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2388. Manifiesto de la Pasionaria a todas las madres en todo el mundo



De la España heroica e inmortal desangrada por múltiples heridas, pero con vitalidad suficiente para resurgir siempre plena de ánimo y libertad, va a vosotras, mujeres, madres, del mundo, en este primer aniversario de nuestra lucha. El clamor doloroso de nuestras madres y nuestras mujeres que pasean su luto por los caminos ensangrentados de la España que necesita el calor de vuestra solidaridad, de la España que lucha por la paz y por la libertad del mundo. Espera que alcéis vuestra voz de protesta contra el crimen que el fascismo comete con nuestro pueblo. Nuestros hombres pelean en los frentes de libertad con más alma hoy que ayer, si cabe, seguros de la victoria; pero nuestra guerra es muy dura.

Sin embargo, no nos duele tanto el sacrificio de nuestros seres más queridos como el insuficiente apoyo que nos presta la democracia mundial frente al poderoso enemigo, dotado de todos los elementos modernos de destrucción. No queremos restar valor al hombre que marcha a enfrentarse con la muerte, porque nosotras sabemos que nuestros hijos, que nuestros hombres, que nuestros hermanos no luchan solamente por la libertad e independencia de España, sino que son los fusileros de vanguardia en la lucha por asegurar la paz del mundo y por consolidar las conquistas de la democracia que el fascismo intenta aplastar por el terror.

¡Madres y mujeres del mundo! Sobre todos los pueblos se cierne una amenaza terrible; el peligro de la guerra. ¡Madres y mujeres de los países democráticos! Sobre vosotras pesa una gran responsabilidad si nuestro pueblo es dominado. La guerra mundial sería rápidamente una terrible realidad. ¡Ayudadnos a ganar la guerra, a vencer al fascismo incendiario de todas las guerras! Madres de Alemania e Italia, aconsejad a vuestros hijos que no vengan a pelear a España. Decidles que el trabajador español no tiene para ellos odio o rencor alguno. Que en España se lucha por la libertad de todos los pueblos. Nosotros conocemos vuestra horrible tragedia, vuestra miseria; pero aprended en nuestra gesta. Es preciso el sacrificio, morir si es necesario, porque la esclavitud no sea eterna!

¡Mujeres católicas, protestantes, mujeres de todas las tendencias, de todas las razas, de todas las religiones! Pensad en el dolor de todas las madres españolas. ¡Venid en nuestra ayuda! Todas podéis hacerlo de una u otra forma. No podéis desoír los lamentos angustiados de nuestros niños y nuestras mujeres ametrallados por las bombas fascistas, sin calor de hogar, que el fascismo destruyó brutalmente. ¡Luchad para que de nuestro país sea retirado el ejército de invasión que arrasa a nuestro pueblo y fusila a nuestros niños, a nuestros jóvenes y ultraja a nuestras mujeres! ¡Ayudadnos, madres y mujeres del mundo! Os lo piden las madres de los héroes y de los mártires que en España luchan y mueren en los parapetos de la libertad! ¡Escuchad nuestra demanda! No desoigáis nuestra voz que pide ayuda y solidaridad. ¡Ayudadnos! ¡Ayudadnos!


Dolores Ibárruri
Valencia, 16 de Julio de 1937










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