Manifiesto del Partido Comunista: ¡Madrid está en peligro!
Sin
pesimismos, y con una firma y segura confianza en el triunfo de la causa que
defiende con heroísmo de leyenda el pueblo español —pero conscientes de ia
gravedad de los momentos que atravesamos— el Comité central del partido
comunista de España se dirige a todos los trabajadores, y fundamentalmente a
todos los afiliados, para advertirles la inminencia del peligro que se cierne
sobre la capital de la Itepública y la necesidad de acelerar todas la
actividades y realizar el máximo esfuerzo que permita, lo más rápidamente
posible, infligir una seria derrota al enemigo y comenzar una controfensiva
que aclare definitivamente la situación de nuestro país.
Es
Madrid la presa más codiciada del enemigo, y hacia Madrid convergen todos sus
esfuerzos, y sobre Madrid concentra todos sus efectivos, todos sus aparatos de
guerra. Gracias a la ayuda de Alemania, Italia y Portugal, que han provisto a
la canalla sublevada de toda clase de modernos instrumentos de destrucción — a
los cuales no ha podido hacer frente con toda eficacia nuestro Ejército—, ha
sido posible el acercamiento de los facciosos al corazón de la España
republicana.
Pero
a pesar de esto, en el ánimo de todos vive arraigado profundamente el
convencimiento de gua Madrid será inexpugnable por el esfuerzo heroico de las
masas populares, dispuestas a derramar hasta la última gota de sangre. Y este
onvencimiento se basa, no solamente en su propio heroísmo, sino también en la
fuerza de los elementos bélicos modernos que el mismo pueblo, con magnifico
esfuerzo, ha sabido forjar y que son necesarios para la victoria.
El
deber de los comunistas es el da organizar, disciplinar y llevar al combate a
los millares de hombres del pueblo, que está dispuestos a dar la vida en
defensa de La patria, de la Democracia y por el aplastamiento del fascismo, ya
que lo decisivo en todas las guerras es el factor hombre.
¡Madrid
no será conquistado por las hordas fascistas!. ¡Comunistas de España: en
vanguardia para defender Madrid!. Somos nosotros, camaradas, los que más que
nadie estamos obligados a ser los primeros en hacer toda clase de esfuerzos y
sacrificios, en derramar la última gota de sangre en defensa de la causa de la
Libertad que es la causa del pueblo.
Nuestro
partido, hermano de la Unión Soviética, nos mostró el camino de las luchas
heroicas del año 17, y muy especialmente en la defensa de Petrogrado. Ha de
ser nuestro ejemplo, nuestra abnegación y nuestro heroísmo el motor que sirva
para movilizar y agrupar en estrecho contacto a todos aquellos que estén dispuestos
a sacrificarse y a trabajar en la organización de la defensa de Hadrid.
Hay
que hacer milagros de organización para convertir a Madrid en una fortaleza
inexpugnable; pero a Madrid no se le defiende solamente desde dentro del
recinto de la capital. Madrid tiene que ser defendido desde fuera. Al heroísmo
de su pueblo tiene que corresponder la ayuda de los demás pueblos de España. ¡Comunistas! Movilizad sin descanso, sin vacilación, a todas nuestras fuerzas;
poneos, sin pérdida de momento, en contacto con todas las organizaciones
obreras y partidos políticos. HOY MAS QUE NUNCA TODOS LOS ESFUERZOS DEBEN CONVERGER EN UN MISMO OBJETIVO: SALVAR MADRID. Hombres, armas, víveres, todo
cuanto sea precioso por Madrid y para Madrid, que es España, que es la
República, que es la revolución.
Salvemos
Madrid y salvaremos a España, salvaremos la República, salvaremos la
Democracia, salvaremos nuestra libertad.
En
estas horas históricas, en las cuales se ventila, no solamente el porvenir de
España, sino el porvenir de la Democracia mundial, no nos ha de faltar la
solidaridad internacional, la solidaridad de todos los pueblos demócratas que,
como el nuestro, comprenden la necesidad de luchar contra el fascismo.
¡Trabajadores,
hombres de conciencia liberal, de sentimientos democráticosl. En Madrid se está
jugando la suerte de la República democrática y de las libertades populares. La
defensa de Madrid, con vistas a arrojar al eremigo de sus proximidades, es el
problema candente del momento, debe ser la cuestión vital de todos los pueblos
de España.
LA
DEFENSA DE MADRID TIENE QUE SER LA OBRA DE TODA LA ESPAÑA POPULAR ANTIPASCISTA.
¡Pueblos
de libres de Euzkadi, de Cataluña!. Para vosotros, la República significó el
triunfo de vuestras aspiraciones; en ella encontrasteis amplio cauce y
comprensión plena de vuestros anhelos. El triunfo del fascismo sería el
aplastamiento de vuestras libertades. Intensificad vuestra ofensiva y
contribuiréis con ello a la defensa de Madrid, que es defender la República,
que es defender vuestra libertad.
¡Campesinos
de Andalucía, de Extremadura, de Galicia, de Castilla!. Organizad la lucha de
guerrillas contra los traidores que quieren perpetuar vuestra esclavitud.
Atacad por la espalda a vuestros enemigos, que son los nuestros.
El
triunfo de la República será para vosotros la liberación definitiva; seréis los
dueños de la tierra, dejaréis de ser parias. Ayudad a los obreros de las
ciudades a aplastar al fascismo.
¡Comunistas,
trabajadores de España: un último esfuerzo, el esfuerzo que se impone siempre
en los momentos decisivos y habremos salvado nuestra causa, habremos salvado el
porvenir del pueblo!.
¡Todos
en pie a defender Madrid!. Que mañana el enemigo se encuentre ante un pueblo
que defiende, palmo a palmo, la tierra que es suya, que defiende, con el
sacrificio de su vida, todas las conquistas democráticas de las masas
populares.
¡Comunistas:
al combate!. Intelectuales, pequeña burguesía, todos a defender Madrid, a
defender vuestras mujeres, vuestras madres, vuestras hijas, vuestra dignidad y
vuestra libertad amenazadas.
Nosotros
queremos —y lo queremos con toda nuestra alma— que Madrid no sea mancillado por
la planta inmunda del fascismo. Pero es necesario aprestarse para la defensa;
cada minuto que perdamos es una hora que gana el enemigo.
¡Madrid
será invencible, porque sus hombres y sus mujeres así lo quieren!.
¡Comunistas:
adelante hacia el triunfo!, ¡A darlo todo, a sacrificarlo todo en defensa de
Madrid!
El Comité Central del Partido Comunista de España
ABC Madrid, 3 de noviembre de 1936. Pág. 11
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