Gori Muñoz es el nombre artístico de Gregorio
Muñoz Montoro, un artista plástico español republicano, exilado en Buenos
Aires, donde alcanzó notable reconocimiento por su obra como escenógrafo y
director de arte de cine y teatro.
Inicia su vida profesional en España, siendo reconocido
por sus trabajos como dibujante, ilustrador y caricaturista. Colabora con
revistas y editoras, monta sus primeras exposiciones y recibe becas de la Junta
de Ampliación de Estudios que lo llevan a Paris, Bélgica y Holanda.
Comprometido con la causa antifascista,
durante la Guerra Civil se coloca al servicio del Gobierno de la República. Es
responsable por el Taller de Decoración del Pabellón de España de la Exposición
Internacional de Paris (1937) y trabaja para la Subsecretaría de Propaganda.
Refugiado en Francia tras la derrota
republicana, embarca con su mujer María del Carmen García (Carmen Antón) y su primera
hija recién nacida, en el Massilia rumbo a Chile. Al llegar a Buenos Aires, en noviembre
de 1939, le ofrecen trabajo y allí se queda. Comienza como dibujante,
ilustrando libros y revistas, hasta que surge la oportunidad de hacer los
decorados de “Los Cuernos de don Friolera”. Es el principio de una brillante
carrera como escenógrafo teatral, especialmente en el teatro español del
exilio. Fueron 162 montajes en Buenos Aires y Montevideo, incluyendo autores
clásicos y modernos, comedias, dramas, espectáculos al aire libre, musicales
etc.
Como
escenógrafo o director de arte, participa en más de 190 películas, entre
las cuales La Dama Duende, Dios se lo pague, Sangre Negra, Los Isleros, Las aguas bajan turbias, Rosaura a las diez, El hombre de la esquina rosada, etc.
Es considerado
un innovador del decorado cinematográfico y del cine argentino. Recibe por su
labor 30 premios de la Asociación de
Cronistas, del Instituto de
Cinematografía y de la Academia
de Artes Cinematográficas de la Argentina.
Trabajador incansable y amigo de sus amigos, además
de publicar artículos y libros, continúa colaborando como ilustrador en
diversas revistas y editoras. Monta varias exposiciones de pintura (Carpetas de
viajes, El Teatro en Silencio). En una de sus carpetas encontramos esta frase
que resume su filosofía de vida y el secreto de su resiliencia: “Faire le
métier qu’on aime et aimer la vie dans les plus petites choses”.
Murió em 1978, víctima del mal de Parkinson,
sin haber regresado a España. Pidió ser cremado y que sus cenizas fueran
arrojadas al río: "ellas solas sabrán encontrar el camino de
Valencia". Así se hizo.
María Antonia (Tonica) Muñoz-Malajovich
No hay comentarios:
Publicar un comentario