Fotografía Robert Capa, 1936 |
Por los
vergeles de España,
muerte y
sangre.
Se han puesto
rojos los azahares.
A raíz de la
mar, a raíz de los huertos,
de los
mediterráneos jardines de Levante,
las gentes de
la costa tranquila ven abrirse
las primeras
trincheras junto a los naranjales.
Se han puesto
rojos los azahares,
(pero se
volverán laureles
frescos y
verdes).
Grandes y
hermosas son las tierras de la Patria,
millonarias de
olivas, hondas de minerales,
anchas de pan,
extensas de viñas y ganados;
de varones y
hombres, largas, interminables.
Se han puesto
rojos los azahares,
(pero se
volverán laureles
frescos y
verdes).
Necesarias
serán nuestras más bellas vidas,
que los ríos
tumbados en sus lechos se paren,
que en el campo
en sus entrañas removido no crezca,
que el sol se
descamine y se despeñe el aire.
Se han puesto
rojos los azahares,
(pero se
volverán laureles
frescos y
verdes).
Eso y más, si
es preciso, hasta que paralicen
de asombro los
que aúllan por que España se acabe.
Esto y aún más
veríamos… Pero lo que veremos
será en verdes
laureles abrir los azahares.
Se han puesto
rojos los azahares
(pero se
volverán laureles
frescos y
verdes).
Rafael Alberti
Mundo Obrero, el 27 de abril de 1938
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