De la España heroica e inmortal
desangrada por múltiples heridas, pero con vitalidad suficiente para resurgir
siempre plena de ánimo y libertad, va a vosotras, mujeres, madres, del mundo,
en este primer aniversario de nuestra lucha. El clamor doloroso de nuestras
madres y nuestras mujeres que pasean su luto por los caminos ensangrentados de
la España que necesita el calor de vuestra solidaridad, de la España que lucha
por la paz y por la libertad del mundo. Espera que alcéis vuestra voz de
protesta contra el crimen que el fascismo comete con nuestro pueblo. Nuestros
hombres pelean en los frentes de libertad con más alma hoy que ayer, si
cabe, seguros de la victoria; pero nuestra guerra es muy dura.
Sin embargo, no nos duele tanto el sacrificio de nuestros seres
más queridos como el insuficiente apoyo que nos presta la democracia mundial
frente al poderoso enemigo, dotado de todos los elementos modernos de destrucción.
No queremos restar valor al hombre que marcha a enfrentarse con la muerte,
porque nosotras sabemos que nuestros hijos, que nuestros hombres, que nuestros
hermanos no luchan solamente por la libertad e independencia de España, sino
que son los fusileros de vanguardia en la lucha por asegurar la paz del mundo y
por consolidar las conquistas de la democracia que el fascismo intenta aplastar por el terror.
¡Madres y mujeres del mundo! Sobre todos los pueblos se
cierne una amenaza terrible; el peligro de la guerra. ¡Madres y mujeres de los
países democráticos! Sobre vosotras pesa una gran responsabilidad si nuestro
pueblo es dominado. La guerra mundial sería rápidamente una terrible realidad.
¡Ayudadnos a ganar la guerra, a vencer al fascismo incendiario de todas las
guerras! Madres de Alemania e Italia, aconsejad a vuestros hijos que no vengan
a pelear a España. Decidles que el trabajador español no tiene para ellos odio
o rencor alguno. Que en España se lucha por la libertad de todos los pueblos. Nosotros
conocemos vuestra horrible tragedia, vuestra miseria; pero aprended en nuestra
gesta. Es preciso el sacrificio, morir si es necesario, porque la esclavitud no
sea eterna!
¡Mujeres católicas, protestantes, mujeres de todas las tendencias,
de todas las razas, de todas las religiones! Pensad en el dolor de todas las
madres españolas. ¡Venid en nuestra ayuda! Todas podéis hacerlo de una u otra
forma. No podéis desoír los lamentos angustiados de nuestros niños y nuestras
mujeres ametrallados por las bombas fascistas, sin calor de hogar, que el
fascismo destruyó brutalmente. ¡Luchad para que de nuestro país sea retirado el
ejército de invasión que arrasa a nuestro pueblo y fusila a nuestros niños, a
nuestros jóvenes y ultraja a nuestras mujeres! ¡Ayudadnos, madres y mujeres del
mundo! Os lo piden las madres de los héroes y de los mártires que en España
luchan y mueren en los parapetos de la libertad! ¡Escuchad nuestra demanda! No
desoigáis nuestra voz que pide ayuda y solidaridad. ¡Ayudadnos! ¡Ayudadnos!
Dolores Ibárruri
Valencia, 16 de Julio de 1937
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