de otras voces que esperan.
Concha Méndez
Bruselas,
junio de 1937
Publicado en Hora de España XI
Valencia,
noviembre 1937
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