—En Espinosa de Villagonzalo— nos habla modestamente doña María Sanz Soria— tenemos la Casa-Ayuntamiento peor de España... Y como usted comprenderá, desde un edificio vetusto y destartalado, no es fácil concebir grandes proyectos. Por otra parte, las Comisiones gestoras no pueden resolver más que asuntos de trámite, y como han de ajustar su actuación a un presupuesto ya aprobado por la anterior Corporación municipal, apenas si caben iniciativas.
De todos modos —prosigue— he de poner en el sincero empeño de hacer por este pueblo algo interesante, toda mi buena voluntad, y ojalá pueda conseguirlo, porque ello constituiría la mayor satisfacción de mi vida...
¡Señora alcaldesa!... Lleváis la humildad y la modestia retratadas en el semblante, y así, con modestia y humildad, habéis contestado a nuestras preguntas.
No disponéis de grandes medios —es verdad—, pero os sirve de estímulo y de aliento vuestra juventud, y ella hará que el pueblo de Espinosa de Villagonzalo se rejuvenezca a impulsos de vuestro generoso esfuerzo...
Eusterio B. Alario
Estampa, 4 de marzo de 1933
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