Siempre ha de estar en el puerto?
Decidme: ¿Qué hace la escuadra?
¿Qué hacen estos marineros?
Claveles de voz y sangre
en el aire florecieron.
Cortó el humo del tabaco
la tirantez del momento
y la voz de la Marina,
la voz de los marineros,
la voz que se hizo gigante,
llenando todo el silencio,
subió por los anaqueles,
se enredó en los pensamientos,
cubrió insignias de partido,
con un tapiz de desprecio.
y empinándose en las mesas
sobre los vasos sedientos,
sobre las botellas pródigas,
sobre los discursos huecos,
habló a los hombres de tierra,
habló a los hombres del pueblo,
¡habló como sabe hablar
la voz de los marineros!
¿Qué hace la escuadra?... Escuchadme
hombres de tierras adentro.
La escuadra sale en las horas
alfombradas de silencio
a inquietar al enemigo
con despertares sangrientos.
La escuadra presta su ayuda
para la causa del pueblo
en las noches sin esquinas
abiertas al mar y al viento
¿Que hace la escuadra?... Escuchadme
La escuadra viste de acero
a mares que han desnudado
los piratas extranjeros.
La escuadra le da a la mar
sus más gloriosos momentos...
¡La escuadra pintó de gris
a todos los paralelos!
¿Qué hace la escuadra?... Escuchadme
¡Escuchadme, compañeros!
La escuadra va navegando
con todo el mando en su puesto.
El aliento de sus hombres
le da a la escuadra su aliento.
y en sus miradas despiertas
y en sus músculos de hierro,
y en sus cañones potentes
y en sus corazas de acero
lleva la escuadra la fuerza
de sus bravos marineros...
¡¡Así busca al enemigo
la escuadra de nuestro pueblo!!
Después cuando la victoria
florece en los masteleros,
cuando huelen a romance
los gallardetes señeros,
la escuadra vuelve a su base,
la escuadra vuelve a su puerto,
sonrisas de litorales
en sus rodas recogiendo,
tras haber barrido el mar
con almas de marineros...
¡¡Tras haber cortado el tallo
de la rosa de los vientos!!
Y entonces dicen algunos
de los de tierras adentro:
"¿Qué hace la escuadra? ¿No sale?
¿Siempre ha de estar en el puerto?"
Juan de Oyarzabal
La Armada, órgano oficial de los marinos de la República
Cartagena, 11 de septiembre de 1937
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