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3477. Los gallegos residentes en Madrid forman unas Milicias que, en breve, estarán dispuestas para luchar en defensa de la República

Inscripción Milicias Gallegas en Madrid - Foto: Videa


Galicia, vieja tierra de gloriosa tradición liberal, cuyos hijos escribieron con sangre páginas inmarcesibles de la Historia, no podía permanecer ajena a ese magnifico sentimiento de solidaridad nacional que une a los naturales de las diversas regiones de España en apretadas legiones defensoras de lo que hay más genuino en el alma de la raza. Y he aquí que Galicia envía a sus hombres a luchar donde se precise del esfuerzo marcial, en tanto no se abra el camino que a ella misma conduzca. 

Idea y acción

Tan pronto como el pueblo en Madrid se movilizó para combatir a los facciosos, unos cuantos gallegos concibieron la idea de formar Milicias gallegas en el corazón de Castilla para dar a este corazón su propio corazón, como un baluarte más. Son estos hombres el diputado Suárez Picallo, el abogado Enrique Peinador Porrúa, Juan José Pla, capacidad de trabajo, organización. En su ayuda acudió, aportando su dinamismo, su talento y su valor, uno de esos hombres en los que apunta el genio de las circunstancias: Pedro Penabad, abogado y escritor, cuya prestancia marcial se ha hecho popular ya en Madrid. Con su atuendo de guerrillero, Penabad, ubicuo e infatigable, aparece en el momento oportuno allí donde hay que poner a prueba la voluntad y la energía indomable. Y alrededor de estos hombres forman el cuadro mozos nacidos de la entraña popular, gente de la clase media, intelectuales, artistas y también campesinos, ya que al grito de alerta respondieron centenares de esos segadores que por esta época vienen a Castilla. 


Centro de reclutamiento

El partido galleguista, integrado en su totalidad por idealistas pobres, no tenía sede en Madrid. Hubo que habilitar un local que sirviera de centro de reclutamiento, y se procedió a la incautación de uno de eso casinillos políticos donde se urdía el drama que vivimos. 

Convocados por medio de la Radio y la Prensa los gallegos, e invitados a alistarse en las Milicias de la Libertad, en poco tiempo empezaron a funcionar regularmente las oficinas y dependencias de este organismo improvisado. 

En breves días se alistaron más de cuatrocientos combatientes, reduciéndose el número por una escrupulosa selección, atenta a las condiciones físicas del voluntariado. 

En las oficinas del partido, y para dar un carácter de organización militar a la leva, se formó un Consejo directivo, compuesto por los jefes de las secciones en función. García Atadell fué nombrado secretario general honorario, y efectivos, Juan José Pía y el secretario de la Academia de Jurisprudencia, Enrique Peinador Porrúa. 

De la sección sanitaria está encargado el doctor Ramón Vidal Barreiro. De Prensa y Radio, Pedro Penabad. Santa Marina tiene la jefatura de los negociados militares. 

Las Milicias gallegas, desde el primer momento, estuvieron en comunicación constante con la Inspección General y diversos organismos militares. 

Cuando aparezcan estas líneas habrán sido acuarteladas y entrado ya en el período preparatorio y de instrucción militar. 

Todos los diputados por Galicia pertenecientes al Frente Popular prestan su fervoroso apoyo para la constitución de las Milicias gallegas. 


Otros detalles importantes

En las oficinas del partido se ha instalado una magnífica estación radioemisora, por la cual el pueblo gallego es informado de cuanto acontece en el resto de España. De esta estación está encargado el catedrático Rodríguez Villafranca. 

Los servicios de asistencia social para huérfanos, y otros, corren a cargo del doctor Rodríguez Pedreira. 

En las Sociedades Anaquiños da Terra y Lar Gallego se constituyó una Junta mixta para la creación de talleres de confección de ropa, servicios sanitarios y otros complementarios. 

El uniforme de las Milicias gallegas es el clásico «mono» con la bandera gallega en el pecho, y en el brazo, el distintivo de la organización a que cada uno de los milicianos pertenece. 


Crónica, 23 de agosto de 1936









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