Uno
En la segunda vuelta
de los comicios de 1936, Francisco Franco supo, de una vez para siempre, que
las elecciones libres no le convenían. Había querido ser diputado por Cuenca,
pero no pudo, y también allí triunfó el Frente Popular. Cinco meses y dos días
después de la victoria republicana de febrero, se desencadenó la sublevación,
el «Alzamiento Nacional». Al cabo de una lucha heroica pero inútil, cayó la
república, ahogada en sangre por sus enemigos, traicionada por muchos de sus
amigos. Los vencedores consagraron a Francisco Franco Caudillo de España por la
Gracia de Dios, como todavía puede leerse en las pesetas, y resolvieron que
sólo debía rendir cuentas «ante Dios y la Historia».
Él prometió que
aplicaría las enseñanzas de la Iglesia y que no habría un solo español sin pan,
un solo hogar sin lumbre. El cadáver de José Antonio Primo de Rivera fue
trasladado desde Alicante hasta El Escorial, para que descansara con los reyes:
a su paso, a modo de homenaje, los soldados iban fusilando republicanos por los
pueblos.
Casi veintiocho años
después, el referéndum consagra una nueva Constitución que en la práctica
liquida a la Falange, el movimiento fundado por José Antonio, pero que remacha
el poder a perpetuidad que Franco, su "Jefe Nacional", ejerce. La
mayoría de votos fue aplastante. Tan aplastante, que la cifra de los votantes,
poco menos que unánimes por el sí, excedía largamente en los cómputos
originales, a la cifra de los inscritos establecida por el censo. Francisco
Franco no olvidó aquella desagradable experiencia de febrero del 1936. Este
hombre de setenta y tres años ha tenido tiempo de sobra, a lo largo de su
interminable dictadura, para aprender a ganar.
En el país que le ha
ratificado, así, su agradecida confianza, hay siete millones de pobres según
cifras oficiales. Es el país que disfrutan cada año quince millones de
turistas, pero no los dos millones de españoles que la miseria expulsó a
Francia, Alemania, Suiza o Bélgica. Es el reino sin rey; reino, más bien, de
las contradicciones.
Eduardo Galeano
El
reino de las contradicciones. España: de
la guerra civil al referéndum de 1966
Cuadernos de Ruedo
ibérico núm. 10, diciembre-enero 1967
Hola María.
ResponderEliminarSupongo que estarás al tanto de esta noticia, no obstante aquí te dejo el enlace. Salud!
http://dimemarchena.blogspot.com.es/2018/01/sevilla-sera-la-segunda-gran-capital_17.html
Si, estoy al tanto de la noticia. Espero y deseo que se lleva adelante.
ResponderEliminarSalud Loam!