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1
Va
extendiéndose un magma.
Huelgas,
disturbios, choques.
Turbas,
heridos, muertos.
¿A dónde va
este caos?
Dirigido
atropello.
La providencia
al quite.
Dios y una
tiranía.
2
Un hacha antigua. ¿Criminal? Sagrada,
Al servicio de Dios y de los jefes
Que en su nombre, deidad inexorable,
Van salvando a los vivos y a los muertos.
Hacha de Fundación, Cenit de Régimen,
Nuestra Señora de la Patria unida
Por santo fratricidio victorioso.
La consigna es el corte
El corte,
El corte.
3
En movimiento horizontal
Se propaga el crimen. Son turbas.
Tanta sangre forma caudal.
Verticalmente se propaga
La destrucción que el mando orienta.
Del Orden va todo a a la zaga.
Jarro-cáliz, sangre de rito,
Da tal vértigo al fratricida
Que convierte en gloria el delito.
4
4
¿Crímenes en
cada bando?
De diferente
sentido:
Hacia un pasado bramando,
Al porvenir dirigido.
¿Dos Españas? En efecto
Una asesinó a la otra
Y el país quedó perfecto.
¿Un poeta asesinado?
Mucha gente asesinada.
Sobre el crimen un Estado.
Aquí no ha ocurrido nada.
5
No se llamaba Caín
Quien fue el sumo fratricida:
Dejó sólo con su voz
A medio país sin vida.
6
Su lucha inauguró con maña y crimen
Estableció bajo terror gobierno.
“Que los más opresores se me arrimen.”
Y proyectó que el mando fuese eterno.
7
Los terroristas logran imponerse.
El gran poder arraiga en muchos miedos.
Todos, por fin, bendicen –resignados-
A Jehová. Su Sinaí ya es Gredos.
8
8
Guerra cruel. Gran fracaso
Del país, gran confusión.
Dos señores dialogaban
Sufriendo común dolor.
-Hace ucho tiempo, mucho
Que se nubló nuestro sol.
Todo va mal. -¿Desde cuándo?
Oíd lo que respondió:
-Desde que Fernando VII
Juró la Constitución.
9
Fracasó la Monarquía,
Ay, fracasó la República,
Fracasó toda la Historia
De España en aquella furia
Final ¡Oh guerra civil
En demoníaca yunta!
Quedó, cola de catástrofe,
Un rastro de dictadura
Cada español, uno a uno,
Comenzó a buscar fortuna.
10
(Y mientras tanto,
Qué profundo fue el eco en la conciencia,
Atónita conciencia universal.)
Quien se dice tranquilo y puro miente,
Bien sumergido en bruma
Para no contemplarse en el espejo,
Y ver su faz de víctima, de cómplice,
De verdugo a su modo.
¿Quién no sabe y no siente
Que hubo también derrota de un gran
ímpetu,
Que ese difícil sueño de una mejor España
Murió en la violencia de un vasto
asesinato?
Todo quedo a nivel de historia infame:
Anatema a los yerros y delitos,
Anatema a las obras más felices,
Anatema a los óptimos,
Obstrucción sin cuartel
A una latente España más humana.
He ahí, vergonzoso anacronismo,
Esa Iberia retráctil.
11
Innúmeras son ya las vidas truncas.
Cadáveres sepultos no se sabe
Dónde: no hay cementerios de vencidos.
Gente medio enterrada en sus prisiones.
Algunos huyen, otros se destierran
Para no perecer de su propia cólera.
Pero entre tantas muertes y catástrofes
Algo subsiste sin cesar feroz,
El más feroz de todos los poderes:
Vida, vida sin fin.
Y poco a poco,
Y sin cesar, inexorablemente
Se reanudan las formas cotidianas,
Se inventan soluciones.
La vida es implacable.
Jorge Guillén
Guirnalda civil, Cambridge, Halty Eferguson, 1970
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