Madrid, febrero-marzo 1939 (Juan Miguel Pando Barrero, colección Museo Reina Sofía) |
Con satisfacción
Como quienes saben
Como quienes tienen en su puño
la verdad
Bien apresada para que no
escape
Y con orgullo
Como vigilantes de vosotros
mismos
Domináis a lo largo a lo ancho
de la tierra
Vosotros vientres sentados.
No hay gas
No hay plomo
Que tanto levante que tanto
lastre proporcione
Como vuestra seguridad
deletérea
Esa seguridad de sentir vuestro
saco
Bien resguardado por vuestro
trasero.
Miráis a un lado y a otro
Sonreís rasgando maliciosamente
la hedionda boca
Y desde allí emitís como el
antiguo oráculo
Henchidas necedades
Dictámenes que se escurren
entre las rendijas como ratas
Alado el pie vigoroso
El pie juvenil y vigoroso
Que derrumbará bien pronto
Ese saco henchido de fango de
maldad de injusticia
Arrastrando consigo vuestro trasero
y vientre
Vuestra triste persona que
mancha el aire
El aire limpio y justo
Donde hoy nos levantamos
Contra vosotros todos
Contra vuestra moral contra
vuestras leyes
Contra vuestra sociedad contra
vuestro dios
Contra vosotros mismos vientres
sentados
Con una firme espiga
A quien su propia fuerza empuja
desde la tierra
Para que se abra al sol
Para que dé su fruto
Fruto de odio y de alegría
Fruto de lucha y de reposo.
La verdad está en lucha y en
ella os aguardamos
Vientres sentados
Vientres tendidos
Vientres muertos.
Luis Cernuda
Octubre, núm. 6, abril de 1934
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