Lectura de Doña Rosita la soltera con miembros de la compañía de Margarita Xirgú, 1935 |
Una campana muerta
Viento de guerra corre por España
y llega hasta la tierra granadina,
pidiéndole al ciprés que se avecina
cuerpo donde saciar su negra entraña.
Los lirios van tejiendo una mañana
de pálida tiniebla mortecina,
donde la soledad se arremolina
presintiendo cercana la guadaña.
De puerta en puerta va por los jardines
apuñalando al viento, apuñalando
hasta al maíz dichoso en su mazorca.
Quedan muertos de pena los jazmines
porque viene la Muerte preguntando,
y es por ti, Federico García Lorca.
La muerte
(8 de agosto de 1936)
Aquó yace su frente de gitano,
aquí yacen los hombres tan viriles
que hicieron vacilar a los fusiles
que el crimen levantaba con su mano.
Van a llevarse el fruto más lozano
que vio crecer agosto en sus atriles,
y entre juncos que el aire hará gentiles
se quebrará su aliento soberano.
Se quebrará, se quiebra, se ha quebrado,
y caminando muerto va hacia un hoyo
mientras lloran los campos su sentencia.
Ya llene el noble pecho atravesado,
ya su sangre se pierde en un arroyo,
donde el clavel pondrá su residencia.
Antonio Aparicio
El Mono Azul, 28 de octubre de 1937
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