Campesinas detenidas en Villa de Don Fadrique, Toledo, en 1932 |
Todos, escritores, artistas, intelectuales de todas clases, todos en
auxilio de los parados de la Tierra, de los trabajadores que luchan por la
revolución y se mueren de hambre.
6 millones de
hombres
12 de manos muertas,
de ojos descerrajados por la angustia,
la miseria y el hambre que agrandan por las noches la invasión de las horas lentas del odio y el insomnio.
12 de manos muertas,
de ojos descerrajados por la angustia,
la miseria y el hambre que agrandan por las noches la invasión de las horas lentas del odio y el insomnio.
Y el cielo se
pregunta por el humo
y el humo por el fuego
y el fuego de las fábricas por el carbón que espera dejar de ser al fin paredón muerto de las minas.
y el humo por el fuego
y el fuego de las fábricas por el carbón que espera dejar de ser al fin paredón muerto de las minas.
Los parados del
mundo se levantan,
crecen,
se empinan los parados como el mar,
se derrumban,
se levantan
y crecen.
crecen,
se empinan los parados como el mar,
se derrumban,
se levantan
y crecen.
10 millones de
hombres,
20 de brazos tristes,
como ramas sin lluvia,
caídos,
secos como ramas.
20 de brazos tristes,
como ramas sin lluvia,
caídos,
secos como ramas.
Y hay un medio planeta sin cultivo
y hay barreras que impiden la posesión común del sol agrario de las granjas
y hay ríos que quisieran desviarse,
erguirse hasta regar el lecho de los trigos.
No hay trabajo
y hay manos.
El capital
prefiere dar de comer al mar.
En Brasil el café se quema y es hundido entre las algas,
el azúcar en Cuba arrojada en las olas se disuelve salada,
las balas de algodón en Norteamérica
y los trenes de harina son volcados en la prisa invasora de los ríos.
En Brasil el café se quema y es hundido entre las algas,
el azúcar en Cuba arrojada en las olas se disuelve salada,
las balas de algodón en Norteamérica
y los trenes de harina son volcados en la prisa invasora de los ríos.
Y mientras,
ellos crecen,
se empinan,
se derrumban,
te levantan.
15 millones,
20,
40 de pies fijos,
de pies parados en la tierra,
de cuerpos que no duermen,
de hombres que desesperan y muertos que se matan.
ellos crecen,
se empinan,
se derrumban,
te levantan.
15 millones,
20,
40 de pies fijos,
de pies parados en la tierra,
de cuerpos que no duermen,
de hombres que desesperan y muertos que se matan.
Amigos,
escuchad.
¿Qué?
Nos llaman.
escuchad.
¿Qué?
Nos llaman.
Rafael Alberti
Revista Octubre, 1 de mayo de 1933
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