Entierro del miliciano José Suárez González, que cayó durante la toma del cuartel de infantería de Valencia en agosto de 1936 |
Por los vergeles de España,
muerte y sangre.
Se han puesto rojos los azahares.
A raíz de la mar, a raíz de los
huertos,
de los mediterráneos jardines de
Levante,
las gentes de la costa tranquila ven
abrirse
las primeras trincheras junto a los
naranjales.
Se han puesto rojos los azahares,
(pero se volverán laureles
frescos y verdes).
Grandes y hermosas son las tierras
de la Patria,
millonarias de olivas, hondas de
minerales,
anchas de pan, extensas de viñas y
ganados;
de varones y hombres, largas,
interminables.
Se han puesto rojos los azahares,
(pero se volverán laureles
frescos y verdes).
Necesarias serán nuestras más bellas
vidas,
que los ríos tumbados en sus lechos
se paren,
que en el campo en sus entrañas
removido no crezca,
que el sol se descamine y se despeñe
el aire.
Se han puesto rojos los azahares,
(pero se volverán laureles
frescos y verdes).
Eso y más, si es preciso, hasta que
paralicen
de asombro los que aúllan por que
España se acabe.
Esto y aún más veríamos… Pero lo que
veremos
será en verdes laureles abrir los
azahares.
Se han puesto rojos los azahares
(pero se volverán laureles
frescos y verdes).
Rafael Alberti
Mundo Obrero, el
27 de abril de 1938
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