De izquierda a derecha: Manuel Altolaguirre, Vicente Aleixandre, José Luis Cano y Carlos Bousoño, en los años cincuenta |
A
Manuel Altolaguirre
Sí,
sí, es verdad, es la única verdad;
ojos
entreabiertos, luz nacida,
pensamiento
o sollozo, clave o alma,
este
velar, este aprender la dicha,
este
saber que el día no es espina,
sino
verdad, oh suavidad. Te quiero.
Escúchame.
Cuando el silencio no existía,
cuando
tú eras ya cuerpo y yo la muerte,
entonces,
cuando el día.
Noche,
bondad, oh lucha, noche, noche.
Bajo
clamor o senos, bajo azúcar,
entre
dolor o sólo la saliva,
allí
entre la mentira sí esperada,
noche, noche, lo ardiente o el desierto.
Vicente Aleixandre
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