Angelina
Gatell, una gran mujer, extraordinaria poeta, resistente antifranquista,
rebelde con causa.
No la
conocí personalmente, pero cada día sembraba de poesía y compromiso su muro de
Facebook, agitaba conciencias con su voz reivindicativa llena de fuerza y de
Memoria.
«No
temas a la muerte» escribía en su poema Diálogo,
-No temas a la muerte...
-No es ella lo que turba
el corazón que llevo, tan cansado...
-¿Entonces...?
-Mi miedo no es morir. Es no vivir.
No sé si me comprendes...
-No es ella lo que turba
el corazón que llevo, tan cansado...
-¿Entonces...?
-Mi miedo no es morir. Es no vivir.
No sé si me comprendes...
Te comprendo Angelina. También comprendí aquel último mensaje en tu muro con rumor de despedida el 17
de diciembre: «Gracias a todos los que os habéis interesado
por mí. No lo olvidaré. No os puedo escribir aún no tengo fuerzas para escribir.
Besos y mi agradecimiento. Os quiero. Angelina.»
Después el silencio.
Después el silencio.
Ahora y para siempre el recuerdo.
«… Me arroparon con sombra. Me dieron
pan de sombra amasado
por manos de sombra y condena… »
AG
Generación
A mi hermano
Nada está hecho y ya nosotros
abandonamos la tarea.
Más que luchar, hemos soñado.
De nuestros sueños poco queda.
abandonamos la tarea.
Más que luchar, hemos soñado.
De nuestros sueños poco queda.
Más que cantar, es el
silencio
nuestro destino y nuestra meta.
Más que vivir hemos pasado
sobre el cansancio de la tierra.
Más que vivir hemos pasado
sobre el cansancio de la tierra.
Más que sembrar, hemos dejado
henchido el cuerpo de tristeza.
Más que morir, hemos vivido
con tanta oscura muerte a cuestas.
Más que morir, hemos vivido
con tanta oscura muerte a cuestas.
Más que llorar, hemos sufrido
nuestra gran lágrima secreta.
Más que los hierros, es la noche
la interminable cárcel nuestra.
Más que los hierros, es la noche
la interminable cárcel nuestra.
Más que el dolor, es la
amargura,
el fruto cruel de la impotencia.
Más que trazar nuestro camino
es el camino el que nos lleva.
Más que trazar nuestro camino
es el camino el que nos lleva.
Desde el principio comprendimos
que era imposible la luz nueva.
Sombras tan solo, se apagaba
nuestra hermosura en la tiniebla.
Sombras tan solo, se apagaba
nuestra hermosura en la tiniebla.
Angelina Gatell
Las claudicaciones, 1969
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