Mineros de Linares
y de La Carolina
qué bien rima mi pecho
con vuestra dinamita.
Cuando en la sierra brava
Alguien dio la consigna,
surgisteis de las bocas
obscuras de las minas
con un fulgor alerta
rodando en las pupilas.
Hacia Córdoba triste
la lucha se encendía,
la lucha se apagaba
con pausas de agonía.
Milicias de Jaén,
que Peris acaudilla
y el ímpetu templado
de Ballesteros guía,
frenaban el avance
del bando fratricida.
Carretera adelante,
abierta la sonrisa,
la honda en la cintura
y las manos vacías,
paso a paso llegasteis,
a la hoguera encendida.
¡Y allí fue vuestro nervio
la hoz de la justicia!
Hoz que siega ambiciones
y aplasta tiranías,
que descuaja raíces
y altos muros
derriba
y en abismos de la muerte
la muerte precipita.
¡Donde explota un cartucho
florece un nuevo día!
Mineros de Linares
y de La Carolina:
qué bien rima mi pecho
con vuestra dinamita.
Pedro Garfias
Romancero de la Guerra Civil Española
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