Blas de Otero Muñoz (Bilbao, 15 de marzo de 1916 – Majadahonda, Madrid, 30 de junio de 1979) |
Claro que el mundo no es España. (Es
significa en euskera «no».) ¿Sabemos
acaso qué es España? Meditemos.
¿Es un cielo? ¿Una historia? No me río.
Sigamos, pues, el curso
de nuestro examen. ¿Es acaso un río?
¿Son las vidas? ¿El mar? ¿Será la muerte?
Después de este desorden, el discurso
termina. Yo confío
haya quedado claro lo que es
España. Un suelo virgen. O, al revés,
un puto cielo. No me río.
Tengo
calor en la cabeza, y en los pies
y en todo el cuerpo, frío, mucho frío
I. Tierra
Por qué he nacido en esta tierra. Ruego
una disculpa. Algo, en fin, de comer,
de vivir. Es horrible no saber
andar por esta tierra, aire, mar, fuego
incógnitos. Si a un cojo guía un ciego,
¿qué harán sino caer, caer, caer!
Pero yo he visto y he palpado. Ser
o no ser. Cara o cruz. Trágico juego.
Trágico amor, amor hasta las heces,
España, hija de padres conocidos,
desavenidos una, cien, mil veces.
Por qué he nacido en esta tierra. Hundidos
tengo los, ojos. Pero no tropieces,
madre, aun no nos damos por vencidos.
II. Inerme
Aún no nos damos por vencidos. Dicen
que se perdió una guerra. No sé nada
de ayer. Quiero una España mañanada
donde el olvido y el hoy no maniaticen.
Ínclitas guerras paupérrimas, sangre
infecunda. Perdida. (No sé nada,
nada.) Ganada (no sé) nada, nada:
este es el seco eco de la sangre.
Por qué he nacido en esta tierra. Ruego
borren la sangre para siempre. Luego
hablaremos. Yo hablo con la tierra
inerme. Y como soy un pobre obrero
de la palabra, un mínimo minero
de la paz, no sé nada de la guerra.
Blas de Otero
“Que trata de España” – 1960-1964
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