Celebrando el 14 de Abril de 1931 en la Plaza de Oriente de Madrid. En la parte superior banderas anarquista y republicana |
En estos momentos de gran trascendencia, porque de ellos va a salir una España nueva, conviene que los que no tenemos voto hagamos sonar de una manera clara nuestra voz, para que nadie se llame a engaño y no pueda tomarse nuestro silencio como aprobación de lo que el país unánime repudia. Estas elecciones que mañana se celebran no van a mostrar claramente cuál es la voluntad de país. Primero, porque se van a hacer con un censo amañado por serviles del rey. Después, porque la juventud no se va a poder manifestar en ellas. Y hay que tener en cuenta que, en estos momentos de la vida española, la juventud juega un papel importante y hasta decisivo. Sería demencia desatender su grito y oponerse a sus anhelos.
Nosotros,
los que no votamos, queremos que nuestro grito sea oído por los que tuvieron la
fortuna de que el amaño gubernamental no hurtara su voto. Los que no podemos
manifestarnos en las urnas deseamos ser oídos por los que van a manifestarse. Y
deseamos que se fijen en que nosotros somos los que mañana vamos a votar y a
dirigir, por tanto, indirectamente el país. Las juventudes españolas se hallan
asqueadas no de la política, que en España aún no se practicó en toda su
pureza, sino de los políticos que nos gobernaron, profesionales de la
inmoralidad, que hicieron del Poder granjería y conculcaron una legalidad
establecida por ellos mismos. Las juventudes españolas, que, casi en la
infancia, vieron cómo sus mayores caían en los campos de Africa, sienten una
profunda indignación al observar encaramados en las alturas del Poder a los
generales responsables de esas muertes. Los jóvenes se han cansado de que los
héroes directores de la fuerza pública tomen el país por un aduar marroquí y a
los ciudadanos españoles por moros rebeldes. Los jóvenes no pueden tolerar por
un momento más que un rey absoluto piense que España es una de aquellas
colonias que se perdieron en América bajo la regencia de la reina Cristina, en
las que los militares cometían cuantos desmanes les venía en gana.
Que
oigan bien nuestro grito los que van a votar. Que mediten profundamente antes
de echar la papeleta en las urnas. Que piensen que van a votar un régimen de
derecho o la prolongación de la tiranía. Los jóvenes no queremos más tiranías,
no queremos más reyes, no queremos más militares fracasados, no queremos
políticos inmorales. Deseamos honradez, pulcritud, moralidad en la dirección
del país. Esas cualidades no podemos encontrarlas en la monarquía.
Reflexiónenlo los que voten. Porque el día de mañana votaremos nosotros. Y
exigiremos responsabilidades a esas generaciones que no han tenido arranque
para restablecer el honor y la libertad. Y las señalaremos con desprecio si en
esta hora trágica, al jugarse nuestro destino, no saben ponerse a la altura de
las circunstancias votando la candidatura republicanosocialista.
Tomen
buena nota. Los jóvenes no podemos manifestarnos en las urnas; pero en una
revolución seríamos la vanguardia que los arrollaría.
Santiago
Carrillo
Renovación.
Órgano de la Federación de Juventudes Socialistas de España
Número 8 - Madrid,
10 de abril de 1931
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