La primera carrera ciclista femenina que se celebra en España
Faustina Valladolid, vencedora en esta prueba, recorre todos los doimingo en bicicleta 150 kilómetros, y quiere competir en las carreras de hombres.
Esta carrera, que organizada por el Club Ciclista de Chamartín de la Rosa, se ha celebrado hace unos días en la carretera de El Pardo, no ha despertado tanta expectación como la Vuelta a Francia, ni siquiera como la Vuelta al País Vasco. Pero en la historia del ciclismo hispano tiene ya su capítulo correspondiente, porque esta es la primera carrera femenina que se celebra en España. Para que tuviera caracteres de carrera de verdad, hubo accidentes y todo. Nadie se puede llamar a engaño.
En la primera carrera ciclista femenina, nosotros —modestia aparte— hemos sido los primeros y únicos seguidores. Tendremos que convertirnos, pues, en cronistas deportivos y hacer la reseña de este verdadero acontecimiento deportivo, que ha de repetirse, en vista del éxito obtenido. En efecto, a todo lo largo del recorrido, una gran cantidad de espectadores, parapetados tras sus bicicletas, presenciaron el paso de las routiers, con el mismo entusiasmo que si se tratara de profesionales, y algunos, convertidos en «cuidadores» espontáneos, las refrescaban al pasar con sendas duchas, administradas por el clásico procedimiento del cubo.
Antes de la salida
Junto al kilómetro dos de la carretera de El Pardo, las diez muchachas que de las diez y ocho inscritas iban a participar en la prueba, se ven rodeadas de admiradores y consejeros. Algunos ofrecen gratuitamente sus servicios de masajistas, y los guardias son impotentes para contener la avalancha de la muchedumbre. Las heroínas que se van a disputar el triunfo son: Faustina Valladolid, Angelita Torres, Carmen, Luisa y Esperanza Carmona; Mercedes Moreno, Carmen Piqueras, Angelita Cano, y una niña de nueve años; Anita Sánchez. El recorrido es de catorce kilómetros y cuatrocientos metros.
Se da la salida; pero los espectadores se ponen delante, las corredoras se caen, se arma un gran barullo y se tiene que volver a repetir el número. Esta vez la salida vale y las muchachas, formando un compacto pelotón, empiezan a tragarse kilómetros, sin demasiado apetito. A un tren lento se cubre la primera vuelta del circuito, sin que se deshaga el pelotón, conducido por Faustina Valladolid. ¡Ah, es que las corredoras se han puesto de acuerdo! No empezarán a «carburar» hasta la segunda vuelta. Ya ven ustedes cómo saben hacer sus «tongos» como en las grandes competiciones.
Empieza la carrera
Realmente la carrera empieza a la segunda vuelta. Faustina Valladolid pedalea fuerte y en pocos segundos se separa de las demás. Cada una da el máximo de su esfuerzo, y en pocos metros, del compacto pelotón no queda más que el recuerdo. Todas las muchachas corren «por cuenta propia», y la que más y la que menos, aprovechando la ausencia de jurados, se ayudan con las martingalas propias de estos casos. Una se cae, y enseguida encuentra un espontáneo que le cambia la rueda. Otras corren cómodamente, empujadas por un par de mozos ciclistas de buena voluntad... Pero, a pesar de todo, Faustina Valladolid aumenta su ventaja.
Entretanto, los excursionistas de los domingos han formado en la meta el tapón humano de todas las carreras. Llega Faustina y todos rodean a la vencedora en la misma cinta de llegada. Dos minutos después llegan casi juntas la segunda y la tercera: Angelita Torres y Mercedes Moreno. Angelita se cae, como todos los segundos de las carreras de bicicletas, y Mercedes, que viene muy rápida, tropieza con ella y cae también de un modo aparatoso, dándose contra un autobús allí parado. Los guardias se la llevan al botiquín de urgencia y algunos espectadores, para dar mayor emoción al festejo hablan de incendiar el autobús; apoteosis que no se consigue, porque el chófer no presta su colaboración y pone en marcha el motor.
La vencedora ha empleado treinta minutos, lo que supone una media de treinta kilómetros. La niña Anita Sánchez ha llegado en séptimo lugar, ante Luisa y Carmen Carmona, que son las últimas.
La vencedora
Faustina Valladolid es toda una campeona, que podría hacer un gran papel en las carreras de hombres. Hermana de ciclistas y novia de un ciclista —uno de los hermanos Acero—, Faustina, todas las mañanas coge su «burra» y se va con ella a la fábrica de material eléctrico en la que trabaja. Los domingos y días de fiesta hace excursiones en bicicleta. ¡Y qué excursiones! Ella no regresa a casa sino después de haber pedaleado durante cien kilómetros. La carrera para ella ha sido un juego que ha resuelto a su favor sin la menor dificultad.
—Más adelante correré con hombres, en carreras largas. Yo soy más bien corredora de fondo.
Uno podría decir de fondo y de forma... Pero no sabe si en una reseña tan deportiva como esta se puede hablar así.
R.M.G.
Crónica, 18 de agosto de 1935
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